El proyecto, para cuya ejecución es necesaria una inversión total de unos 370 millones de dólares estadounidenses, de los cuales EGP-NA aportará en torno a 180 millones de dólares, se completará a finales de 2013.
La planta tendrá una capacidad instalada total de 250 MW y se gestionará con un contrato de compra de energía producida a largo plazo (PPA). Buffalo Dunes producirá anualmente hasta 1.000 millones de kWh de energía limpia, evitando la emisión a la atmósfera de más de 800.000 toneladas de CO2.
En base al acuerdo, EFS Buffalo Dunes invertirá unos 40 millones de dólares estadounidenses para la compra del 51% del proyecto de EGP-NA y para la financiación de la construcción, mientras esta última mantendrá el restante 49%.
EGP-NA, que será también el project manager de Buffalo Dunes, tiene una opción para incrementar en un 26% su participación en el proyecto, que podrá ejercer en fechas específicas de 2013 y 2014.