La constante caída de la inversión en I+D+i en multitud de países como consecuencia de la crisis económica global ha llevado al mundo científico y de la investigación a una situación muy delicada. Ante la incapacidad de las instituciones públicas de atender a las exigencias del sector y la sociedad han surgido iniciativas desde el ámbito privado que promueven la investigación y el desarrollo en distintos planos. La compañía estadounidense 3M es un claro ejemplo de ello.
Desde el año 2008, 3M colabora con la fundación Discovery Education para la organización del Concurso Mejor Joven Científico, un proyecto que persigue la formación de una nueva generación de científicos con chicos y chicas de edades comprendidas entre los 13 y los 18 años.
“El Concurso Mejor Joven Científico proporciona a los estudiantes las herramientas y experiencias necesarias para aplicar la ciencia y sus habilidades y poder resolver problemas del mundo real”, señala Bill Goodwyn, presidente y CEO de Discovery Education. “Estamos orgullosos de estar junto a 3M en sus esfuerzos por avanzar en la educación científica a través de proyectos únicos, que den lugar a una nueva generación de innovadores, ingenieros y científicos”, resalta.
Hannah Herbst, una estudiante de 15 años que vive en Boca Ratón, Florida, se ha alzado con el título de “Mejor Joven Científico de Estados Unidos” del año 2015, premiado con 25.000 dólares. Herbst ha desarrollado una sonda que puede ser empleada como fuente de energía en los países en vías de desarrollo a partir de la explotación de las corrientes oceánicas. Su sonda está hecha de materiales reciclados. Se compone de una hélice impresa en 3D que, conectada por una polea en el interior de un tubo de PVC a un generador hidroeléctrico, convierte el movimiento mecánico de las corrientes oceánicas en electricidad.
Durante tres meses, Herbst y los otros nueve finalistas del programa tuvieron la oportunidad de desarrollar personalmente sus inventos e ideas bajo la supervisión y orientación de un científico de 3M. Juntos, mentores y finalistas, compartieron su pasión por la ciencia, revisaron sus inventos y trabajaron por mejorarlos. El tutor de Herbst fue Jeffrey Emslander, un científico de la empresa 3M cuya investigación ha ayudado a la compañía a reducir sus emisiones de CO2 y a desarrollar sus productos utilizando menos energía.
La final del Concurso a Mejor Joven Científico tuvo lugar en el Centro de Innovación que 3M tiene en St. Paul, Minnesota. Allí, los finalistas compartieron sus inventos ante un panel de jueces. Además de presentar sus prototipos, los diez finalistas tenían que cumplir dos desafíos adicionales: la combinación de múltiples tecnologías de 3M para plantear nuevas soluciones y la construcción de una máquina sencilla según los principios científicos y de ingeniería.
Un amigo de Etiopía
El invento de Herst fue el premiado. Una idea que, según la joven estudiante, persigue intentar ayudar a un amigo suyo de Etiopía que no tiene acceso a la electricidad. “Yo no me puedo imaginar un solo día sin electricidad”, dijo Herbst.
Herbst probó su dispositivo en el Boca Ratón Intracoastal Waterway, donde la corriente que entra desde el océano Atlántico produce una gran cantidad de energía que de momento no se aprovecha. La joven científica, de tan solo 15 años, calcula que si su diseño aumentara de tamaño podría generar suficiente electricidad para cargar tres baterías de automóviles a la vez en menos de una hora. Esa es la energía que haría falta, por ejemplo, para que las bombas de desalinización de agua salada puedan proporcionar agua potable en los países del Tercer Mundo.
Herbst sigue los pasos de la empresa 3M, cuya “filosofía consiste en aplicar la ciencia para mejorar la vida de las personas. 3M tiene sus raíces en la exploración científica y una creencia firme de que cada problema tiene una solución. Ver a estos estudiantes de secundaria abrazar esta creencia central con tanto celo y pasión ha sido impresionante”, dijo Jon Lindekugel, vicepresidente senior de Desarrollo de Negocios de 3M.
Herbst tiene previsto seguir trabajando con su mentor de 3M, Jeffrey Emslander, a fin de mejorar su dispositivo de energía oceánica y así poder implementarlo poco a poco en los países en vías de desarrollo.
La empresa 3M tiene unas ventas mundiales de 32.000 millones de dólares y más de 90.000 empleados en todo el mundo.