El proyecto City Cell, promovido por la Dirección General de Energía y Transportes de la Comisión Europea, pretende probar la tecnología de la pila de combustible alimentada por hidrógeno para el transporte en las grandes ciudades. Es sólo el principio. En unos meses otro proyecto, el Clean Urban Transport for Europe (CUTE), permitirá que tres autobuses más circulen por Madrid y otros tantos por Barcelona. Todos ellos fabricados por Mercedes.
Junto a las ciudades europeas de Turín, París y Berlín, Madrid forma parte del proyecto City Cell. Aunque sólo Madrid y Turín disponen por el momento del autobús propulsado por hidrógeno. La pila de combustible aprovecha la energía eléctrica que se produce mediante una oxidación lenta del hidrógeno. Es por tanto un motor eléctrico lo que mueve el autobús. El único residuo que genera es vapor de agua y, además, no produce ningún ruido.
La idea es comprobar ahora sobre el terreno y ofreciendo un servicio diario la viabilidad que el sistema ha demostrado en los laboratorios. Responsables de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT) analizarán la mejora respecto al impacto ambiental y la respuesta de los ciudadanos ante un autobús limpio, sin emisiones contaminantes y con un mínimo nivel sonoro. La EMT estudiará también los costes de desarrollo y explotación.
En el proyecto CITY CELL están implicados el Ministerio de Ciencia y Tecnología, a través del programa Profit, y la Comunidad de Madrid mediante el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas.
Varias empresas españolas apoyan y participan en esta iniciativa, entre las que figuran Irisbus, así como el consorcio formado por Gas Natural, Repsol YPF y Air Liquide, que ponen a disposición de la EMT una planta de fabricación, compresión y repostado de hidrógeno a alta presión, necesario para la propulsión del autobús. La planta se ubicará en la sede de la EMT y será inaugurada el próximo 29 de abril.
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