¿Qué es el EVE?
Es el ente que lleva las políticas energéticas de Euskadi. Y precisamente ahora, en 2022, cumplimos cuarenta años. El EVE nació en un momento de profunda crisis energética a nivel mundial. En aquel momento, finales de los 70, principios de los 80, el barril de petróleo estaba a 3 dólares, y pasó de la noche a la mañana a los 33. Había que hacer algo. Había que diversificar. Y trabajar intensamente en materia de eficiencia energética, sobre todo en la industria, para que fuera competitiva. Y empezamos con la utilización del gas natural, y todo lo que son las infraestructuras de transporte y de distribución en Euskadi.
El EVE empezó por el gas, pero luego llegarían las energías renovables. Y Euskadi presume hoy de ser un polo de atracción, y una plataforma de desarrollo, para la eólica marina, sobre todo la flotante.
Sí. No es casualidad que la eólica se haya desarrollado en Euskadi y en Navarra. El Ente Vasco de la Energía lleva en su ADN el intentar acompañar a nuestra industria en el desarrollo de nuevas tecnologías. La colaboración público-privada tiene mucho arraigo en Euskadi; en el EVE siempre vamos a los proyectos en ese marco; y ahí están los frutos. Ahora mismo estamos exportando eólica a nivel mundial. Y si nos acercamos al caso específico de la energía de las olas, pues ahí tenemos la Biscay Marine Energy Platform [BiMEP], que es nuestra plataforma para el testeo tanto de eólica como de las olas. En el área marina del BiMEP, en una zona en mar abierto frente a la costa de Armintza, se han probado y se están probando distintas tecnologías, y bien pronto vamos a tener un dispositivo muy atractivo: una plataforma 100% made in Euskadi, diseñada y fabricada aquí, un prototipo flotante de hormigón sobre el que se instalará un aerogenerador de dos megavatios [2 MW].
WindEurope ha vuelto a elegir Bilbao como sede de su gran feria eólica anual. Aunque Euskadi tiene muy poca potencia eólica instalada...
Pues sí: unos 153 MW. Pero, sin embargo, entre Euskadi y Navarra somos capaces de diseñar y construir todo un parque eólico, hasta el último detalle. Por eso, WindEurope, que acostumbraba a celebrar esta exposición y conferencia en Dinamarca, o en Alemania, en el norte de Europa, ha estimado muy atractivo el venir aquí, donde tenemos toda la cadena de valor del sector eólico.
Euskadi y Navarra son capaces de construir todo un parque eólico, de acuerdo, pero España no tiene ni un solo megavatio instalado mar adentro...
Uno se tiene que adecuar a la normativa. En todo caso, hay distintos proyectos, y mucho interés. De hecho, en Euskadi ya hay alguna iniciativa, como el proyecto Geroa, de Saitec [tres aerogeneradores de 15 MW cada uno que esa empresa planea instalar en aguas vascas]. El offshore tiene un potencial inmenso. La tecnología está desarrollada, y el eólico flotante va a ser el siguiente salto. Aquí lo que hace falta es que haya ejemplos, que se trabaje con la Administración Pública todo lo que son las autorizaciones ambientales, la tramitación administrativa, el cómo compatibilizar los parques con otras actividades. No debemos olvidar que vamos a un área donde los arrantzales [pescadores] han desarrollado su actividad durante miles de años. Bueno, pues lo que hay que hacer es ver cómo se pueden compatibilizar unas y otras actividades.
¿Cuáles son los objetivos que se plantea Euskadi en materia de eólica marina?
En la Estrategia 2030 tenemos cincuenta megavatios eólicos offshore. Si el proyecto de Geroa se llegara a materializar, y estamos trabajando en él intensamente, pues ya estaríamos hablando de ese volumen aproximadamente.
Tres preguntas espinosas para acabar. ¿Es el gas la energía de transición?
Yo diría que sí, nosotros siempre hemos defendido al gas natural como el elemento que nos va a acompañar en la transición hacia las renovables. Creo que he sido contundente en la respuesta.
Euskadi tiene gas en su subsuelo, ¿es así?
Sí, sabemos que existe ese gas, y hemos intentando explorar ese subsuelo, para saber si, con tecnologías convencionales, es posible extraerlo. Pero ese debate se zanjó ya el año pasado [con la prohibición establecida en la Ley de Transición Ecológica] y no existe la posibilidad de llevar a cabo ninguna extracción a día de hoy. Y, ahora, dada la situación que estamos sufriendo... Pues todo esto te da qué pensar. El Gobierno vasco no estaba equivocado en esa estrategia de utilizar los recursos propios. En los últimos años hemos importado todo el gas que hemos usado. ¿No sería mejor extraerlo de aquí mismo? ¿No sería menor el impacto ambiental? ¿No sería muchísimo más beneficioso para la economía vasca, porque además iba a ser un ente público el que iba a explotar ese gas?
El precio de la electricidad está disparado. ¿Qué hacemos?
Hay que desvincular en la mayor medida posible el precio del gas de lo que es el precio de la electricidad. Eso, en cuanto a lo que son medidas extraordinarias y a muy corto plazo. Porque cada día que esto se alarga... cada día que nos ahogamos más. Y con una visión a medio largo plazo... las energías renovables van a ayudarnos a abaratar considerablemente la factura energética en este país. Sin lugar a dudas. Cuantas más renovables tengamos, menos necesidad tendremos de casar otras tecnologías en el sistema marginalista. Así que tenemos que acortar las tramitaciones para acelerar la transición.
• Entrevista incluida en la edición de abril de la revista de papel Energías Renovables (ER 210)