El objetivo del concurso es despertar la imaginación en relación a una fuente de energía, el viento, que es autóctona, limpia y eterna. El premio consiste en la visita a un parque eólico con posibilidad de subir a un aerogenerador (siempre que las condiciones climatológicas lo permitan). Tanto el relato ganador como los finalistas son publicados en la revista Energías Renovables (en el próximo número de julio-agosto) y en su página web.
El ganador de 2017, Jaime Francisco Palomares (Valencia, 1980), trabaja como ingeniero eléctrico en la empresa Enercon desde hace 10 años, pero está relacionado con el sector renovable desde sus inicios profesionales. Ha participado en la puesta en marcha y construcción de los parques eólicos instalados en la isla de El Hierro, que se abastece 100% con energías renovables. Palomares, apasionado de la naturaleza y un incansable lector, está orgulloso de trabajar en la eólica para contribuir a evitar el cambio climático.
El relato ganador
Aproximación a la historia de la energía eólica, por Jaime Francisco Palomares
Le apasionaba el viento. De niño ideó con maderas un primer molino multipala para extraer agua del pozo. En 1985 cortó un barril en dos mitades a la manera de un savonius. A los 35 pensó en un alternador de coche solidario a un rudimentario molinillo tripala. Ya en el siglo XXI gastó sus pocos ahorros en un eficientísimo aerogenerador comercial. Hasta que apareció por allí un inspector del Ministerio de Industria para la Ley y el Orden:
– ¿Ha participado usted en la subasta? ¿dispone de avales?
– ¿Pero qué dice?
– Lo que oye, señor. Lo que oye…
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