"Este es el primero de otros desarrollos tecnológicos centrados en la protección del medio ambiente que Boeing está desarrollando en Madrid", afirma Miguel Hernán. "Las células de combustible y los motores eléctricos no tienen como finalidad reemplazar los motores a reacción de los aviones comerciales, pero sí podrían sustituir las actuales turbinas de gas auxiliares", dice, por su parte, Dave Dagget, especialista en medio ambiente de la compañía. "Probaremos que tal responden en los aviones pequeños, y cuando la tecnología esté madura la usaremos para alimentar los sistemas eléctricos encargados de generar el aire acondicionado y otras funciones primarias, como la proyección de audiovisuales", añade.
Dagget apostilla que las células de combustible permiten generar electricidad limpia, son menos ruidosas que las actuales unidades eléctricas auxiliares y pueden generar el doble de electricidad con la misma cantidad de combustible.
La mayor parte de la investigación se realizará en el centro de Boeing en Madrid, pero en el proyecto también colaboran varias universidades europeas, fabricantes de pila de combustible, empresas de automoción y la NASA. Las primeras pruebas de los vuelos comenzarán en 2004.
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