¿Cómo es el trabajo de organizar y dirigir un centro de tal nivel?
Es un trabajo gratificante. Me siento privilegiada de poder compartir esta faceta de mi vida con un equipo de profesionales tan motivados, preparados, de tanto nivel y reconocimiento en Europa. Creo que nuestra motivación proviene de ser parte de un proyecto común en el que nos gusta pensar que estamos escribiendo ‘un pedacito de historia’ dentro del almacenamiento de energía, por el relevante papel que éste va a tener en la transición energética. Los resultados del centro y el nivel alcanzado lo hemos conseguido los 160 investigadores que ya somos, y que nos han llevado a posicionarnos en los mejores rankings de investigación a nivel mundial. Tenemos un modelo organizativo especial que facilita que nuestra investigación tenga una clara orientación a generar impacto científico y al mismo tiempo impacto industrial.
¿Cómo trabajan los investigadores dentro del centro?
Nuestro equipo humano trabaja de forma activa en las principales iniciativas europeas asociadas al sector de las baterías, las soluciones de energía térmica y las tecnologías del hidrógeno verde. Todo ello desde una filosofía centrada en generar un entorno laboral que satisfaga tanto las aspiraciones profesionales como personales de nuestro equipo. Creamos un ambiente de trabajo en el que conjugamos la excelencia científico-tecnología y el impacto industrial, creando oportunidades de desarrollo de carrera profesional en todo nuestro ecosistema. Parte de la receta de nuestro éxito es además que trabajamos de la mano de las empresas desde la ideación de las estrategias de investigación. De hecho, estamos convencidos que esta fórmula es la que, en parte, explica nuestros éxitos hasta la fecha y con la que confiamos seguir creciendo y dando respuesta a los retos y objetivos que tenemos en el futuro.
¿El CIC energiGUNE es algo más que almacenamiento?
La investigación en almacenamiento energético ha sido y es el corazón de nuestra actividad científica, siendo el campo que nos ha permitido posicionarnos como un centro de referencia tanto para el sector científico como industrial. No en vano, gracias a nuestra actividad en esta área hemos logrado ser reconocidos como uno de los tres mejores centros europeos en investigación de almacenamiento y contamos con una posición de liderazgo en tecnologías revolucionarias como las de las baterías de estado sólido. Ahora bien, desde hace tiempo hemos observado que la industria de nuestro alrededor, alentada por nuestro trabajo y conocimiento, nos demanda ir más allá en nuestra actividad, cubriendo también campos científicos que precisan de avances. Por ello, con los años, nuestra propuesta investigadora se ha ampliado, cubriendo nuevas áreas con las que dar respuesta, desde nuestro expertise, a los retos energéticos del futuro. De ahí que hayamos incorporado nuevas líneas de trabajo como el desarrollo de soluciones de gestión de energía térmica (cada vez más demandadas por la industria) o la investigación en tecnologías del hidrógeno, que cubren retos y necesidades más allá del almacenamiento.
¿Qué destacaría de estos años en investigaciones conseguidas o realizadas?
Sobre todo, destacaría el hecho de que la industria y las empresas asocian la actividad de CIC energiGUNE con las baterías de estado sólido, o con las baterías de sodio. Así mismo, nos vinculan a una investigación de alto nivel, orientada a la generación de tecnologías disruptivas que, dando respuestas reales a las necesidades de la industria, les permitan diferenciarse del resto. Pero, sobre todo, esto nos está permitiendo generar un impacto real en nuestro entorno; uno de los grandes objetivos de CIC energiGUNE desde su nacimiento. Buscamos contribuir junto a otros agentes, a posicionar a Euskadi como una referencia en nuevas alternativas y soluciones para la transición energética, liderando con ello algunas de las grandes industrias del futuro. Hemos sido pioneros, además en lanzar algunas iniciativas empresariales importantes, como nuestra primera spin-off BCARE, nuestro buque insignia, que ofrece servicios de consultoría técnica especializada en baterías, diseño y dimensionamiento de sistemas de almacenamiento, y desarrollo de productos propios de sensorización, monitorización y gestión de baterías, así como servicios de caracterización, ensayo y análisis Post Mortem de baterías de alto valor añadido. A este le han seguido proyectos como la futura gigafactoría de baterías de estado sólido “Basquevolt” de la que también somos promotores junto al Gobierno Vasco y varios socios industriales, ejemplo de la colaboración público-privada y de la que se va a oír hablar mucho en los próximos años.
¿En qué punto está el almacenamiento en España? ¿Y en Europa?
En términos europeos, se trata de una de las grandes apuestas de la industria comunitaria para los próximos años. De hecho, el almacenamiento energético es una de las tres grandes líneas estratégicas lanzadas por la Comisión Europea para su desarrollo en los próximos años, junto a las tecnologías del hidrógeno y las capacidades en materias primas. El objetivo es evitar perder comba en uno de los vectores clave del futuro energético, buscando reducir la dependencia respecto a otras regiones como Asia. De ahí que se esté produciendo un “boom” del sector en Europa, donde se espera que la demanda supere los 1.000 gigavatios hora (GWh) en todo el continente para el año 2030 y que se esté dando una proliferación de proyectos de gigafactorías en el mapa europeo, que buscan dar respuesta a esta demanda estimada.
En el caso de España, hasta hace unos meses hemos apostado con más tibieza por esta industria en comparación con otros vecinos europeos, pero ya se están empezando a dar algunos pasos con los que acelerar la apuesta por el sector. Europa lleva invirtiendo tres veces más que China en los años 2019 y 2020 en este sector, y esperemos que el Gobierno de España tenga una política de apuesta por el sector más allá del Perte del Vehículo Eléctrico y el Perte del almacenamiento de energía, que permita impulsar el desarrollo de la industria, la inversión necesaria y la generación de tecnología propia. No debemos olvidar que la industria de las baterías está muy vinculada al sector de la automoción y el español es el segundo más importante de Europa. Según nuestras propias estimaciones España va a necesitar al menos dos o tres gigafactorías. La atracción de proyectos como el de Volkswagen en Sagunto (Valencia), donde la compañía alemana parece desarrollará una gigafactoría para las baterías de sus coches eléctricos está estos días en boca de todos. Esta iniciativa, junto a otras como la ya mencionada Basquevolt, aspiran a situar a España en la cabeza de la industria europea del almacenamiento en el futuro.
Desde las investigaciones que se están realizando en el centro, ¿qué nos espera?
Sobre todo, en este momento estamos desarrollando, a través de nuestras distintas áreas, soluciones viables y efectivas a las necesidades que presentan las empresas y la sociedad en el contexto de la transición energética. En el campo del almacenamiento electroquímico seguimos trabajando en la nueva generación de baterías de estado sólido que se espera que den respuesta a las necesidades de sectores críticos como el vehículo eléctrico o las energías renovables. Además, nuestra actividad también se centra en el despliegue de otras alternativas como las baterías de flujo redox o los supercondensadores, baterías con materiales alternativos al Litio, Cobalto y Níquel como las baterías de sodio, así como en impulsar tecnológicamente otras etapas clave de la cadena de valor de las baterías, como su reciclaje y segunda vida (contribuyendo así a la circularidad del sector). En el campo de las soluciones térmicas, la investigación de esta área se enfoca en materiales, sistemas y soluciones dirigidas a la gestión térmica para aplicaciones a gran escala, para procesos industriales y para aplicaciones residenciales, entre otros campos. Así, dentro de este ámbito, destacan las soluciones de eficiencia energética y recuperación de calor que se desarrollan para la industria, así como algunas investigaciones en curso en el ámbito del aislamiento térmico en el sector residencial o en la obtención de energía a partir de las vibraciones de los vehículos eléctricos. Finalmente, en el campo de las tecnologías del hidrógeno, la investigación llevada a cabo en este campo se centra en el desarrollo de nuevos métodos de producción de hidrógeno verde por electrólisis avanzada y por vías térmicas, lo que permitirá el impulso de este vector energético en los próximos años. Igualmente, se trabaja en el estudio y desarrollo de pilas de combustible de nueva generación, para su posterior aplicación en diversas industrias (como por ejemplo el transporte pesado).
¿Qué tiene que hacer un país como España para adoptar de manera definitiva el almacenamiento?
Principalmente, continuar el camino que se ha iniciado por ejemplo con proyectos como los Perte del Vehículo Eléctrico y el Almacenamiento Energético, dónde se ha apostado por la colaboración público-privada para el desarrollo de la industria. A nivel más regional, para nosotros la referencia ha sido Gobierno Vasco que ha tenido políticas de mantenimiento de la apuesta por el almacenamiento a lo largo de los años. Los países que actualmente lideran esta carrera, como los asiáticos, acreditan que esta fórmula, que es la que ellos han empleado, es la acertada para el desarrollo científico e industrial del sector. En nuestro caso, a nivel estatal, contamos con grandes empresas que, con los incentivos y programas de ayuda adecuados para las fases iniciales de inversión, podrán acelerar su apuesta y despliegue del sector de forma definitiva.
¿Será posible?
El contexto en el que nos encontramos hoy, donde se ha acreditado no solo la necesidad climática, sino también la importancia económica de apostar por nuevos modelos energéticos, unido, además, a las oportunidades que traerán consigo los fondos europeos, hace que el viento juegue a nuestro favor para conseguirlo. Con o sin fondos, no solo es posible, sino que es necesario para la tan ansiada transición energética, y un foco importante de generación de riqueza, y de empleo de calidad.
• Entrevista incluida en la edición de abril de la revista de papel Energías Renovables (ER 210)