Más de 250 alumnos egresados. 16 promociones. Un 90 % de inserción laboral. Datos más que positivos de los que se pueden extraer muchas lecturas y muchas lecciones. ¿Cuáles destacaría?
Quizá la primera lección, y no sé si la probablemente la más importante también, es que cuando el máster en energía solar fotovoltaica se pone en marcha, se impulsa por un grupo de profesores e investigadores del Instituto plenamente convencidos de que el papel de la fotovoltaica va a ser decisivo. Hemos pasado por escenarios muy distintos: por el primer boom fotovoltaico donde España lideró las instalaciones a nivel mundial; la situación de parón absoluto con los decretos que vinieron después y en particular con el famoso impuesto al sol; su posterior revocación que permitió de nuevo retomar una senda de crecimiento…, es decir, ha habido un escenario muy cambiante a lo largo de todo este tiempo.
Ahora la situación es francamente propicia, creo que hay pocas dudas de que la fotovoltaica es necesaria, y eso es un aprendizaje con el que ya vienen los alumnos de nuevo ingreso. Son plenamente conscientes de la necesidad y de la urgencia de desarrollo de la fotovoltaica. Frente a otro tipo de programas de formación, una de las características singulares de este máster es que es realmente específico, con un alto grado de especialización, cuando lo habitual es encontrarse con programas generalistas de energía, y en particular de energías renovables.
Una inserción laboral en pleno auge, donde los perfiles mejor preparados son los más demandados. ¿Cómo ha cambiado esta situación en estos años?
En los últimos años, el escenario ha cambiado con la evolución del sector. Hemos pasado años en los que las salidas profesionales en este país eran muy reducidas, en los que la salida más habitual era la carrera académica al finalizar el Máster. Ahora, el perfil típico que recibimos es gente con un interés muy muy marcado y muy pronunciado en sistemas fotovoltaicos, que quiere desarrollar una carrera profesional en la ingeniería, en el diseño, en operación y mantenimiento, en la monitorización de plantas, etc. Además, las empresas están viniendo directamente a buscar a nuestros alumnos. Las tasas de empleabilidad del máster se han disparado en los últimos años, es decir, desde que comenzamos el curso en septiembre a la finalización del mismo en julio, prácticamente todos nuestros alumnos encuentran una salida profesional.
¿Cómo es el perfil del alumnado del máster?
Hemos tenido gente de 25 países distintos: de Sudamérica, de Asia, de África… Tenemos variedad de perfiles. Esto es algo de lo que estamos también muy orgullosos porque hemos sido capaces de traer gente interesada en la fotovoltaica desde sitios muy lejanos. En general su formación previa es en física e ingeniería, y gente que viene de trabajar en el sector buscando ese complemento de formación. En cuanto al ratio mujeres-hombres, lamentablemente tenemos una relativamente baja participación de mujeres en el máster, pero nuestro compromiso es firme y estaríamos encantados de tener una mayor cuota femenina en el ingreso y también en el profesorado.
En un presente energético en el que la generación fotovoltaica crece y crece de manera constante, y su constante investigación… ¿Cómo se traduce esto a las enseñanzas del máster? ¿Se actualizan los planes de estudios?
Hay revisiones del plan de estudios de forma permanente. Otra de las grandes ventajas de nuestro máster es que los profesores son también excelentes investigadores del Instituto de Energía Solar que trabajan en proyectos al filo del conocimiento en todos los ámbitos de la fotovoltaica. Esto facilita que haya una transferencia de conocimiento sin intermediarios desde el laboratorio de investigación al aula donde se imparte el máster.
¿Esta evolución de la energía solar fotovoltaica ha provocado que los nuevos alumnos lleguen con más conocimientos previos que antes?
Sí. Además, en los últimos años, y en relación directa con la evolución del sector, hemos incorporado un nuevo tipo de perfil de ingreso, el perfil de un profesional del sector que ya está trabajando y que decide, de acuerdo con su propia empresa, venir a formarse al máster para consolidar conocimientos y para terminar de completar su formación. La situación es tan explosiva que a las empresas les interesa consolidar la formación de sus propios trabajadores y asegurarles una proyección profesional más sólida.
Y en cuanto a avances fotovoltaicos, ¿cuáles destacaría?
Los avances en fotovoltaica se están dando absolutamente en todos sus ámbitos y a todas las escalas. Por ejemplo, los módulos y las células cada vez funcionan mejor, cada vez generan más potencia a partir del mismo recurso. Los récords de eficiencia de células de silicio los están consiguiendo los propios fabricantes y no los centros tradicionales de investigación. Pero también a nivel de sistemas fotovoltaicos están pasando muchas cosas muy interesantes como la integración de la digitalización en la operación y mantenimiento, en la prospectiva de tasas de generación de energía a la hora de hacer los diseños de las plantas… todo eso está avanzando a una velocidad vertiginosa acompañada, por ejemplo de herramientas relativamente nuevas como la inteligencia artificial. Y, sin duda, lo relativo al reciclaje de la tecnología, una pata nueva en el sector y en la que en el Instituto que ya se está trabajando. Unos avances que continúan y lo hacen a un ritmo extraordinario, con unas consecuencias directas en la reducción de costes. El gran éxito de la fotovoltaica ha venido no solamente por la mejora de los rendimientos, sino por la drástica reducción de costes.
¿La ubicación o localización de la fotovoltaica también avanza?
Yo tengo la sensación de que se van a ir ampliando las localizaciones ya existentes y que vamos a ver una expansión general de la tecnología. El autoconsumo en instalaciones domésticas, las grandes plantas y la fotovoltaica flotante son opciones ya demostradas y que van a seguir expandiéndose. Además, hay otros mercados con un carácter más nicho, como las aplicaciones espaciales, que aunque siempre han estado ahí y van a seguir en expansión, nunca ha habido tantos satélites y tantas misiones espaciales como hoy en día. Ese mercado sigue creciendo y ese mercado se nutre de unas células de altísima eficiencia específicas para ese tipo de aplicaciones. Es decir la fotovoltaica va a crecer en todos los frentes.
Esa ampliación de localizaciones de la fotovoltaica actualmente está generando debates, e incluso oposición, en algunos territorios y entre la ciudadanía.
Es uno de los ámbitos de trabajo en los que es necesaria cierta pedagogía. Es cierto que existe el debate y también es cierto que hay situaciones que no deberían haberse producido. El desarrollo de la fotovoltaica muchas veces está impulsado no solamente por cuestiones tecnológicas o cuestiones medioambientales, sino puramente económicas y yo creo que es ahí donde hay que hacer pedagogía y alcanzar un compromiso de todas las partes. Estoy convencido de que no hay un problema irresoluble de incompatibilidad en el uso del terreno. No creo que sea realmente necesario que la fotovoltaica desplace otros sectores económicos, sino más bien al contrario. Hay una sinergia evidente y es perfectamente compatible aprovechar los dos tipos de recursos en la inmensa mayoría de las situaciones.
Por último, hay un actor imprescindible del que todavía no hemos hablado. El almacenamiento.
Sin duda esa es la tarea que quizá pueda revolucionar más significativamente la fotovoltaica y todo el sistema energético, y en particular el sistema eléctrico. Aquí en el Instituto hay varias actividades relacionadas con eso, algunas muy innovadoras. Hay un tipo de almacenamiento en fase de desarrollo y prueba con silicio fundido. Esto consiste en aprovechar una transición de fases de un material para almacenar energía. Si esa transformación es reversible, tú puedes invertir energía excedente en esa transformación y recuperarla en otro momento posterior. En el caso de la fotovoltaica va a ser necesario tener la capacidad de almacenar o proporcionar de forma rápida y de forma intermitente en función de la variabilidad de la generación.
MÁSTER EN ENERGÍA SOLAR FOTOVOLTAICA
Organiza: Instituto de Energía Solar (Universidad Politécnica de Madrid)
Objetivo: formación científica, técnica y profesional, teórica y experimental, de expertos del máximo nivel en las diferentes disciplinas y saberes de la fotovoltaica. Este Máster se basa en la práctica de principio a fin, por lo que todas las infraestructuras de I+D del IES-UPM se ponen a disposición del aprendizaje de los estudiantes.
Lugar, fecha y duración: Madrid. Presencial. Un curso académico. 60 créditos. Oferta 35 plazas. Castellano e inglés. Horario de tarde.
Precio: 45,02 euros por crédito para estudiantes del espacio europeo y 84,07 euros para el resto (más tasas de matrícula).
Información: 910 672 523
Correo e: info@ies.upm.es