Bornay ha vuelto, un año más, a Genera, que cerró su vigésima edición el pasado viernes. La empresa, que vio la luz en la década de los 70, es ya todo un clásico en la feria, en la que ha participado activamente su director general, Juan de Dios Bornay, hijo del fundador. De la historia de la empresa que montó su padre, de su paso por esta vigésima edición de la gran feria de las energías renovables de España, de su presente y su futuro... habla en esta entrevista Juan de Dios Bornay, director general de esta empresa familiar y así mismo director de la sección Minieólica de la Asociación de Empresas de Energías Renovables de España (APPA).
¿Cómo y cuándo nace la empresa?
Bornay nace en 1970. Yo aún no había nacido. Lo que pretendía mi padre, básicamente, era llevar electricidad a la casa del abuelo, donde no había luz. Y la experiencia que tenía él era la que había acumulado de su trabajo en un taller taller mecánico. Con un alternador de coche, con acoples y hélices de madera nacieron los primeros aerogeneradores.
¿Por qué decide el hijo quedarse en la empresa familiar?
Porque lo he mamado desde pequeño. Yo jugaba en la fábrica, entre los trastos de la empresa. Me gusta, estoy muy a gusto y encima es un negocio propio. No se puede pedir más.
¿Qué tipo de formación recibió para poder acometer el proyecto de su padre?
En el colegio me decían que era poco estudioso y me dijeron que tenía que ir a algo sencillo, así que hice un grado de Formación Profesional administrativo. Me lié en la empresa y he pasado por todas las partes. Me han enseñado mucho tanto los empleados como mi padre, por lo que al final conozco perfectamente la compañía. Después vi una serie de carencias a la hora de pasar a la fase de dirección e hice un MBA.
¿Por qué decide Bornay dar el salto al extranjero?
Más que dar el salto, nos vinieron a buscar desde el Congo, Tanzania, Estados Unidos, Chile… Ellos necesitan nuestro producto y nosotros lo tenemos. Ahora tenemos que ir nosotros a buscar dónde están esas necesidades. Porque, si no... lo hará otro. Esto es lo que nos obliga a estar desarrollando un Plan de Internacionalización, movernos y buscar dónde se encuentra el posible negocio.
¿Qué tiene Bornay que no tengan sus competidores?
Nos diferencia el poder decir que Bornay lleva 40 años aquí. Que vayas a Estados Unidos o al Congo y te conozcan. Conozcan la marca Bornay. Estar en un pueblecito de Mallorca y que te digan: ¿perdona, eres Bornay? Pues tengo un aerogenerador tuyo. Eso es lo que nos diferencia.
¿Qué previsiones de internacionalización tiene ahora Bornay?
Hemos abierto la filial de la empresa de Estados Unidos, con sede en Miami y el paso inmediato es incorporar a un country manager para trabajar allí. Si se preguntan por qué Miami siendo Estados Unidos tan diferente y difícil, diré que lo consideramos una puerta de acceso a otros países. A mucha gente le cuesta saber dónde está España, pero desde Estados Unidos es diferente.
¿Cuáles son los datos de facturación del año pasado y qué previsiones tiene Bornay para el cierre de este ejercicio?
El año pasado facturamos 4 millones y medio de euros, con un incremento del 37% con respecto al anterior. Y las previsiones que tenemos para el 2017 son un incremento del 25%.
¿Y quiénes son los clientes de Bornay?
Las empresas instaladoras, que son nuestros prescriptores de cara al cliente, e instaladores que están en contacto con el usuario final y analizan sus necesidades, le asesoran, compran el producto y se lo instalan, y, posteriormente, les llevan el mantenimiento.
¿Algún hito de la historia de Bornay?
Muchos. De hecho, es algo que incluimos en nuestro catálogo. Trabajábamos con fibra de vidrio cuando casi no se conocía o trabajamos con alternadores de imanes permanentes cuando era muy extraño ver uno. Introdujimos en nuestro sistema productivo la inyección de resina por RTM, aplicamos neodimio cuando acababa de descubrirse el material. O, ahora, por ejemplo, las baterías de litio y la nueva tecnología del Wind Plus.
A día de hoy, ¿cuál es el producto estrella de la empresa? ¿En qué estáis trabajando?
Estamos trabajando en un nuevo aerogenerador que, además, es un proyecto CDTI [Centro de Desarrollo Tecnológico Industrial]. Queremos mejorar la producción en bajas velocidades de viento, lograr un aparato más silencioso -para poder acercarnos al casco urbano- y bajar el precio instalado por kilovatio prácticamente a la mitad. Y eso se tiene que conseguir mejorando los procesos productivos, la industrialización, y mejorando los materiales.
¿Cuál es el mayor obstáculo con el que se ha encontrado Bornay?
La legislación. Muy a principios de esta década, en el Plan de Energías Renovables de España, se dijo que la minieólica se iba a regular en el año 2011 ó 2012. Estamos en 2017 y no ha pasado nada. Yo pediría que lo regulen de alguna forma.
¿De qué ha tratado el evento -workshop- que ha organizado Bornay en Genera?
Hemos reunido a clientes y proveedores con la empresa Bornay como nexo de unión. No es una reunión comercial, sino que hemos planteado seis supuestos o problemas reales para que trabajen clientes y proveedores hasta llegar a unas soluciones meditadas y luego, los mismos participantes, han tenido que exponerlas al resto de grupos. Así, conseguimos que no vengan proveedores diciendo lo buenos que son, sino 60 clientes diciendo lo bueno que es el producto de un proveedor.
Juan de Dios Bornay es además presidente de la sección Minieólica de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA). Lo es desde mayo de 2015. ¿Balance...?
El balance es negativo, porque cuando nació APPA Minieólica llegamos a ser más de veinte empresas en la asociación, mientras que el año pasado éramos cuatro. Y en cuanto a los retos, tengo el de mantener esto. Sin ayuda no nace la minieólica. Llevan ocho años prometiendo algo que no llega. Hay empresas que se van quedando por el camino, otras que se van a otro sector y otras que, como nosotros, gracias a la ayuda de otros productos, se mantienen por la comercialización, lo que hace que podamos subsistir a este bache.
¿Por qué cree el presidente de APPA Minieólica que no se ha regulado este sector: por falta de voluntad, por la complejedidad del sector…?
La energía minieólica es la niña pequeña del sector de las renovables. Hay estudios que dicen que hay 400 instalaciones realizadas. Es falso, hay miles. Por desgracia, en España regulamos a posteriori, y eso lo tienen que ver los que se encargan de ello. No se pueden poner puertas al campo.
¿Cree que la regulación puede venir impuesta por Bruselas?
Obviamente sí. España no está cumpliendo con sus compromisos, y habrá tirón de orejas. De hecho, pienso que las famosas subastas sirven para tapar la boca y que no les llamen la atención.
