Las corrientes superficiales del mar balear -informa el CSIC- han sido estudiadas, hasta ahora, con boyas, planeadores y radares costeros de alta frecuencia, que han cruzado los datos de velocidad que han registrado con datos obtenidos mediante satélites. Sin embargo -apuntan ahora los científicos del CSIC-, tras estudiar el comportamiento de 75 individuos de la especie pardela cenicienta de las islas de Mallorca, Menorca y Columbretes, los investigadores han llegado a la conclusión de que los desplazamientos de estas aves, a las que se les había colocado un dispositivo GPS, "ofrecen una información igual de fiable que otros dispositivos".
Las pardelas cenicientas (Calonectris diomedea) pasan hasta diez horas posadas en la superficie del mar, y son arrastradas por las corrientes superficiales o el viento desde las Islas Baleares a las zonas de alimento en la península. Según el investigador Antonio Sánchez-Román, coautor del estudio y científico del CSIC en el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, “hemos comparado los datos de velocidad de las corrientes obtenidos a partir de la posición de las aves y los datos registrados mediante satélites. Los resultados son similares”.
La investigadora del CSIC Ananda Pascual, que trabaja también en el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, destaca la dimensión económica del hallazgo: "el uso de la pardela cenicienta y de otras especies de aves marinas como alternativa para medir las corrientes superficiales supone un considerable ahorro energético y económico. Además, nos permite analizar una parte del comportamiento de las aves marinas que apenas se ha estudiado con anterioridad: los periodos de reposo en la superficie del mar”.
Al utilizar animales, además, se puede obtener información del mar en zonas poco muestreadas mediante técnicas tradicionales debido a su falta de viabilidad desde un punto de vista técnico. “Un mayor conocimiento de la dinámica del mar balear ayudará no solo a una gestión más eficaz del entorno marino sino también a una mayor protección frente a la presencia y dispersión de contaminantes”, concluye Sánchez-Román.