¿Por qué no hacer para nosotros mismos lo que llevamos haciendo desde años para más de 1500 clientes? Con esa pregunta en mente y con la intención de reafirmar una actitud con actuaciones que nos lleven hacia un modelo energético responsable y sostenible, Solarta Balear puso en marcha este proyecto, que también demuesrtra –indica la empresa– un claro posicionamiento ante la coyuntura energética actual y la falta de perspectiva de mercado.
“La falta de apoyo político a la implantación de sistemas de energía renovable, la constante subida de la factura eléctrica, y en concreto la paralización de la ley para el desarrollo del autoconsumo y balance neto nos llevan a actuar y a no esperar disponer de un marco regulatorio favorable para continuar desarrollando nuestro trabajo”, señalan en Solarta. “Estamos convencidos, que cada vez más, la alternativa será la independencia energética de la red pública. Con esta actitud conseguimos por un lado, garantizar una viabilidad económica futura (sin dependencia de cambios de gobierno e intereses de oligopolios), y por otro la conservación del medio ambiente”, añaden.
Tecnología renovable en armonía con el entorno
El edificio fue concebido teniendo como principal premisa un bajo consumo de energía para cubrir las necesidades de la iluminación, calefacción y climatización. También se buscó un equilibrio entre aspectos funcionales y estéticos, y la integración de las aplicaciones tecnológicas de modo armónico con el entorno.
Para la iluminación artificial se emplean lámparas led o de bajo consumo. En el exterior, la fachada correspondiente a oficinas (con un espacio útil de 260 m2) está cubierta con corcho natural de espesor 11cm, ventanas de doble acristalamiento y techo con paneles sándwich (de 60mm de espesor). De este modo se consigue que la demanda de calor y frío sea reducida, similar al valor medio de una vivienda estándar. Se gestiona mediante una caldera de biomasa con suelo radiante y una bomba de calor.
En el exterior, delante del edificio, se creará sombra gracias a la plantación de árboles de Paulownia, de crecimiento rápido. Este árbol se cultiva desde hace algunos años en las islas Baleares como fuente de biomasa. ”La poda ayudará en pocos años a proporcionar madera y contribuirá a la calefacción en periodos de invierno”, indican en Solarta.
En verano, la climatización se efectúa a través de una bomba de calor, que consume la energía eléctrica generada con energía solar y eólica. Además, una monitorización instantánea de producción y consumo permite tomar decisiones para optimizar el uso de la energía. Por ejemplo el agua caliente sanitaria (ACS) se produce a través de una resistencia eléctrica en momentos de exceso de energía eléctrica.
La instalación solar FV tiene una potencia instalada de 24,64kW, aportada por 120 módulos (Centrosolar S220P54) instalados sobre tejado. La energía se inyecta en la red interior a través de 2 inversores trifásicos (SMA Sunny Tripower 12000). La instalación eólica tiene una potencia de 5kW, que generan dos aerogeneradores de Provenenergy (Kingspan). Proporcionan electricidad a velocidades de viento de hasta 160km/h y pueden soportar condiciones climáticas muy duras. La energía se inyecta en la red interior a través de 2 inversores (SMA Windy Boy 330). El calor para el suelo radiante se genera a través de una caldera de biomasa Domusla de 15kW, con depósito de pellets de 500L. Y para la climatización de las oficinas se emplean 3 bombas de calor.
El edificio ha obtenido de la Dirección General de Industria y Energía la clasificación energética Clase A.