El 84,1% de los edificios que contaban con certificación energética a 31 de diciembre de 2014 en Cataluña pertenece a las categorías E, F y G, las tres menos eficientes (certificados por consumo de energía primaria). Y eso que los certificados para edificios nuevos no pueden ser ni F, ni G. En el otro extremo de la eficiencia, apenas el 4,8% de los edificios tiene el certificado A, B ó C. Hay más información aquí.