Una de las soluciones desarrolladas en este proyecto contribuirá a un ahorro económico muy importante, ya que se estima que el problema de la corrosión a nivel mundial supone un gasto del orden de 1,3 billones de euros anuales. Soluciones que, por otra parte, persiguen minimizar el impacto ambiental.
Acorn no solo conseguirá un mejor aprovechamiento de los recursos del planeta alargando la vida útil de muchos componentes, sino que además, los recubrimientos que se han diseñado son ecológicos. En la actualidad, muchos de los recubrimientos y pinturas utilizados liberan sustancias bioactivas (biocidas) en el agua, que constituyen a la larga un riesgo ambiental y para la salud. A diferencia de las soluciones tradicionales, el nuevo recubrimiento actúa únicamente sobre los organismos adheridos a la superficie tratada.
Para poder validar los resultados iniciales obtenidos en laboratorio, el Centro Tecnológico de Componentes (CTC) ha puesto a disposición del Proyecto una zona de ensayos llamada “Marine Corrosion Test Site El Bocal” (MCTS El Bocal). Esta instalación es única en España y ha sido desarrollada gracias a la colaboración entre el CTC y el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y cofinanciado en la convocatoria Innpulsa 2013 de la Consejería de Innovación, Industria, Turismo y Comercio del Gobierno de Cantabria y Fondos Feder.
Está diseñada para el ensayo de materiales, recubrimientos y otros componentes bajo condiciones marinas reales. Esta instalación sirve para el estudio del fenómeno de la corrosión marina, necesario para proporcionar soluciones para la industria. Además, CTC cuenta en sus instalaciones con un laboratorio especializado en corrosión donde se realizan ensayos acelerados de los procesos que sufrirían los materiales en condiciones reales de exposición en el mar.
El pasado 19 de marzo se colocaron en el MCTS El Bocal una serie de probetas de distintos materiales, a los que previamente se les había aplicado los recubrimientos desarrollados en las anteriores fases del proyecto Acorn. Allí permanecerán durante nueve meses. Pasado este tiempo se estudiará el comportamiento que dichos recubrimientos han tenido tras su exposición a la corrosión y el biofouling, y se obtendrán los resultados necesarios para su validación de cara a su futura salida al mercado.
El Centro Tecnológico de Componentes participa en este proyecto junto a la empresa cántabra Degima y otros socios europeos: TWI Institute (Reino Unido), la Universidad de Göteborg (Suecia) y las empresas Wave Dragon (Dinamarca), Tocardo Tidal Turbines (Holanda) y Alphatek Hyperformance Coatings Limited (Reino Unido).
Las aplicaciones de Acorn serán el uso de estos recubrimientos en todo tipo de instalaciones marinas. Está enfocado a captadores de energías marinas, pero sus resultados son extrapolables a otras industrias marítimas como la construcción naval, el Oil&Gas o la eólica marina. Se estima que los resultados del proyecto generarán en las empresas involucradas un aumento de empleo de aproximadamente 100 puestos de trabajo en los primeros años y un impacto económico de unos 75 millones de euros en el año 2020.