Los fondos de inversión llevan ya diez años operando en el mercado nacional de las energías renovables, comprando y vendiendo activos (parques eólicos, campos fotovoltaicos). Eso sí, esos diez años se dividen en dos etapas muy distintas. La primera se caracteriza por la estabilidad, que llega de la mano del último Gobierno Aznar y del primer Ejecutivo Zapatero, gobiernos ambos que fijan con claridad unas retribuciones muy concretas para el kilovatio hora generado por una instalación de energías renovables. La segunda etapa es antítesis de la primera, y se define con una palabra: "incertidumbre". Incertidumbre que comienza en 2010, con unos primeros recortes a esas retribuciones, y que se consolida definitivamente en el bienio 2013-2014, cuando el Ejecutivo Rajoy enquista lo que el sector se ha hartado de denunciar como "inseguridad jurídica". ¿Y cómo la enquista? Reservándose por ley la potestad de cambiar el precio del kilovatio hora renovable cada tres y/o seis años, lo que escama (y ahuyenta) a muchos inversores.
Pero no a todos
Los fondos de inversión (algunos) ven oportunidad donde otros no ven sino crisis; y los activos renovables (parques eólicos, campos fotovoltaicos) cambian de manos. Eso es algo que lleva ya cinco años sucediendo en España, nación sumida en una corriente (las aguas revueltas de la incertidumbre) que podría comenzar ahora a serenarse (habrá que ver). De momento, en todo caso, las idas y venidas continúan. Pues bien, en ese escenario se ha enmarcado la jornada que nos ocupa: «Los fondos de inversión, la gestión de activos y el mantenimiento renovable», que ha organizado Aemer. Muchos han sido los asuntos abordados durante el evento, pero quizá el tema clave haya sido el debate OEM-ISP. A saber: ¿a quién debe contratar un fondo de inversión que ha adquirido un activo renovable para que le lleve la operación y el mantenimiento (OyM) de ese activo: a un Original Equipment Manufacturer (o sea, al fabricante de las máquinas que tiene) o a un ISP, o sea, a un proveedor independiente de servicios de OyM?
Sea una u otra la decisión, los expertos tienen claro que...
"El mantenimiento es esencial para la rentabilidad del proyecto y no se pueden escatimar medios". Ese ha sido el núcleo del mensaje de Cristóbal Couret, que ha sido durante muchos años director de Producción Eólica en Acciona Energía y responsable de explotación y control técnico de más de 7.200 megavatios en 15 países: "el mantenimiento en un proyecto eólico -ha dicho- es todo". Couret, autor por cierto de «Recomendaciones para el diagnóstico y la evaluación periódica de los parques eólicos», no se ha andado con rodeos: "no hay que buscar lo más barato, porque buscar solo precio penaliza el proyecto a largo plazo". Y si eso es clave (el rentabilizar el activo a largo plazo) para cualquier propietario de un parque eólico, también lo es sin duda para un fondo de inversión, que quizá haya adquirido ese activo para venderlo a medio (o a corto plazo), pero que en todo caso tiene como objetivo último (y único) extraer de la operación la correspondiente rentabilidad. "Un fondo compra para vender -ha dicho Couret-; y tener el activo siempre inmaculado es fundamental para la venta".
Alberto Orejana, ingeniero por la Universidad Politécnica de Madrid y experto en el análisis de inversiones y adquisiciones, ha sido otro de los ponentes de la jornada de Aemer. Orejana es director técnico en Taiga Mistral, una firma de inversión independiente que ofrece asesoramiento y gestión en el sector de las energías renovables. Taiga Mistral es actualmente propietaria (en España, Polonia y Suramérica) de 250 megavatios fotovoltaicos, eólicos y minihidro (minihidráulica). Orejana ha repasado la historia reciente del sector renovable español, un sector amable para los inversores -ha venido a decir- a raíz de la aprobación del Real Decreto (RD) 661 del año 2007 (norma que visibiliza unos precios atractivos -a largo plazo- del kilovatio hora renovable), pero que se convierte en territorio comanche a partir de los cambios regulatorios que introduce el Partido Popular en el bienio 2013-2014, cambios que se traducen en caídas, en algunos casos brutales, de esa retribución, y que introducen en todo caso una enorme incertidumbre en el mercado.
Primera etapa: Private Equity; segunda etapa: fondos buitre
Durante la primera etapa (RD 661), los fondos de inversión que apuestan por el mercado español son los private equity. A partir de la reforma del bienio 13-14, entran -ha apuntado Orejana- los "fondos oportunistas". Los Private Equity son -según Alberto Ceña, otro de los expertos presentes en la jornada- una familia de fondos de inversión que adquieren total o parcialmente (aunque siempre con capital de control suficiente) proyectos concretos ya en funcionamiento para poder gestionarlos y mejorar sus resultados a medio y largo plazo (normalmente el momento en el que el fondo se desprenderá del activo se fija desde el principio). La permanencia de los Private Equity en los proyectos -continúa Ceña- suele oscilar entre los 4 y los 8 años y su marcha puede ser por venta a otros fondos o a través de su salida a bolsa. Fondo oportunista es en gran medida sinónimo de fondo buitre y es aquel que entra en economías con problemas. Cada fondo presenta sus peculiaridades, pero ambos coinciden en un extremo: quieren mantener su activo en plena forma porque, más pronto que tarde, querrán venderlo.
Y la pregunta es...
Durante la jornada organizada por Aemer, Orejana se ha planteado dos preguntas sobre el particular: ¿cabe un ISP [Proveedor Independiente de Servicios; Independent Service Provider, ISP] en una planta propiedad de un fondo de inversión? "Sí", ha sido contundente su respuesta. Segunda cuestión: ¿qué característica fundamental aporta un ISP y es diferencial; qué característica lo distingue de otras fórmulas de mantenimiento? "La honestidad con el propietario", ha dicho también Orejana con mucha consistencia. Grosso modo porque siempre será más fácil mantener independiente el criterio si el proveedor del servicio es efectivamente un actor distinto (o sea, independiente) del fabricante, que si el equipo que presta ese servicio (operación y mantenimiento) es un equipo dependiente del fabricante. En fin, que el ISP no tiene que velar por mantener intacta la imagen del fabricante, que ha podido desarrollar una máquina manifiestamente perfectible; su único objetivo (porque no le debe nada al fabricante) es que la máquina que tiene entre manos funcione lo mejor posible.
Magán
Ilustrativa también ha sido la intervencion de Jorge Magán, director general de Ingeteam Service, compañía multinacional especializada en electrónica de potencia y de control y en la prestación de servicios de operación y mantenimiento (OyM). Magán, que está a punto de cumplir veinte años en el sector (comenzó en el 99), le ha dado un buen repaso a la historia y al presente de la operación y el mantenimiento, una OyM en la que las ISPs como Ingeteam están obligadas -ha dicho- a ser imaginativas, habida cuenta de la situación actual de gran competencia, una situación en la que el cliente -sea un fondo o no lo sea- aprieta cada vez más las tuercas, o sea, que cada vez pide más por menos: quiere presencia directa en el parque y quiere inmediatez top y quiere lógicamente toda la calidad del mundo y quiere un muy bajo precio. Ahora mismo los propietarios contratan la OyM a un año vista -se ha quejado Magán-, con lo que los ISPs se ven enfrentados a una visibilidad muy escasa, cuando lo idóneo de cara a la rentabilidad del activo -ha dicho- es que el profesional que trabaja en una máquina viva en el pueblo de al lado del parque y haga suyo ese aerogenerador a fuerza de trabajar en él durante años. Se trata en el fondo además de una manera de construir territorio.
Es la personalización de la OyM
Porque no es lo mismo que un gran fabricante (que también presta servicios de operación y mantenimiento) envíe hoy un equipo de OyM a este parque, y mañana a este otro, y al mes que viene a un tercero... no es lo mismo eso que cuidar de mis máquinas, mi parque, desde mi pueblo. Introducimos en un «entorno-máquina» la variable emocional, la vinculación del sujeto (técnico) con el objeto (máquina), otro asunto que tiene más recorrido del que parece y que apela además a la personalización de la OyM, ergo a la calidad.
De calidad han hablado también Alberto Ceña, secretario general de Aemer, e Íñigo Vázquez, presidente de la asociación. Ceña ha llamado la atención sobre ese particular con una frase probablemente reveladora: "acabo de asistir al Foro Solar -ha comentado-, y allí me he encontrado con un colega que me ha dicho literalmente 'llevo un día y medio en este Foro y todavía no ha hablado nadie de calidad'". La anécdota sucede precisamente en vísperas del nuevo bum fotovoltaico (FV) que está a punto de eclosionar en España, donde está previsto sean instalados (de aquí a 2020) alrededor de 4.000 nuevos megavatios FV, lo que va a demandar inversiones por valor de varios miles de millones de euros.
El presidente de Aemer también ha incidido en el ítem calidad, y también lo ha hecho con una pregunta y una respuesta tan reveladoras como, quizá, inquietantes: "¿quién se está comiendo la reducción de costes en las subastas? Los opex" [gastos de operación]. Efectivamente, en las subastas de potencia solar fotovoltaica y eólica de todo el mundo, los precios están cayendo extraordinariamente, lo cual en principio (y en teoría) beneficia a la ciudadanía, que podrá disponer de electricidad más barata. La pregunta que sugiere el comentario de Vázquez no obstante es: ¿están teniendo lo suficientemente en cuenta los inversores la OyM a la hora de pujar como están haciéndolo en las subastas?
Las dos palabras que se le han venido al periodista a la cabeza al escuchar la frase de Vázquez han sido: ¿bajas temerarias? (Vázquez no ha empleado esa expresión en ningún momento). Repetimos, en todo caso: ¿están teniendo lo suficientemente en cuenta los inversores la OyM a la hora de pujar como están haciéndolo en las subastas? Porque las instalaciones de aprovechamiento de las energías renovables -parques eólicos, grandes campos fotovoltaicos- son instalaciones llamadas a operar durante 25, 30, 40 años; y la operación y el mantenimiento van a ser claves de cara a la rentabilidad a largo plazo de esos activos. Van a ser la clave de la rentabilidad... y tienen un precio.
El asunto lo ha resumido en esta jornada a la perfección, en apenas cinco palabras, el doctor Rodrigo Moretón
Moretón lleva diez años trabajando en el prestigioso Instituto de Energía Solar (IES) de la Universidad Politécnica de Madrid y es además presidente ejecutivo de la empresa Qualifying Photovoltaics (QPV). Lo que ha dicho este investigador del IES, en alusión a las palabras de Magán, ha sido lo siguiente: "la calidad cuesta... pero vale. Y si queremos que una instalación opere como es debido durante 25 años -ha añadido-, no hay mejor mantenedor que el que vive al lado de la instalación". Moretón ha felicitado al sector por la mucha atención que se le presta a una instalación en la fase inicial, pero ha alertado sobre lo escaso de esa atención a posteriori. Y ese a posteriori -ha dicho- supone "el 90% de la vida útil de la instalación".
QPV, la firma que dirige este ingeniero de Telecomunicaciones, se define como empresa "especializada en servicios de alto valor añadido cuyo objetivo es maximizar la rentabilidad de las inversiones fotovoltaicas". El doctor del IES ha explicado que "acompañamos los proyectos fotovoltaicos a lo largo de toda su vida útil, garantizando la calidad de los componentes, optimizando la producción y reduciendo la incertidumbre sobre su funcionamiento, lo que permite minimizar riesgos y mejorar las condiciones de financiación de los proyectos". Moretón ha apostado por rentabilizar al máximo la información que ya proporciona cualquier instalación: "se tienen que acabar -ha dicho- los cementerios de datos".
De datos ha hablado Juan Antonio Rodríguez, responsable del Departamento de Repuestos en Siemens Gamesa, un fabricante que presta servicios de OyM y que estaría enfrente -sería la competencia- de los Proveedores Independientes (ISPs). Rodríguez ha mostrado el músculo de su compañía, que mantiene -ha dicho- 28.000 aerogeneradores repartidos por todo el mundo (55.000 megavatios). En fin, todo un parque eólico global que aporta a la inteligencia Siemens millones de datos cada hora. La multinacional oferta un programa de extensión de vida consistente en un conjunto de mejoras estructurales y de sistemas de monitorización que garantiza -asegura- la disponibilidad de los aerogeneradores "durante 30 años".
Junto a Rodríguez han presentado sus credenciales dos ISPs
Farida Guionnet, de Oremotor; y Manuel Chavarría, de GDES-Comsa, que es la división para la OyM de un gran grupo, Comsa Renovables. Oremotor es una empresa de origen vasco especializada en la reparación de motores eólicos que trabaja en los tres tipos de mantenimiento: predictivo, preventivo y correctivo. Nacida de Jesús Romero e Hijos, esta firma, que tiene ya más de 100 años de historia, fue adquirida a finales de 2012 por el grupo francés OCTE (el mercado eólico francés es actualmente uno de los más dinámicos de toda Europa). Oremotor es ejemplo de actor ISP que se funde en un grupo más grande para seguir vivo en un mercado canibalizado en el que, según opinión generalizada, la OyM no está lo suficientemente valorada.
En todo caso, "el mercado español está muy maduro", según ha dicho al principio de la jornada Couret. Tan maduro como que ahora mismo ya hay centrales de compra (de repuestos), hay mercado de segunda mano, hay empresas que se dedican a la reparación, hay fabricantes y tecnólogos con sus catálogos (Rodríguez ha anunciado el inminente lanzamiento en España de un nuevo canal de venta Siemens Gamesa de repuestos, una plataforma web que podría estar lista en solo unas semanas)... En fin, que hay probablemente mucho más negocio ahí (muchos más megavatios) que en la instalación pura y dura (en España ahora mismo hay más de 23.000 megavatios de potencia eólica instalados).
Hay muchos actores, en definitiva, y hay muchos debates. ¿Por ejemplo? El debate relativo al empleo o no de repuestos originales: en ocasiones el tecnólogo ha desaparecido y no hay material de repuesto; ahí podrían desempeñar un papel relevante -comentaba alguien en el descanso del café- las ISPs, que están curtidas en mil batallas con mil fabricantes distintos.
Pero, además de los proveedores de servicios de operación y mantenimiento (desde Siemens Gamesa a Oremotor, pasando por GDES-Comsa), también han acudido a la convocatoria de Aemer fondos de inversión y compañías aseguradoras, actores todos pendientes de valorar los pros y los contras (de los independientes y de las OEMs).
El inversor asume tres riesgos clave, ha dicho uno de los ponentes: de recurso (riesgo relativo, porque el viento está muy caracterizado); de precio (de la electricidad); y regulatorio (riesgo -acrecentado en la etapa Rajoy- que lo ha encarecido todo). Cabría añadir un cuarto riesgo, de la mano de los varios comentarios recogidos a vuelapluma. Sería el relativo a la OyM y apelaría a la idea de trazabilidad: ¿quién ha mantenido esta instalación durante cuánto tiempo; qué averías; qué reparaciones; qué repuestos; qué resultados?
El discurso de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (Aemer) es nítido: hasta ahora, el precio ha sido en muchos casos el criterio clave a la hora de seleccionar los servicios de mantenimiento; sin embargo, en un escenario como el actual -sin primas, y con la lógica perspectiva de una larga vida de las instalaciones-, "es importante avanzar en la calidad" de esos servicios, que deben garantizar una disponibilidad máxima de esas instalaciones, que ya no perciben ayudas y/o primas (solo ingresan el precio que fija el mercado).
El tamaño creciente de las instalaciones y la prolongación de la vida útil de las máquinas que las integran también constituyen retos a los que habrán de responder fabricantes OEMs (Original Equipment Manufacturer) que prestan servicios de OyM y Proveedores Independientes de esos Servicios (IPSs). Aemer observa un "interés creciente por la utilización de empresas de mantenimiento independientes pero con el suministro de grandes componentes por parte de los OEMs".
Aemer
La Asociación de Empresas de Mantenimiento de Energías Renovables (Aemer) es una entidad que presume de ser pionera en su género a escala mundial. Ha creado un sello de calidad -ISP Aemer- con el que se propone certificar a "aquellas empresas con calidad suficiente como para ser identificadas por su excelencia dentro del O&M". Aemer pretende, "a través de la normalización de los procedimientos, generar confianza, seguridad y satisfacción en los potenciales clientes y prescriptores acerca de O&M, favoreciendo, así el crecimiento, consolidación y profesionalidad del sector".
La Asociación declara como sus "objetivos" los siguientes
• Fomentar la calidad de las empresas de mantenimiento en un contexto de progresivo envejecimiento de las instalaciones renovables;
• Favorecer los intercambios de experiencias entre sus socios y con el resto de los agentes del sector;
• Consolidar los métodos de mantenimiento avanzados con intercambios de experiencias entre las diferentes tecnologías;
• Impulsar la estandarización de normas y procedimientos;
• Apoyar el desarrollo de cursos y centros de formación ligados a las necesidades reales de los sectores renovables;
• Promover los intercambios de experiencias internacionales.