Jorge Magán
Barcelona (1974)
Ingeniero industrial
A lo largo de los años, cada vez que leía su felicitación de Navidad, pensaba lo mismo: ¿cómo es posible que Jorge cuente siempre cosas con las que me siento tan identificado? ¿Cómo lo hace? Ahora resulta que no era el único, que su postal navideña, mezclada muchas veces con canciones, tocaba la fibra de más de uno.
A finales de septiembre nos llegó una carta de despedida: “Tras casi 25 años, hoy es mi último día en Ingeteam y sinceramente este último email probablemente sea el más difícil de escribir para mí, pues la línea que une el corazón con los dedos que aporrean el teclado está, ahora mismo, algo encogida”, decía. Y recordaba la nevada que caía ese 11 de enero de 1999 cuando subió a su Renault Clio en Albacete y emprendió el camino a Pamplona. Tenía entonces 25 años y acababa de terminar la carrera de Ingeniería Industrial. Una noticia sobre el proyecto del parque de Higueruela en el periódico encendió la mecha de esta historia. Buscó las empresas que estaban implicadas en su construcción y mandó su curriculum. Le llamaron de Ingeteam… y hasta hoy.
Confiesa que, además de su intención, ahora ha tenido que reflexionar de lo lindo para dar el paso que le llevará a otros proyectos personales y profesionales. “Soy de los que piensan que la vida, tan perra ella, sigue siendo un regalo, pues cada día nos muestra que el futuro está por escribir y que lo tiene que escribir uno mismo”, contaba en su despedida.
Conozco a Jorge desde hace años y tengo la impresión de que esa virtud para conectar con la gente tiene mucho que ver con su capacidad para ponerse en la piel del otro. Lo que me lleva a recordar algo que escribí tras una visita a Israel a finales de 2018. Ahora que las imágenes que llegan desde Gaza nos hielan la sangre cada día, recuerdo que en esa visita conocí a gente así, con empatía, gente capaz de hablar y de mirar. Gente imprescindible en esa tierra que necesita hablar y mirar. Y recordaba entonces que el 28 de diciembre de ese 2018 murió el escritor israelí Amos Oz, fundador del movimiento ‘Paz Ahora’. Cuando en 2007 recogió el premio Príncipe de Asturias dijo esto: “Creo que la capacidad de imaginar al prójimo es un modo de inmunizarse contra el fanatismo”.
Mucha suerte, Jorge, en tu nueva aventura.
Luis Merino