¿Qué es una comunidad energética?
Contesto a vuelapluma. Una comunidad energética, y parto de las definiciones de las dos directivas, que resumo de una forma general, tiene que ser necesariamente una entidad jurídica, alrededor de la cual se organizan personas y entidades, públicas o privadas, del entorno próximo, para cooperar unidas en una actividad relacionada con el sector energético con el fin de prestar servicios, u otros beneficios socioeconómicos y medioambientales (en lugar de ganancias financieras), a sus miembros o a la comunidad local.
¿Cuáles son las fuentes de las comunidades energéticas? ¿Cómo están surgiendo? ¿De dónde: de cooperativas, de iniciativas vecinales, de administraciones?
El panorama es muy variado. Se están involucrando muchos actores muy diversos en su promoción: actores que las promueven desde la visión de que hay una oportunidad o nicho de negocio en lo que es la gestión de estas comunidades; otros que lo hacen desde el ámbito institucional, desde los ayuntamientos; y otros [actores] que lo ven desde el punto de vista de que lo que realmente se plantea es el empoderamiento de la ciudadanía y la toma de conciencia en lo que se refiere a la energía. Todos esos actores están ahora en el tablero y todos están promoviendo comunidades
¿Hay muchas cooperativas que estén impulsando comunidades?
En Unión Renovables todas las cooperativas están promoviendo la creación de comunidades en su entorno de trabajo, o bien a través de personas socias que forman parte de las propias cooperativas, o bien desde la misma cooperativa.
¿De cuántas iniciativas estamos hablando?
Vamos a ver. En Unión Renovables a finales de 2020 éramos unas 105.000 personas socias en 21 cooperativas, y teníamos unos 150.000 contratos de energía. Desde este colectivo, y desde colectivos con los que conformamos redes, como puede ser la Red de Economía Social y Solidaria, se han impulsado unas 28 comunidades, hasta el momento, que se encuentran en diferentes grados de maduración y evolución.
El Gobierno ha anunciado hace solo unos días la activación de 100 millones de euros en subvenciones para impulsar las comunidades energéticas en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. ¿Qué lectura hace Unión Renovables sobre el particular?
Creo que es un elemento distorsionador importante, independientemente de que también lo vea como impulsor de la creación de comunidades. Digo que es un elemento istorsionador porque pueden acabar entrando en este proceso actores que vean ahí un nicho de negocio -en la gestión de esas comunidades- que en realidad no comparten claramente, o pueden no
compartir, el espíritu de lo que debe ser una comunidad energética. La cuestión es que, al no estar traspuestas a nuestro ordenamiento las definiciones de comunidad energética que recogen las directivas europeas... pues el abanico se amplía mucho y cabe la posibilidad de que puedan acabar presentándose como comunidades energéticas muchas entidades que realmente no lo sean. La vida de una comunidad energética no acaba en la captación de esos fondos, ni en dos o tres años. La vida de una comunidad energética hay que plantearla de forma ilimitada. Nosotros entendemos que las comunidades vienen para empoderar a las personas en el mundo de la energía, desde luego, pero también para dotar a los espacios, a los sitios en los que se desenvuelven, de resiliencia. Pensamos que el futuro va a ser de... decrecimiento energético, y creemos que ese decrecimiento va a haber que gestionarlo, y que, mediante las comunidades energéticas, tenemos oportunidades de poder hacerlo mucho mejor. Pensamos que uno de los objetivos clave de las comunidades energéticas es empoderar a las personas para que tomen decisiones con conocimiento de causa en torno a la energía, no como sucede ahora, que la inmensa mayoría está un poco al vaivén de los acontecimientos que ocurren, esclavizada por dinámicas de mercado, legítimas pero perversas.
O sea, que esa inyección de dinero público puede hacer descarrilar el proceso, que está empezando ahora a dar sus primeros pasos, un proceso de concienciación primero (conciencia de lo que es la energía, su coste, su precio, su significado) y de empoderamiento a continuación (empoderamiento de la ciudadanía, a partir de esa conciencia). ¿Es así como debo entenderlo?
En cierto modo sí. Lo que quiero transmitir es que hay comunidades que van a todo hecho, y que toman a la persona participante como mero consumidor, aunque forme parte de una comunidad. Es decir, que no estaríamos concluyendo todo lo que sería el ciclo de empoderamiento... Mientras que cuando tú construyes una comunidad con todos los participantes, pues estás construyéndolo todo, te haces preguntas, identificas las necesidades que tenemos como comunidad y señalas los objetivos... Nuestro objetivo principal es la sustentabilidad a largo plazo. Lo que debemos hacer es lanzar una mirada sobre el entorno en el que nos encontramos y ver qué recursos tenemos y cómo los podemos usar. La energía además es
un factor transversal, porque atraviesa o es necesaria en todos los sectores: la agricultura, la construcción, la movilidad... Para fabricar fertilizantes, por ejemplo, hace falta energía. Pues bien, si va a haber un decrecimiento... pues es posible que los fertilizantes sean más caros en el futuro próximo, y que producir alimentos o trasladar esos alimentos desde sus sitios de origen a nuestras estanterías sea más caro mañana, ¿no? Pues quizá lo que tenemos que hacer es pensar también en cómo organizarnos para abastecernos de alimentos de cercanía. Quizá lo que debamos hacer es, ya que estamos construyendo comunidad... pensar en todo lo demás. Pensar en la alimentación, en la educación, en la vivienda, etcétera, etc. De lo que se trata es de crear comunidad. Y eso se hace concienciando, poniendo en contexto a las personas, construyendo comunidad teniendo en cuenta todas las sensibilidades, no teniendo a las personas como meros espectadores. La cuestión social es una cuestión primordial.
Entiendo que hay poca conciencia ahora mismo...
La primera dificultad que se encuentran las comunidades en su creación es el contexto en el que nos estamos desenvolviendo, un contexto en el que creemos que todo está satisfecho, un contexto de gran consumo, de abundancia. Y yo creo que, por el contrario, el contexto que se aproxima (que es un contexto invisibilizado) no es un contexto de abundancia, sino uno en el que vamos a tener que asumir que tenemos límites, que nuestro planeta tiene límites, y en el que vamos a tener que asumir la situación de emergencia climática, que es una situación que hemos creado nosotros con las actuaciones de nuestro actual tipo de sociedad y que tenemos que reparar de forma urgente. Aunque es un mensaje que se va instalando poco a poco, no lo está haciendo con la velocidad necesaria, no está lo suficientemente potenciado desde las instituciones y desde los medios de comunicación y se convierte en una barrera a superar cuando las personas se ponen en clave de crear una comunidad, porque no las sitúa en clave transformadora, sino continuista y perpetuando lo que se quiere reparar aunque sea con otras tecnologías. El mensaje optimista es que desde el conocimiento podemos actuar, corregir y además podemos hacerlo en clave social, transformadora, inclusiva y ecofeminista.
La última: ¿por qué cree Alfonso Pérez que el Gobierno no ha traspuesto aún las directivas?
Desconozco sus razones, pero veo sus consecuencias y, en mi opinión, en muchas de las propuestas que se están originando… estas consecuencias se traducen en un desvirtuamiento del espíritu original que entiendo tienen las Directivas. El Gobierno tiene los medios y recursos suficientes como para poder haberlo hecho en plazo, pero han situado el foco en otros sitios.
• Entrevista incluida en la edición de octubre de la revista de papel Energías Renovables (ER 205)