Altaeros Energy, empresa fundada por Ben Glass y Adam Rein –dos antiguos alumnos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT)– ha anunciado que en 2015 probará durante 18 meses su aerogenerador en Alaska (al sur de Fairbanks), situándolo a mil pies de altura (300 metros). La máquina generará suficiente energía para abastecer a más de una docena de casas, según declaraba recientemente a la prensa norteamericana Ben Glass, y logrará romper, de paso, el récord mundial de altura de una turbina eólica.
El proyecto recibe el nombre de BAT (Buoyant Airborne Turbine ) tiene un coste de 1.3 millones de dólares y ha sido parcialmente financiado por Alaska Energy Authority’s Emerging Energy Technology (Fondo de Tecnología Emergente de Energía de la Autoridad de Energía de Alaska). Recientemente, Altaeros recibió fondos adicionales de RNT Associates International Pte Limited, una empresa controlada por Ratan Tata N , el ex presidente del Grupo Tata. Tata Power, filial de Tata Group, es líder en el desarrollo de proyectos de energía eólica en la India.
Diseño rompedor
El BAT utiliza una envolvente inflable en forma de cilindro, elaborada con el mismo tejido utilizado en zepelines y velas de barco, que va llena de helio para poder elevarse a grandes alturas, donde los vientos son más fuertes y más constantes que los que recogen las turbinas montadas sobre torres. Permanece constantemente sujeto a tierra por tres cables de alta resistencia, por los que también desciende la electricidad generada por la turbina, y está preparado para resistir vientos huracanados. Incluye, asimismo, medidas de seguridad que garantizan su lento descenso a la tierra.
Altaeros ya probó el año pasado, con total éxito, un prototipo de BAT, a una altura de 500 metros, en el estado de Maine. La prueba demostró que la máquina generaba el doble de energía que un aerogenerador convencional de similares características.
La empresa estima que las alturas idóneas para situar la máquina se sitúan entre los 300 y los 600 metros (de1.000 a 2.000 pies), donde los vientos soplan con una fuerza de cinco a ocho veces mayor que los vientos en la cima de las torres, cuya altura típica se sitúa entre 30 y 90 metros (de 100 a 300 pies). Además, a mayor altura los vientos son más constantes.
Idóneo para zonas aisladas
El lugar de Alaska elegido por Altaeros para probar el BAT no es circunstancial. La empresa no busca competir con su máquina con los aerogeneradores convencionales, sino instalarlos en zonas rurales aisladas, donde la población depende a día de hoy de los combustibles fósiles para alimentar sus generadores eléctricos. La compañía indica que otros usuarios potenciales son empresas de telecomunicaciones, agrícolas, de minería o de gas y petróleo; organizaciones que prestan auxilios en casos de catástrofes; y bases militares.
Utilizar el BAT es, además, mucho más económico, asegura Altaeros. En Alaska, generar electricidad con combustibles fósiles eleva a 1 dólar el kWh producido. El BAT, que tiene una capacidad de 30 kilovatios, aspira a rebajar el coste del kWh hasta unos 18 centavos.
La facilidad con que se monta y transporta este aerogenerador es otra ventaja añadida ya que la máquina se puede transportar desmontada en dos camiones, y al llegar al sitio de su despliegue basta con inflarla y dejar que se eleve en el aire, para empezar a funcionar.