Creemos que se ha hecho un intento de ecuanimidad y de precaución en la aprobación de estos planes y se podría considerar que es un buen síntoma que ninguna de las partes implicadas esté satisfecha. En el caso de la eólica marina, se partía de unos criterios mínimos que harán un reto la rentabilidad de las primeras instalaciones (velocidad mínima del viento y rango de profundidades considerada adecuada), a lo que se ha sumado que en la última iteración vimos cómo se eliminaban o reducían áreas o se degradaba la asignación de uso prioritario para la eólica marina que presentaban algunas zonas en los borradores.
Finalmente, todas las áreas definitivas han sido clasificadas como zonas de alto potencial “por su alta idoneidad para el posible despliegue de infraestructuras para la explotación de energía eólica marina”. En resumen, tenemos ya una asignación inicial de zonas para desarrollar las energías marinas, empezando por la eólica marina, que se revisará en los próximos años a la luz de las experiencias, la verificación estricta de la interacción con el medioambiente y la apertura a nuevas tecnologías, incluyendo el resto de renovables marinas.
En el aspecto de desarrollo tecnológico es de destacar la resolución del programa Renmarinas Demos, un plan gestionado por IDAE en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, y financiado por la UE a través de los fondos NextGenerationEU. Este programa apoyará 21 grandes proyectos, muchos de ellos otorgados a socios de la sección Marina de APPA, para reforzar las instalaciones existentes y crear nuevos centros, así como para desplegar demostradores de tecnología eólica marina, convertidores de energía undimotriz y soluciones de fotovoltaica flotante en el mar.
Este programa supone un salto exponencial en el montante de ayudas otorgadas a nivel nacional y sitúa a España al nivel de los países que han identificado el potencial de las energías para descarbonizar sus economías y para generar una nueva industria. Aún está abierta la ventana de oportunidad para liderar esta industria apoyada en las magníficas capacidades de los sectores naval, renovable y de construcción civil. El hecho de que no haya sido posible adjudicar todos los fondos posibles para esta convocatoria, es un signo inequívoco de que ejecutar estos proyectos en las condiciones establecidas va a significar un reto para todos: administraciones, centros de ensayo, empresas públicas y privadas, y adjudicatarias o responsables de los permisos necesarios.
¿Qué nos ha faltado para cumplir las expectativas planteadas a principio de año?
Sólo unos pasos más, pero fundamentales, necesitamos la aprobación del marco legislativo y la convocatoria de las primeras subastas de áreas para parques eólicos marinos precomerciales y comerciales. Debemos congratularnos del anuncio realizado en Gran Canaria este noviembre durante el Congreso Eólico Marino, de que dispondremos inminentemente de un borrador de estos documento
Desde aquí querríamos destacar la muestra de optimismo que supuso la presencia de 400 representantes de empresas y entidades españolas y extranjeras en el congreso. Nuestra enhorabuena a los organizadores, liderados por AEE, Proexca, Cluster Marítimo de Canarias, Fedeports y Aeolican, así como a nuestro asociado Plocan como ganador del Premio Eólica Marina 2023, que toma el relevo de nuestro también asociado Instituto Hidraúlico de Cantabria, ganador en el 2022.
Este optimismo contrasta con el tono de otros eventos celebrados en Reino Unido y Noruega en torno las mismas fechas, más pesimistas, debido al ajuste de expectativas y “baño de realidad” que supone descubrir que será difícil cumplir los objetivos planteado para 2030 en función de unos marcos normativos y retributivos diseñados antes del COVID y la crisis energética, de costes e inflación provocadas por la situación en Ucrania, o la que se puede derivar de la situación en Palestina .
2023, un buen año
Como conclusión, podemos decir que 2023 ha sido un buen año y tenemos todos los mimbres para que 2024 lo sea aún mejor, aprovechemos las oportunidades, aprendamos de los errores colectivos, vigilando estrechamente y solucionando los posibles obstáculos para que estas oportunidades se hagan realidad, creando un futuro mejor, con empleo de calidad y aportando a un entorno más sostenible en todos los aspectos. Lo mejor está por venir.