– ¿Qué es Abengoa Seapower, cómo surge, con qué objetivo?
Abengoa Seapower es una nueva unidad de negocio de Abengoa que nace con el objetivo de abordar el incipiente, pero prometedor, negocio de las energías del mar. Con esta apuesta, Abengoa se mantiene fiel a sus principios de impulsar negocios relacionados con el desarrollo sostenible, tecnológicamente innovadores y donde aspiramos a alcanzar liderazgo internacional. En la última década podemos contar la historia de éxito de Abengoa Bioenergía, Abengoa Solar y Abengoa Water; ahora es el turno de Abengoa Seapower, pero también de Abengoa Hidrógeno y Abengoa Cultivos Energéticos.
– ¿Por qué Abengoa entra en el campo de la energía marina?
Creemos firmemente que las energías del mar –aquellas que se generan desde la propia masa de agua, y excluyendo la eólica marina– serán la próxima revolución en las energías renovables. Estamos hablando de extraer energía de un medio no explotado hasta este momento y que, por tanto, viene a sumar al global de energías renovables. Diferentes estudios, llevados a cabo en cada país pero también globalmente, apuntan a que las energías del mar podrían contribuir a largo plazo a cubrir el 30% de la demanda eléctrica.
Aunque hay mucho camino por recorrer, las proyecciones de la Agencia Internacional de la Energía ya apuntan a la nada despreciable cantidad de 17 GW de potencia instalada en el año 2035. Para cumplir estos objetivos, un desarrollo tecnológico ordenado y eficiente resultará clave. Tal y como mencionaba anteriormente, la consecución de este tipo de negocios está en el ADN de Abengoa.
– Una de las primeras actuaciones de Abengoa Seapower es unirse a Vattenfall y Babcock para crear Nautimus, “la primera empresa de servicios de ingeniería dedicada a las energías undimotriz y maremotriz”. ¿Qué implica esto? ¿Se trasladará personal de Abengoa a Escocia de forma permanente?
Uno de los primeros escollos a los que se enfrenta esta incipiente industria es la ausencia de integradores, empresas de servicios de ingeniería que sean capaces de proveer al cliente una solución llave en mano. Nautimus nace por tanto para cubrir ese hueco. La elección de socios no puede ser más acertada: Vattenfall, compañía eléctrica sueca con un programa ambicioso de promoción y operación de parques de energías marinas, y Babcock, referente mundial en el sector offshore.
En este sentido, también hemos elegido Escocia porque es la región del mundo más avanzada en el sector. Su combinación de recurso natural, legislación, regulación específica, tecnólogos y apoyo gubernamental es única hoy en día. Esperamos que Escocia muestre al mundo el verdadero potencial de las energías del mar para, a partir de ahí, hacer un despliegue más global. En estos momentos estamos terminando de perfilar el diseño de Nautimus con nuestros socios. En efecto el hecho de trasladar equipo técnico de Abengoa a Escocia es una posibilidad que actualmente estamos barajando. También destacaría que, por el lado tecnológico, Abengoa Seapower está inmerso en un ambicioso programa de I+D, que estamos ampliando, y colaborando estrechamente con alguno de los principales tecnólogos.
– Nautimus colaborará con desarrolladores de tecnología como Pelamis Wave Power (PWP) ¿Construirá e instalará ingenios diseñados por este y otros tecnólogos marinos?
Así es, Nautimus es una empresa de servicios de ingeniería tecnológicamente neutra y, por tanto, dispuesta a instalar y mantener el dispositivo que mejor se ajuste a las necesidades de nuestros futuros clientes, típicamente grandes compañías eléctricas y desarrolladores de proyectos.
– La planta Aegir, que Vattenfall y PWP están desarrollando en las islas Shetland (Escocia) ¿va a ser el primer cliente de Nautimus? ¿Cómo es esta instalación?
Antes instalaremos y probaremos un dispositivo de PWP en 2013. Si las pruebas resultan exitosas, tal y como confiamos, este dispositivo se unirá a otros diez o doce para configurar la planta de 10 MW de Shetland en 2015–2016. Si bien esta planta ya será comercial, el tamaño óptimo de planta que permite generar importantes ahorros, por efecto escala en la instalación, operación y mantenimiento, es de 50 MW en adelante. Este sería el siguiente objetivo.
– Usted ha dicho que “en Abengoa hemos pasado de prototipos a grandes proyectos comerciales de energía termosolar, que suman más de 1.500 MW en menos de una década; consideramos que la energía undimotriz está lista para la misma transformación, razón por la cual hemos creado Abengoa Seapower y colaboramos con Nautimus”. ¿Cree que en diez años puede haber miles de MW de energía marina instalados?
Miles no, para eso habrá que esperar a 2030 en adelante, sin embargo solo en Reino Unido hay ya 600 MW adjudicados pendientes de instalación. España y Portugal se han marcado para 2020 objetivos de 100 MW y 250 MW respectivamente, Francia 380 MW, en Australia el gobierno ha adjudicado una importante ayuda para un primer proyecto comercial de 19 MW, etc. Llegar a 1.000 MW en 2020 sería un gran logro de toda la industria. Ahí nos encontraríamos en el punto de inflexión.
– La participación de Abengoa en Nautimus ¿supondrá un empujón al desarrollo de la energía marina en España? ¿Algún proyecto en la cartera?
Nautimus va a tener su principal centro de operación en Escocia, pero eso no significa que Abengoa Seapower pierda el pulso del desarrollo de estas energías en España, donde hay iniciativas y proyectos interesantes a día de hoy, fundamentalmente de centros de prueba, que estamos estudiando. Poder desarrollar desde Nautimus las mejores prácticas del sector a nivel mundial, sin duda nos ayudará en el desarrollo del mercado nacional.
– ¿Qué papel puede jugar España en el desarrollo de la energía marina?
El recurso marino español, si bien no está entre los mejores del mundo, se puede definir como bueno en la costa cantábrica y atlántica. Por lo que España se vuelve a encontrar con una gran oportunidad para la creación de un tejido industrial con alto valor añadido, como ocurrió en los sectores eólico y solar, y que no han pasado desapercibidos. Fue una gran noticia comprobar como el nuevo Plan de Energías Renovables 2010-2020 fija un objetivo de 100 MW para 2020, pero no es menos cierto que todavía falta que se defina una regulación específica que pueda hacer viables los primeros proyectos comerciales de estas energías. Sin ella las energías marinas en España naufragarán, nunca mejor dicho.