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Entrevista a Rosa Fraga y Álvaro Larraza, de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético

Tarifa por tramos: “La forma de financiar el abaratamiento del primer tramo es encarecer el tercero”

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Una tarifa eléctrica por tramos para garantizar el derecho a un mínimo vital de energía en los hogares. Lo que convertiría, de facto, el suministro eléctrico en un derecho esencial. Es la propuesta en la que llevan trabajando desde hace años las organizaciones que forman parte de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético (Px1NME). Hemos hablado con Rosa Fraga (Ourense, 1979. Arquitecta y coordinadora de la Plataforma) y Álvaro Larraza (San Sebastián, 1956. Ingeniero de telecomunicaciones), que no esconden las dificultades inherentes a una medida de este tipo. En todo caso, son dificultades técnicas que se pueden superar y que merece la pena abordar para ofrecer soluciones estructurales al problema de la pobreza energética.
Tarifa por tramos: “La forma de financiar el abaratamiento del primer tramo es encarecer el tercero”

– ¿Cómo surge la idea de proponer una tarifa eléctrica por tramos?
Álvaro Larraza: Como idea flota en el ambiente desde siempre. Con el agua se hace así. Y si desde la Px1NME estamos diciendo que la electricidad es un bien básico y tiene que tener un precio reducido, hay que proponer ideas para conseguir que, efectivamente, lo tenga. Pero hasta un cierto límite porque por encima de un consumo determinado no tiene sentido ese precio reducido. Es de sentido común que los primeros kilovatios hora sean muy baratos y conforme vas consumiendo más, hasta el punto de que podría hablarse de un bien suntuario, un objeto de lujo, lo lógico es que pagues mucho por ello. La Fundación Renovables ya recogía en alguno de sus documentos en 2021 esta idea de la tarifa por tramos. Fue por esa época cuando desde la Px1NME empezamos a darle vueltas. Y cuando el tema tomaba ya cuerpo fue cuando decidimos convocar a todas las organizaciones. Y ahí estamos.

Rosa Fraga: También ha coincidido con el momento en el que ha habido una subida de precios de la electricidad muy importante y se han propuesto medidas como la moratoria a los cortes de suministro. Medidas que cada cierto tiempo, había que renovar. Así que, junto con otras organizaciones que luchan contra la pobreza energética, hacíamos siempre el mismo comunicado: que estas medidas se prorroguen. Pero siempre poniendo la coletilla: esto no sirve, son medidas temporales y hay que tomar medidas estructurales. Una e ellas es el acceso a la electricidad como un bien básico, económico y que cubra las necesidades elementales de los hogares.

A. L: Llevamos muchos años trabajando el tema de la pobreza energética. Y esto ha sido fundamental. La propuesta de los tramos ha aparecido como una forma complementaria o alternativa al abordar el problema de los hogares vulnerables, donde siempre tienes la dificultad de definir esa vulnerabilidad y siempre hay gente que se queda fuera. La tarifa por tramos es una medida universal. Y en la medida en que los vulnerables consumen menos, en teoría, porque para eso tienen menos dinero, ellos serían los más beneficiados por una medida de este tipo.

– Si se trata de un mecanismo que puede ayudar a garantizar un mínimo ¿Por qué no se ha hecho hasta ahora?
R. F: Se han hecho propuestas. Desde las organizaciones, pero también a nivel político. En Andalucía, por ejemplo, se hizo, pero no tuvo apoyos. También sabemos que algún grupo parlamentario lo ha planteado en medios de comunicación, pero no sabemos por qué nunca pasa de ahí. Quizás les parece arriesgado. Hemos hablado con el PSOE, con Unidas Podemos, con Izquierda Unida, con Más Madrid… Lo tienen en la órbita, pero nada más. Están muy centrados en el bono social eléctrico, al que luego se unió el térmico. Pero ese tipo de medidas son un parcheo. Además, como recogemos en nuestro documento, mucha gente ha abandonado la tarifa PVPC, con lo que no tiene acceso al bono social. De hecho, ha ido disminuyendo la gente que accede a ese bono, cuando por la crisis más gente lo necesitaría. Ya sea por los requisitos burocráticos o porque la gente no sabe cómo pedirlo o porque no se lo conceden, lo cierto es que no funciona.

– La tarifa del agua ya funciona por tramos. ¿Ha demostrado sus ventajas a la hora de ahorrar agua y de asegurar el acceso a las rentas más bajas?
A. L: Es muy difícil hacer una valoración objetiva porque habría que comparar una población determinada que funciona con unas tarifas constantes, donde todos los metros cúbicos de agua valen igual, con esa misma población después de pasar a la tarifa por tramos, con el mismo coste medio del metro cúbico, pero cambiando en función del tramo, y con los mismos costes fijos. No conocemos que se hayan hecho análisis de este tipo. Pero es de cajón que provoca un ahorro. Y un beneficio para el que consume menos.

R. F: Yo creo que el agua sí está protegida como derecho. La Constitución reconoce que es de dominio público y las comunidades autónomas también reconocen ese derecho al agua. Eso no sucede con la energía. Está implícito que tienes derecho a una vivienda digna (incluidos los suministros), pero eso no es un derecho fundamental en la Constitución. El agua tiene otro estatus. Y se ve a la hora de contratar ese servicio, donde tienes un único suministrador, frente a la contratación de la energía, donde hay una oferta enorme de compañías y modalidades.  

A. L: La comparación del agua con la electricidad tiene su importancia. Porque el principal problema que tiene introducir una tarifa por tramos es la no homogeneidad de los usos. Mientras que todo el mundo usamos el agua para lo mismo (el aseo, lavar, cocinar, regar las plantas…), la electricidad se usa para distintos consumos finales. Con el agua está claro que regar un gran jardín de césped o llenar una piscina ya no se considera un uso básico. Y es donde adquiere sentido el concepto de tramos, porque los usos son los mismos, pero es la escala la que marca las diferencias. En cambio con la energía, por ejemplo, hay hogares donde se usa la electricidad para usos térmicos, que son los más intensivos en cuanto a kilovatios hora consumidos, y otros donde se queman combustibles. Esa diferencia es la que hace difícil poner un límite para ver cuántos kilovatios hora consideramos básicos. Porque si consideramos los usos térmicos estamos diciendo que los hogares que tienen calefacción de gas tienen manga ancha para consumir toda la electricidad que quieran ya que has puesto un umbral muy alto para que otros hogares puedan cubrir sus usos térmicos con electricidad.

 

Rosa Fraga y Álvaro Larraza. Px1NME

 

– ¿Cuánta energía se necesita para garantizar un mínimo vital?
R. F: En nuestra propuesta hemos partido de una vivienda de 100 metros cuadrados, eficiente y electrificada, porque se supone que es hacia donde vamos. Con todos los consumos térmicos también electrificados. Y con los deberes hechos en materia de rehabilitación. Ese es el horizonte. En este caso, los mayores consumos térmicos van a ser para calentar el agua. No para calefacción ni refrigeración, porque la vivienda está bien aislada. Y el uso del agua caliente se ha calculado en 28 litros por persona y día, que es el dato que recoge el Código Técnico de la Edificación. Así hemos llegado a la cifra de un consumo eléctrico de 2.300 kWh al año, muy por debajo del consumo actual, que se calcula en más de 3.000 kWh. Y teniendo en cuenta que eso es lo que consume ahora una vivienda media sin incluir los consumos térmicos.

A. L: Ese consumo, por tanto, se incrementaría si se electrificaran también los usos térmicos. Y podría irse hasta los 5.000 kWh o mucho más.

R. F: Si aplicas medidas de eficiencia no se incrementaría tanto. Por ejemplo, cambiando la envolvente, las ventanas, etc. Y ahí es donde surge la pregunta: ¿qué se hace primero y qué se hace después en una actuación de rehabilitación? Porque colocar una bomba de calor es más sencillo que actuar en la envolvente, pero sólo bajaremos la demanda energética si actuamos en la envolvente.

– Si la eficiencia energética de una vivienda es peor que otra, la primera necesitará más energía que la segunda para cubrir ese primer tramo. ¿Cómo se resuelve este asunto?
A. L: Nosotros le hemos dado un enfoque de horizonte, de cómo sería en una situación ideal. Mientras tanto, la realidad es la que es. Y si mañana se introdujese una tarifa por tramos estaría ejecutándose sobre un parque de viviendas con sus limitaciones. Por eso tenemos claro que habría que actuar en dos frentes: introducir tramos, que no sabemos si van a poder ser tan ambiciosos como nos gustaría y, por otro, actuar sobre la rehabilitación.

R. F: En todo caso sería muy importante saber cuánto consumen las viviendas, con todas las casuísticas que hemos comentado. Y no sé si lo sabe alguien, empezando por la propia Administración. ¿Dónde estamos? Si el horizonte es llegar a esos 2.300 kWh para cubrir todos los usos ¿dónde estoy yo? Yo creo que en la mayoría de los casos hay más ineficiencias en las viviendas que despilfarro. Y tendríamos que dar prioridad a la gente vulnerable, porque a lo mejor la actuación no puede ser de golpe, tiene que ir haciéndose por fases.

– Uno de los principios de esta propuesta de tarifa por tramos es la compensación cruzada de unos consumidores a otros. ¿Puede haber contestación social por parte de aquellas rentas altas que tendrían más consumos y, por tanto, más caros al utilizar el segundo y el tercer tramo?
A. L: No nos preocupa el rechazo de los grandes consumidores. Eso le puede preocupar al partido político que los tenga entre sus votantes naturales.

R. F: Lo que nos preocupa son los hogares vulnerables, con viviendas mal acondicionadas y rentas bajas. En todo caso, creo que es anómalo pensar que gente de renta alta deba tener consumos altos porque no logran el confort en sus hogares. Si es así, tal vez el problema está en que sus viviendas necesitan ser rehabilitadas.

A. L: En todo caso lo que habría que evitar, y es lo más difícil, es el caso opuesto. Es decir, el de gente que tiene consumos altos, y por tanto tiene que pagar mucho, porque son personas vulnerables y no pueden rehabilitar su vivienda.

– En su propuesta también se habla de la necesidad de reformar el mercado eléctrico mayorista. ¿Habría que esperar a esa reforma y a la puesta en marcha de medidas de eficiencia y rehabilitación o se puede trabajar en los tres frentes de forma conjunta?
R. F: No nos queda otra que trabajar en los tres frentes: reforma del mercado mayorista, medidas de eficiencia y tarifa por tramos. Si esperamos a que algo esté ya listo para pasar a la siguiente fase no empezaríamos nunca.

A. L: La reforma del mercado eléctrico mayorista es transversal. Con independencia de que actuemos en rehabilitación o de que pongamos en marcha la tarifa por tramos, reformar el mercado eléctrico es una necesidad porque estamos pagando un exceso de dinero que no responde a la realidad de los costes. Aunque no se hiciera nada, esa reforma del mercado eléctrico iba a facilitar las cosas a todo el mundo. La tarifa por tramos va a ayudar a que esa reforma se traduzca en una reducción de precios para los que menos consuman. Pero son medidas independientes que tienen que trabajarse en paralelo.

– La subida del precio del gas por la guerra en Ucrania ha reducido sensiblemente su consumo (en España ha caído un 21% desde agosto de 2022). Es decir, la señal de precio ha funcionado. Si el precio de la electricidad del primer tramo fuera muy bajo, ¿no estaríamos dando una señal en sentido contrario?
A. L: Como regla general, en cualquier bien o servicio, una reducción del precio aumenta su consumo. En todo caso, si lo que se consigue con la tarifa por tramos es que una familia que estaba pasando frío puede ahora consumir un poco más porque se ha reducido el precio del primer tramo, es precisamente de lo que se trata.

R. F: Y hay que tener en cuenta que si te animas a derrochar y te pasas de tramo, la electricidad no será tan barata. Los tramos tienen la vertiente de protección por un lado, de cubrir lo básico, pero tampoco derroches porque si te pasas de tramo te va a costar más.

A. L: Es muy difícil legislar para todos. Si tu pones un primer tramo de 2.000 kWh, por ejemplo, en un hogar donde vive una sola persona que tenía ya unos consumos bajos, puede que le estés estimulando a consumir más, sin llegar al límite de ese primer tramo. Pero todas las medidas tienen efectos secundarios.

– Los datos del IDAE dicen que el consumo eléctrico medio por hogar en España es de 3.000 kWh/año, sin contar los usos térmicos, que suelen ser los de mayor consumo. ¿Hay alguna propuesta de hasta dónde debería llegar el primer tramo y cuánto debería costar cada kWh?
A. L: Bueno, nosotros hablamos de 2.300 kWh para garantizar un consumo mínimo vital, que parte de una visión de horizonte de lo que sería un hogar eficiente. Y luego está el enfoque de qué nos podemos permitir económicamente. En este sentido, nuestra preferencia es basarnos en el propio sector eléctrico como fuente de financiación. Si hay que recurrir a presupuestos generales del Estado para ayudas, recúrrase. Pero esas ayudas deberían estar enfocadas no a una medida universal como la tarifa por tramos sino a hogares concretos vulnerables. La filosofía de la tarifa por tramos es que sea universal. Y para eso no habría que poner fondos públicos para financiar ese primer tramo. La forma de financiar el abaratamiento del primer tramo es encarecer un tercer tramo. Hablamos de un primer tramo barato, un segundo neutro y un tercero caro. Pero podríamos hacer cuatro, cinco, dos… Necesitaríamos más datos para concretar. Pero creo que la realidad de esos 2.300 kWh al año que nos salen por la vía de cuánto sería deseable se hace muy difícil. Porque la suma de los consumos de todos los hogares hasta los 2.300 kWh deben suponer como dos tercios del consumo total. Si ponemos un segundo tramo neutro, desde los 2.300 hasta los 4.000 kWh, por ejemplo, y queremos que el abaratamiento del primer tramo sea a consta de encarecer un tercero por encima de los 4.000 kWh, que a lo mejor es una décima parte del consumo, se hace difícil decir cuánto tengo que encarecer ese tercer tramo para abaratar sensiblemente los primeros 2.300 kWh, que son el grueso del consumo. La pregunta es qué modelo de financiación queremos para abaratar ese primer tramo, si queremos recurrir a fuentes externas del sistema eléctrico o si queremos que el sector sea autosuficiente.

R. F: Y deberíamos plantearnos también si el precio del primer tramo debería estar referenciado a los sueldos, al sueldo mínimo. Porque ¿quién tiene pobreza energética? Quien dedica más del 10% de su sueldo a la energía. Por eso deberíamos lograr que ese primer tramo lo pueda pagar sin dificultades alguien que gana el sueldo mínimo.

A. L: Y a partir de ahí a lo mejor hay que hacer no tres sino cinco tramos, de forma que el primero sea el mínimo, y tenga un precio prácticamente regalado. Se puede jugar con todo tipo de posibilidades.

– Para aplicar una tarifa por tramos, ¿todos tendríamos que estar en el mercado regulado?
A. L: Este aspecto regulatorio, mercado libre o regulado, está más verde. En principio no planteamos que la comercialización de electricidad deje de ser una actividad liberalizada. En todo caso siempre queda la parte regulada de la tarifa, los peajes y los cargos. Más allá de eso, una idea podría ser romper la dicotomía entre mercado libre y mercado regulado con un primer tramo mínimo vital que sí sería regulado para todo el mundo. Y solo los tramos que hay por encima estarían en el mercado libre, con la posibilidad de introducir variables de horarios, fines de semana, etc. Para conseguir el efecto de que los tramos altos financien al primero jugaríamos con los peajes y los cargos.

Entre las organizaciones que han elaborado la propuesta de la tarifa por tramos están: AeioLuz, Asociación de Ciencias Ambientales, CCOO, Facua-Consumidores en Acción, Federación de Consumidores y Usuarios, Fundación de Familias Monoparentales Isadora Duncan, Fundación Renovables, Oxfam Intermón, Socaire y UGT, además de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético.

• Esta entrevista está incluida en el número de mayo de Energías Renovables en papel, que puedes descargar gratis en formato PDF aquí.

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