¿Cómo comienza Sapiens en esto de las comunidades energéticas?
Empezamos el 20 de enero de 2020: somos una comunidad energética en la fórmula jurídica de cooperativa de consumidores y usuarios. El primer año hicimos cinco proyectos de autoconsumo propios aquí en la Comunidad Valenciana (cinco de los siete que se hicieron ese año en toda la Comunidad) gracias a la ayuda de las subvenciones del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial [Ivace]. Y en 2021 lo que hemos hecho es consolidar el modelo: el año pasado solo hicimos un proyecto, pero ayudamos a quince nuevos proyectos a constituir la comunidad energética, es decir, la entidad jurídica -sea asociación, sea cooperativa-, y ayudamos a construir una quincena de plantas de generación para esas comunidades energéticas, todas de autoconsumo compartido.
¿Es esa la misión principal de Sapiens?
Digamos que Sapiens es una cooperativa especializada en la promoción, gestión y dinamización de comunidades energéticas locales.
Quince comunidades energéticas son muchas, ¿no?
Bueno... creo que somos los pioneros y los que más estamos aportando. Mañana presentamos una «Guía de Promoción Pública de Comunidades Energéticas», que hemos redactado para la Diputación de Valencia y que pretende democratizar el conocimiento. Nosotros trabajamos mucho con ayuntamientos, y hay interventores y secretarios que no conocen el modelo, y claro, no se lo creen. Así que lo que hemos hecho ha sido volcar nuestros dos años y medio de conocimiento en esa Guía para salvar esa barrera. Por eso creo que a partir de ahora todo esto va a crecer aún más, de manera exponencial, al menos en la Comunidad Valenciana.
Vamos al eslabón último, el usuario, ¿cuál es la participación que tiene en estos proyectos?
Una persona, un voto. Como clama la propia Directiva de Renovables.
¿Y el dinero? ¿Quién pone el dinero para instalar un autoconsumo, o para sufragar los gastos de una cooperativa?
Hay dos aportaciones: una, pequeñita, que suele rondar los 50, 100 euros, para ser socio de la cooperativa. Ese pago único -50, 100 euros- es retornable en el momento en el que dejes de ser socio de la cooperativa. Y después sí que hay una aportación para financiar la instalación fotovoltaica. O para cofinanciarla, porque hay una parte que normalmente a día de hoy va apoyada por ayudas.
Recapitulo: cinco comunidades energéticas en 2020, una quincena en 2021 y leo que ahora Sapiens está impulsando 30 iniciativas.
Como sabes, este es el tercer año que la Comunidad Valenciana saca ayudas regionales específicas para comunidades energéticas. El primer año fueron 500.000 euros. El segundo año fueron 2 millones. Y este año son 5 millones. Pues bien, nosotros hemos presentado a esa convocatoria 32 proyectos, que van a convertirse en 28 comunidades energéticas nuevas en 28 municipios, que rondan los 1.578 kilovatios pico y una inversión de aproximadamente unos dos millones de euros, de la cual esperamos obtener aproximadamente un 50% a fondo perdido a través de las ayudas.
¿Y cuál es el por qué de esa eclosión?
Digamos que el Ayuntamiento, en este caso, es el que da el primer paso, haciendo la inversión, y contratando nuestra asistencia técnica para todo lo que es el proceso de creación y dinamización de la comunidad, es decir, para lo que es constituir al final la entidad. A continuación, el Ayuntamiento lo que hace es ceder parte de esa energía a la ciudadanía, de manera gratuita, y lo hace con un carácter puramente demostrativo. ¿Cuál es la idea? Pues que el Ayuntamiento dé el primer paso, demuestre que el modelo es viable, que la gente lo vea, que vea que esto no es humo, y, a partir de ahí, que esa entidad nueva que se ha creado, esa comunidad energética, entidad que es totalmente independiente, construya y desarrolle nuevas instalaciones y sume más socios. El Ayuntamiento lo que hace es crear las herramientas necesarias, o impulsar las herramientas necesarias, para que esa comunidad después pueda crecer.
¿Ese modelo lo ha ideado la Conselleria?
Bueno... La Conselleria ha puesto los medios, el dinero, lo cual es extraordinariamente importante. Y nosotros hemos ideado el modelo, el cómo articularlo, cómo hacerlo viable.
Vuelvo a lo mismo: ¿está siendo fácil convencer a la gente de que se meta en una comunidad energética?
Lo que más cuesta es la primera instalación. Una vez tenemos usuarios conectados a una instalación en un municipio ya es otra cosa. Te pongo un ejemplo: Canet, que es mi pueblo. Allí empezamos en 2020. Al principio no fue fácil, pero este año vamos a hacer dos instalaciones nuevas, y tenemos... 90 personas en lista de espera. 90 para entrar en las nuevas instalaciones, porque la comunidad energética ya está constituida. Ya existe la entidad jurídica: es Sapiens. Así que, cuando construyamos las dos instalaciones nuevas, esas 90 personas se sumarán a esas instalaciones, a la misma comunidad energética. Se harán socios de Sapiens y se sumarán a una instalación.
Bien, vamos a hablar de dinero. ¿Cuánto hay que poner?
A día de hoy en una vivienda puedes estar pagando alrededor de 1.500, 1.600 euros el kilovatio [kW]. Una colectiva ronda los 1.200. Y, con la ayuda, en este caso, se nos queda en la mitad, en unos 600 euros por kilovatio. Vamos a ver, en una vivienda media, vamos a necesitar del orden de 3 kW, que, a precio de mercado, te valen entre 5.000 y 6.000 euros. Si ese usuario, en vez de hacérselo individual, lo hace a través de una comunidad energética, pues pagaría del orden de 1.800 euros. Por economía de escala y porque las ayudas para las comunidades energéticas son de una intensidad mayor que para los individuales, porque lo que quiere la Generalitat es potenciar un modelo energético distribuido, colaborativo, justo.