El resultado es que los principios del modelo energético son los mismos para ambos, pero las maneras de llegar al objetivo final son antagónicas. Para Valeriano Ruiz y Luis Crespo no hay duda de que Galán, del que dice que “quiso jugar a ser el líder de la termosolar y fracasó”, solo le interesa Iberdrola (justificar los pagos por capacidad a los ciclos combinados) y no el resto del país. Protermosolar, cuyos argumentos se reproducen a continuación, espera que el nuevo gobierno no se deje seducir por los planteamientos del presidente de Iberdrola.
Galán coincide con Protermosolar
Valeriano Ruiz y Luis Crespo, doctores y profesores de la Universidades de Sevilla y de la Politécnica de Madrid, respectivamente, felicitan a D. Ignacio Sánchez Galán por su reciente nombramiento como doctor honoris causa. Además, se congratulan de que los principios que guían el planteamiento del modelo energético que propone el señor Galán (garantía de suministro, reducción de emisiones, eficiencia económica, reducción de la dependencia exterior y contribución al crecimiento de la economía española) coincidan completamente con los de Protermosolar. El único problema viene cuando, al pasar de los principios a las propuestas, sólo se fija en lo que le interesa a Iberdrola y no al resto del país.
El señor Galán quiso jugar a ser el líder de la termosolar en España hace sólo dos años, pero fracasó. Por eso ahora no le importa pedir la paralización de un sector, aunque perjudique gravísimamente a Andalucía, Extremadura, Castilla la Mancha y Murcia y pueda dañar irreversiblemente la posición de liderazgo de un buen número de empresas españolas en los emergentes mercados exteriores.
¿Cuál sería ahora la posición de Iberdrola sin las millonarias primas cobradas en la eólica hasta la fecha? Y también en este sector trató infructuosamente de cambiar recientemente las reglas de juego para tener una posición de ventaja frente a sus competidores.
La termosolar, cuyas primas hasta ahora sólo representan un 1% del déficit tarifario, es su gran preocupación, ya que por su gestionabilidad y capacidad de almacenamiento no necesitarán el respaldo de los ciclos combinados. Apostando sólo por la eólica mata varios pájaros de un tiro y justifica los pagos por capacidad a los ciclos combinados, cuya instalación en España es el máximo ejemplo de incumplimiento de la planificación, con más de 13.000 MW sobre lo planificado. Además, se cree en el derecho de reclamar 5.000 horas anuales de funcionamiento cuando sólo estaban previstas 3.000.
Al señor Galán “ahora” no le interesa la termosolar, pero al país sí. El reciente informe de impacto macroeconómico realizado por Deloitte pone de manifiesto los datos objetivos de contribución al PIB, al empleo, a las haciendas públicas, así como al ahorro de importación de combustibles fósiles y de derechos de emisión. Las nuevas centrales que se construirán en España necesitarán primas mucho menores que las actuales (como ya pasó con la eólica y la fotovoltaica) y serán la principal fuente de generación eléctrica en todos los países soleados en el 2030, tal como prevé la Agencia Internacional de la Energía en su informe “Solar Energy Perspectives”. Esto es lo que el señor Galán quiere abortar mientras sigue ordeñando la vaca de los ciclos combinados, que importan y queman gas y que no generan nuevo empleo.
Respecto al déficit tarifario, según las estimaciones coincidentes de la CNE y de prestigiosas consultoras, la contribución desde 2006 a 2010 de los beneficios sobrevenidos de las centrales nucleares e hidráulicas son de cerca de 19.000 millones de euros. Por ello, con una quita que respetara la teoría del Tribunal Supremo de “rentabilidad razonable” se podría eliminar la mayor parte del déficit acumulado y beneficiar así a todos los ciudadanos e industria del país.
No creemos que el nuevo Gobierno se deje seducir por los planteamientos del señor Galán, que trata tan sólo de solucionar “su problema” de sobrecapacidad en ciclos combinados cuando sabemos -aunque no del todo, porque nos lo ocultan- que el gas español descansa sobre la bomba de relojería argelina. La reciente pretensión de que se lleve a tarifa el pago del laudo al que está obligado Gas Natural en su conflicto con Sonatrach es otro sangrante ejemplo.
La calificación de la deuda de las eléctricas por las agencias de rating está lógicamente bajo análisis y al señor Galán no le importa llevarse por delante lo que sea con tal de salvar su cuenta de resultados y de presumir de beneficios crecientes en este escenario.
Con más renovables y con más termosolar en particular se podrán alcanzar los objetivos en los que Protermosolar y el señor Galán coinciden completamente: garantía de suministro, reducción de emisiones, eficiencia económica, reducción de la dependencia exterior y contribución al crecimiento de la economía española. Potenciando el papel de los ciclos combinados nos tememos, señor Galán, que no.