El objetivo de este concurso es despertar la imaginación en relación a una fuente de energía, el viento, que es autóctona, limpia y eterna. El premio consiste en la visita a un parque eólico con posibilidad de subir a un aerogenerador (siempre que las condiciones climatológicas lo permitan).
La ganadora de 2015, Sandra Monteverde Ghuisolfi (Montevideo, 1967), reside desde hace diez años en Cartagena (Murcia), es escritora freelance y jefa de redacción de una web de coaching. En los últimos años ha ganado diversos concursos literarios y publicado más de 70 cuentos en antologías.
“El concurso de microcuentos de AEE me parece una estupenda manera de darle la oportunidad a la cultura de participar activamente promocionando la energía eólica”, dice. Su microcuento está basado, como su título lo indica, en una proyección a futuro de su experiencia, cuando de pequeña su abuelo le enseñó a construir su propia cometa y la aventura que significaba intentar remontarla gracias a la fuerza del viento.
Proyección, por Sandra Monteverde
“Había pasado la tarde anterior midiendo, cortando, uniendo, anudando. En cuanto desayunó cogió delicadamente su tesoro, que aún olía a pegamento, y salió rumbo a la plaza del pueblo. Allí la soltó, no sin antes encomendarse a todos los santos conocidos para que el hilo no se rompiera.
Los niños que jugaban con sus drones se quedaron mirando a aquel ancianito que disfrutaba lo indecible tirando del cordel de un extrañísimo artilugio que se elevaba, coleteaba y jugaba con el viento. Aquella soleada mañana de primavera del año 2046, era la primera vez en sus vidas que veían una cometa”.
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