Inauguración oficial, entrega de los premios a la Innovación Tecnológica y de los primeros certificados ENPlus a fabricantes de pellets, reconocimiento al Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) por sus programas Biomcasa y GIT (Grandes Instalaciones Térmicas), presentación del documento Cómo generar empleo con bioenergía. Comunicado a los candidatos a la Presidencia del Gobierno de España de la Alianza por la Bionergía… La sexta edición de Expobioenergía ha empezado fuerte y repleta de contenidos, ritmo que se mantendrá durante los dos próximos días en Feria de Valladolid, ayudado por la celebración paralela del 6º Congreso Internacional de Bioenergía.
De entre todos los contenidos, el más trascendental es el documento presentado por la Alianza por la Bioenergía, estructurado en cinco datos, una constatación de los empleos que se producen en el sector (“el uso eléctrico de la biomasa genera 20 empleos por MW instalado”) y diecisiete recomendaciones a los candidatos a la Presidencia de cara a las próximas elecciones generales. “Tenemos previsto presentarlo a todos los partidos políticos porque pensamos que son medidas perfectamente asumibles y, lo más importante, son viables y beneficiosas desde los puntos de vista económico, social y ambiental”. Así lo aseguraban los representantes de la alianza, que también tenían claro quiénes son los principales responsables de que dichas medidas no se hayan tomado ya: “sigue habiendo grandísimas presiones de las empresas que producen combustibles fósiles para que no salgan adelante”.
Ni una caldera con combustible fósil por delante de una de biomasa
Entre las recomendaciones encuadradas como acciones fiscales aparecen: eliminar el impuesto de bienes e inmuebles (IBI) a las viviendas que tengan instaladas calderas de biomasa y a las plantas de biomasa durante su período de amortización; aplicar una tasa de diez céntimos de euro al kilogramo de CO2 emitido por los combustibles fósiles, a la par que se eliminan los subsidios a los mismos y se utiliza ese dinero para potenciar las energías renovables; incluir los biocombustibles sólidos y las calderas de biomasa entre los productos protegidos a los que se aplica el IVA reducido del 8%; y solicitar incentivos fiscales para los fabricantes de calderas de biomasa en España y para la atracción de inversiones en fabricación de equipos de bioenergía.
Las otras once recomendaciones se dividen en cinco acciones financieras, dos de promoción y cuatro de mejora de la competitividad de las empresas de la cadena de bioenergía. Entre las primeras destaca, en plena discusión de la reforma de la Política Agraria Común (PAC), la propuesta de máxima prioridad al uso de estos fondos para promover la producción y el consumo de biocombustibles sólidos y cultivos energéticos en el medio rural. Entre las acciones de promoción está la llamada a no instalar “ni una caldera de combustible fósil nueva si es técnicamente posible una caldera de biomasa”. A este respecto, Javier Díaz, presidente de Expobioenergía y Avebiom, afirmó que “en cualquier vivienda, sea de pueblo o de ciudad, se puede instalar una caldera de biomasa, lo que pasa es que nos han vendido y metido por los ojos las de gas fósil, y son de lo más antieconónimo y antiecológico que existe”. Por último, relacionadas con las acciones de mejora de la competitividad, sobresalen la armonización de las ayudas a la instalación de calderas a escala nacional y la disminución de la burocracia. Sobre esto último, se recordó que “para la instalación de una planta de biomasa en España se necesitan una media de 24 meses y de cinco a siete permisos, mientras que en Alemania son diecisiete meses y uno o dos permisos”.
Pellets españoles que alimentan plantas de co-combustión en Holanda
Durante la presentación del documento se pusieron varios ejemplos de la viabilidad actual de instalar calderas en todo tipo de instalaciones y de asegurar el suministro de biocombustibles. Alberto Gómez, de Apropellets, aseguró que “ahora mismo cualquier hogar de España puede recibir las tres o cuatro toneladas anuales de pellets que necesita una caldera”. Otro dato importante expuesto es que algunas plantas de pellets en España exportan toda su producción a países como Holanda, y en concreto a centrales térmicas donde se realiza co-combustión entre carbón y biocombustibles. A los datos económicos sobre el ahorro en la compra de combustible y la amortización de la inversión se unieron también otros sobre el incremento del mercado de calderas: solo en Andalucía se instalaron 17.000, entre estufas y calderas, durante 2010.
La Alianza por la Bioenergía solicita que se adopten estas medidas para “generar ya la prosperidad que España necesita”. Dicha alianza está formada por Avebiom (Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa), Apropellets (Asociación de Empresas Productores de Pellets), Asemfo (Asociación Nacional de Empresas Forestales), Aserma (Asociación Española de Gestores de Biomasas de Madera Recuperadas), Cose (Confederación de Selvicultores de España) y Adabe (Asociación para la Difusión de la Biomasa en España). Destaca la ausencia de otra importante organización del sector, la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA Biomasa). Los firmantes del documento afirman que “se les ha invitado, pero no han contestado”.