Su predecesor en el cargo, Jorge Barredo, tuvo que lidiar con medidas en contra de la solar FV que dañaron enormemente el sector. Afortunadamente, ahora vivimos un cambio de tendencia muy positivo hacia esta tecnología. ¿Cuáles son sus prioridades como nueva presidenta de UNEF?
He asumido el cargo de Presidenta de UNEF con mucha ilusión y entre las prioridades que nos hemos marcado en la asociación para mi mandato destaca en primer lugar la reactivación del sector fotovoltaico una vez se levante el Estado de Alarma. Hace unos días presentamos nuestro plan de medidas para impulsar la recuperación del sector, por lo que para mí es prioritario conseguir que se concreten la mayoría – y a ser posible, la totalidad - de nuestras propuestas.
Para acelerar el desarrollo de las plantas en suelo, estamos trabajando para que, en el corto plazo, se celebren nuevas subastas de energías renovables, se apruebe la reforma de la normativa de Acceso y Conexión, para eliminar la especulación y aportar transparencia al proceso, y se acelere la celebración de concursos en las zonas de Transición Justa, para aprovechar los beneficios asociados al despliegue de la fotovoltaica y de las demás renovables. Respecto al autoconsumo, que es sin duda el sector más perjudicado por la crisis por COVID-19, entre nuestras prioridades destaca la eliminación del requisito de Licencia de Obras, que se sustituiría por una comunicación previa, lo que supondría una agilización de la tramitación administrativa a nivel autonómico, la adopción de medidas fiscales temporales, de vigencia de un año y la revisión de la Ley de Propiedad Horizontal.
Otra prioridad de mi mandato tiene que ver con garantizar la sostenibilidad de las plantas fotovoltaicas en suelo y el respeto de los terrenos que las acogen. A medida que se vayan construyendo los nuevos parques fotovoltaicos en suelo, este tema será cada vez mas importante. Nuestro objetivo es que, una vez finalice la vida útil de la instalación, no solo se pueda restablecer el estado original del terreno, sino que éste se convierta en “reserva integral de la naturaleza”. Por último, estamos trabajando en la involucración de las mujeres como agentes activos en el desarrollo de la industria solar fotovoltaica. La igualdad de oportunidades, debe ser un pilar clave de la recuperación económica de España produciendo una transición más inclusiva, más justa y, estoy convencida, que más rápida.
El año pasado se instalaron en España 4.100 megavatios de nueva potencia solar fotovoltaica conectada a la red y 459 de autoconsumo. Como nunca jamás. Y todo indicaba que la buena marcha iba a continuar este año. ¿Hasta qué llegó el coronavirus?
Sí, es cierto que nuestro sector ha entrado en una nueva etapa de crecimiento en España y parecía que nada podía frenar su desarrollo. Como dices, hasta que llegó la Covid-19. Como muchos sectores de nuestra economía, también el sector fotovoltaico se ha visto afectado por esta crisis, especialmente, como decía anteriormente, en la vertiente del autoconsumo. Para las plantas en suelo, la crisis ha supuesto retrasos en el suministro de materiales procedentes de fuera de España, en la tramitación administrativa y en la construcción de nuevos parques; pero el sector del autoconsumo ha vivido una verdadera parálisis de su actividad.
Muchas empresas han tenido que acogerse a ERTEs y hasta se han cancelado contratos y proyectos ya firmados, por lo que corremos el serio riesgo de perder el tejido empresarial que se ha ido formando y consolidando a lo largo de los últimos años. No olvidemos que las pymes son los principales clientes para el autoconsumo sobre cubierta, especialmente en el sector terciario, por lo que es muy probable que en el corto y medio plazo veamos una ralentización del despliegue de estos proyectos.
UNEF acaba de presentar un documento sobre el rol de puede/debe desempeñar la fotovoltaica en la recuperación económica de España. ¿Qué aspectos destacaría de esta propuesta?
A través de este documento pretendemos resaltar la importante aportación del sector fotovoltaico al crecimiento de la economía de nuestro país. Además de ser una tecnología que genera energía limpia y competitiva, este sector económico aporta muchos otros beneficios para la economía y la sociedad en su conjunto. Se trata de ventajas que España tiene que aprovechar como palanca para salir de la crisis económica causada por el Covid-19.
El sector fotovoltaico español cuenta con un tejido industrial fuerte y competitivo, formado por empresas punteras que disponen de tecnología propia y que se sitúan entre las primeras del mundo en los elementos de mayor valor añadido de la cadena de valor de la tecnología fotovoltaica, como en el segmento de la fabricación de inversores, donde las empresas líderes a nivel mundial son españolas, y de los seguidores solares, donde cuatro de las diez mayores compañías del mundo son españolas. Se trata, por lo tanto, de un sector de alto valor añadido que tiene un impacto considerable en la economía de nuestro país. Para que nos hagamos una idea, en 2018 nuestro sector contribuyó al PIB en más de 5.000 millones de euros y el impacto económico de las exportaciones alcanzó los 1.522 M€. Estos datos son de cuando el sector tenía una actividad moderada, comparado con 2019 que es el mejor año de la historia del sector fotovoltaico en nuestro país. Además, antes del comienzo de la emergencia por el Covid-19, nuestro sector daba empleo a alrededor de 60.000 personas, contribuyendo a reactivar las economías locales de aquellas zonas de la España vaciada que acogen las plantas en suelo y proyectos de autoconsumo.
Teniendo en cuenta todos estos beneficios asociados al desarrollo del sector fotovoltaico, hemos planteado una serie de propuestas de medidas a tomar para fortalecer la aportación a la recuperación económica de las plantas en suelo y del autoconsumo. En el segmento de las plantas en suelo, como apuntaba anteriormente, es especialmente importante aprobar cuanto antes una nueva ley de subastas de energías renovables mediante Real Decreto-ley, lo que permitiría poner en marcha el sector con rapidez, y la reforma del marco de Acceso y Conexión a la red eléctrica, introduciendo un nuevo procedimiento de obtención de los permisos que aporte transparencia y evite comportamientos especulativos. La reducción de los plazos de tramitación administrativa, así como el impulso de la digitalización y el acceso a la mejor tecnología 5G disponible, son otros elementos clave para acelerar el desarrollo de los proyectos.
Respecto al autoconsumo, hemos planteado medidas de carácter urgente como la introducción de medidas de incentivación fiscal de carácter temporal, la amortización acelerada de las instalaciones para las empresas y un IVA reducido para los clientes domésticos, así como la simplificación y digitalización de las tramitaciones administrativas.
¿Hasta que punto el autoconsumo nos beneficia a todos? ¿A empresas, particulares, industrias…?
El autoconsumo aporta numerosos beneficios al sistema eléctrico, al medio ambiente y al conjunto de la sociedad. Respecto al sistema eléctrico, acercar el punto de generación de energía al lugar de consumo evita las pérdidas que se producen entre la instalación generadora de electricidad y el punto de consumo, así como el desarrollo de nuevas redes de transporte y de distribución. En este sentido, también genera competencia y flexibilidad en el sistema eléctrico, que puede derivar en una reducción de los precios finales de la energía.
El autoconsumo es, además, solidario con el medioambiente, porque permite generar energía limpia, contribuyendo a la mejora de la calidad del aire, lo que se traduce en una mejor salud de todos los ciudadanos. Y permite poner el consumidor en el centro del sistema eléctrico, haciéndole responsable de la generación y del consumo de energía y convirtiéndole en un actor en la lucha contra el cambio climático. En una vivienda unifamiliar o en un bloque de viviendas, el autoconsumo ayuda a reducir la factura eléctrica, generando ahorros económicos, y, en combinación con sistemas de almacenamiento, alcanzar altos niveles de independencias de la red. En cuanto a las empresas que apuestan por el autoconsumo, además de beneficiarse de una ventaja competitiva al obtener ahorros en el gasto energético, también ven mejorada su imagen corporativa, al contribuir a la sostenibilidad de su actividad.
Otros beneficios clave que no podemos olvidar asociados al desarrollo del autoconsumo son la contribución a lucha contra la pobreza energética, porque permite que esos colectivos que no disponen de recursos para pagar la factura de la luz tenga acceso a la energía, así como la generación de empleo directo, cualificado y local, representando una ayuda para las zonas de la España vaciada.
En la actualidad, UNEF tiene más de 430 asociados, que representan a la práctica totalidad de la cadena de valor de la solar FV. ¿Echan todavía a alguien en falta?
La asociación se ha ido consolidando en los últimos años como referente del sector fotovoltaico y el hecho de que contemos con 438 empresas asociadas, un número en constante crecimiento, demuestra la gran representatividad que hemos alcanzado. Creo que las principales claves de este importante crecimiento tienen que ver con los principios de democracia, participación y transparencia que se siguen en UNEF en la definición de la estrategia y en la toma de decisiones. Unido a la credibilidad y seriedad de nuestras actuaciones. Con un grado de representatividad superior al 90 % del sector, UNEF se ha convertido en el sitio donde hay que estar si se trabaja en el sector fotovoltaico. Pero siempre que haya una empresa del sector, ya sea grande o pequeña, que no esté asociada la estaremos echando de menos.
¿Cree que invierte lo suficiente el sector español fotovoltaico en investigación y en desarrollo tecnológico? ¿Hay muchos retos todavía por delante?
La innovación es uno de los motores de crecimiento de nuestro sector y los esfuerzos que se han realizado a lo largo de las últimas décadas han permito llegar a la situación actual en la que la tecnología ha reducido sus costes en un 95% en la última década. Y todavía queda margen de mejora, sobre todo desde un punto de vista de aumento de la eficiencia de las células fotovoltaicas y del desarrollo de nuevas tecnologías fotovoltaicas para la integración de esta tecnología en la edificación y en los vehículos y para aplicaciones flotantes.
En España, el sector fotovoltaico cuenta con una de las mayores ratios de gasto en I+D por ingresos y es necesario mantener una innovación constante para poder mantener la posición comercial que ha alcanzado. A este respecto, desde UNEF hemos propuesto implementar un programa de I+D en tecnologías limpias basado, por ejemplo, en programas de apoyo a las aplicaciones fotovoltaicas para producir combustibles renovables como el hidrógeno.
Los retos que tenemos por delante son el fomento de la colaboración público-privada y una mayor movilidad profesional entre ambos sectores. Los centros tecnológicos deben contar con los recursos necesarios para captar talento en el sector privado, y debe haber más investigación en las empresas para que éstas contraten doctores y tecnólogos. Otro reto clave es la digitalización del sector, a través de la introducción del Internet de las cosas y el blockchain para la gestión integrada de la demanda y de las empresas, lo que condicionará su competitividad futura, por lo que es esencial poner a su disposición las mejores tecnologías disponibles basadas en redes 5G.
El gobierno ha anunciado que, si es posible, habrá subastas este mismo año. ¿Cómo le gustaría a la presidenta de UNEF que fueran esas subastas?
Las subastas son una herramienta fundamental para asegurar un desarrollo ordenado del sector y garantizar el cumplimiento de los objetivos establecidos por el PNIEC. Por ello, pedimos que se convoquen cuanto antes y que se establezca un calendario mínimo a cinco años con dos convocatorias anuales, para dar previsibilidad al sector y atraer a los inversores. Entre nuestras empresas existe consenso sobre el modelo que las subastas de energías renovables tienen que tener, que tiene que ser estándar y homologable internacionalmente. En primer lugar, queremos que las subastas sean pay-as-bid, es decir, que sea en función del precio ofertado por la energía generada, porque este criterio permite evitar sobreretribuciones y ofertas temerarias. Además, queremos que sean tecnológicamente neutras, en esta fase del desarrollo del PNIEC es importante captar el mejor precio para el consumidor. Las subastas especiales se deben de hacer para proyectos que ofrezcan capacidad firme, pequeños proyectos o tecnologías inmaduras que se considere estratégico su desarrollo.
Para asegurar una mayor fiabilidad en los resultados de la subasta, creemos que debe haber una precalificación para poder participar. En esta línea, pedimos que los proyectos participantes tengan el punto de acceso y conexión concedido y la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable. Este aumento de los requisitos de precalificación para participar en la subasta supone que los proyectos estén en una fase de desarrollo avanzada. Por eso proponemos un aval de 30€/kW y un plazo máximo de conexión a dos años, con la posible extensión de seis meses adicionales, pero perdiendo por cada mes de retraso un sexto del aval depositado. Además, creemos que es importante que la participación en la subasta no exima que una parte del proyecto pueda ir a mercado. Para no generar una alteración en el precio resultante de la subasta, proponemos limitar la parte que vaya a mercado al 25% del proyecto como máximo. Y Para permitir una mayor diversificación del sector, queremos recalcar la importancia de que se reserve un 20% de la capacidad a subastar para proyectos menores de 10 MW de potencia.
También, en aras de un mercado más participativo, pedimos que haya una limitación de asignación máxima a cada agente del 30% de la capacidad subastada.
Antes mencionaba que están trabajando en una mayor involucración de las mujeres en el desarrollo de la industria solar fotovoltaica. ¿Aporta valores diferentes la mujer?
Según datos de IRENA, la Agencia Internacional de energías Renovables, el sector de las energías renovables cuenta con un 32% de trabajadores femeninos. Comparado con del sector de generación eléctrica con combustibles fósiles, donde el 22% de los trabajadores son mujeres, este dato es esperanzador, pero no tenemos que olvidar que la nuestra es una industria relativamente nueva, por lo que debemos aspirar a alcanzar un porcentaje mayor. En el sector fotovoltaico existen muchas mujeres con una dilatada experiencia que cuentan con perfiles de investigadoras, ingenieras, economistas, técnicas y comerciales, cuya aportación es clave, tanto desde un punto de vista de conocimiento del sector, como desde un punto de vista de valores asociados al liderazgo femenino, como son la inclusión, la empatía y la colaboración. Por esta razón creo que es muy importante fomentar su participación en los foros de debate y en la toma de decisiones estratégicas para garantizar un mejor aprovechamiento de ese potencial.
¿Y se plantean en UNEF la realización de iniciativas concretas que ayuden a la transición justa y a empoderar a las mujeres?
Desde UNEF vamos a poner en marcha una serie de iniciativas en este sentido, como la celebración de cursos de formación en el sector fotovoltaico específicos para mujeres. Además, vamos a trabajar para realizar acciones de difusión, sensibilización y colaboración técnica en proyectos de desarrollo y cooperación específicamente orientados a fomentar la energía fotovoltaica y la participación de las mujeres jóvenes en este sector, en colaboración con Plan International, organización que trabaja para promover el empleo y el emprendimiento y las habilidades STEM en mujeres jóvenes para asegurar su inclusión en la acción climática y la transición ecológica.
Esta entrevista se ha publicado en número de junio de 2020 (ER192)