¿Se pondrá coto al déficit de tarifa con el nuevo modelo?
La génesis principal del déficit de tarifa generado hasta la fecha es, precisamente, que los sucesivos Gobiernos se han hecho "trampas al solitario" introduciendo en la tarifa eléctrica solo una parte de los costes que reconocían a las eléctricas. Y esto no ha cambiado. Es cierto que algunas partidas, como la nueva retribución de las renovables, por ejemplo, será mucho más predecible a partir de ahora (a costa, eso sí, de la aniquilación del sector); pero otras muchas partidas siguen estimándose sin criterio objetivo alguno. Me refiero a aspectos como la demanda o los sobrecostes de generación no peninsular, sobre cuya estimación el Gobierno sigue teniendo un alto grado de discrecionalidad y que presumiblemente serán fuente de futuros déficits de tarifa que, no me cabe la menor duda, recaerán finalmente sobre consumidores y productores independientes.
¿Qué oculta la factura "transparente" de las eléctricas?
El nuevo sistema de facturación de la electricidad para el cliente doméstico que ha propuesto el Gobierno es, una vez más, fruto de la improvisación. Esta vez derivada del ridículo internacional que hizo con la anulación de la subasta del pasado mes de diciembre. No se puede negar que elimina un problema -el efecto inflacionista de las subastas-; pero lo hace a costa de crear nuevos problemas potencialmente mayores que aquél. El problema principal del nuevo sistema es que se empujará a 27 millones de consumidores a un mercado mayorista de electricidad que, según reconocen el propio Gobierno, la Comisión Nacional de Mercados y Competencia y la Comisión Europea, presenta notables deficiencias en su mecanismo de formación de precios.
¿Las subastas eran solo la punta del iceberg?
Efectivamente. Mientras no se aborde en profundidad una modificación del mercado mayorista de electricidad, el sistema seguirá siendo opaco para el consumidor y la competencia será mínima. Adicionalmente a lo anterior, resulta que para la inmensa mayoría de consumidores, el nuevo sistema resultará inútil, dado que carecen de la infraestructura de medida de energía necesaria para aprovechar las escasas ventajas que podría proporcionarles.
¿Cuánto han estado inflando las subastas la formación de precios de la electricidad?
La Comisión Nacional de Mercados y Competencia ha cifrado recientemente en cerca de 1.700 millones de euros lo que los consumidores domésticos hemos pagado de más por el efecto inflacionista de las subastas desde que se pusieron en marcha -en julio de 2009- hasta octubre de 2013. La cifra es tan escandalosa que no se entiende cómo no se exigen responsabilidades a quienes han permitido que la situación se prolongara durante tantos años. A este respecto quiero recordar que yo personalmente vengo denunciándolo públicamente desde enero de 2011 y que no ha sido hasta que el sistema ha "crujido" hasta que se han visto obligados a tomar medidas.
El nuevo sistema planteado por el Gobierno, ¿acabará con estas prácticas?
Me temo que no, porque ante la enorme complejidad del sistema propuesto de facturación horaria, apuesto porque la mayoría de consumidores se acogerán a la modalidad de precio fijo que -auguro- llevará intrínseca una prima de riesgo aún mayor que la de las subastas. Y, además, habrá penalización si se decide resolver anticipadamente el contrato. Es un auténtico despropósito.
¿Podemos permitirnos que siga subiendo la luz indefinidamente?
Hechos acreditados como el alarmante incremento de las familias en situación de pobreza energética nos demuestran que no. El problema es aún más escandaloso cuando se tiene conciencia de que más del 60% de la generación eléctrica en España prácticamente no tiene costes variables, por lo que podría perfectamente garantizar a muy largo plazo un precio esencialmente fijo de la electricidad. La casación de esta realidad con un sistema en que la mayoría del coste del recibo dependa de la hora de consumo se me antoja imposible.
¿Habría que plantear una quita a las eléctricas?
No soy partidario de la inseguridad jurídica en el sector, ni para unos ni para otros. Creo que antes de hablar de quita hay que empeñarse en que se haga en profundidad una auditoría independiente de costes del sector eléctrico que nos permita conocer si los activos de las empresas cuya inversión ha estado protegida por el Estado están siendo o no sobreretribuidos respecto de sus condiciones retributivas en el momento de realizarse la inversión. Solo en caso afirmativo sería partidario de que se devolvieran las cantidades cobradas en exceso.
¿Más generación con renovables y menos con convencionales es el camino para llegar a tener unos precios justos para todos?
Las renovables aportan estabilidad a largo plazo en los precios. En este momento, además, algunas de las tecnologías son claramente más baratas que las convencionales incluso sin tener en cuenta el demoledor balance de externalidades (costes, típicamente sociales y medioambientales no incluidos en el precio) a su favor. Permiten, además, que cada cual decida cuál es la mezcla de fuentes de energía que quiere utilizar para su abastecimiento. Por todo ello, las renovables son la vía más barata, más justa y más democrática para resolver la grave crisis energética que, sin duda, estamos padeciendo a nivel mundial.