Tras el abandona de las bombillas incandescentes la próxima tecnología en decirnos adiós será la halógena. Los led están demostrando ser imbatibles porque duran más, consumen menos energía y no pierden la calidad de la iluminación. A pesar de todo, algunos miembros de la UE han pedido posponer la legislación que supondría la conquista masiva del mercado por parte de las bombillas LED. Sus voces han sido escuchadas y la prohibición de los halógenos, prevista en principio para septiembre de 2016, se ha retrasado dos años.
Los que desean retrasar la legislación creen que la tecnología LED no está todavía ampliamente disponible para satisfacer la demanda de ese tipo. Sin embargo, los LED solo ofrecen ventajas frente a los halógenos. En todas sus aplicaciones. Los precios de los LED están cayendo más rápido de lo esperado, mientras la tecnología mejora rápidamente. Así que, excepto a los propios fabricantes de halógenos, parece que la decisión de retrasar la prohibición de la UE perjudica a consumidores, empresas y administraciones, que podrían ahorrar dinero con una iluminación más eficiente.
Steve Ellwood, director general de la compañía de iluminación directa BLT, señala que “entendemos la preocupación de los expertos pero la aplicación de esta prohibición traería un montón de beneficios para los consumidores, por no mencionar el medio ambiente”. Los LED tienen una vida útil más larga, alrededor de 50.000 horas. Lo que supone cinco veces más que un halógeno o una bombilla incandescente tradicional. La adopción de la tecnología LED, por tanto, disminuye los costes de mantenimiento y ayuda a ahorrar hasta un 90% del consumo total de energía.
Muchas ciudades ya han adoptado los LED en un intento de mejorar las deficiencias asociadas con las lámparas tradicionales. Nueva York ha aprobado un plan de reequipamiento para sustituir 250.000 lamparas hasta el año 2017; supondrá una inversión de 76 millones de dólares y será el proyecto más grande de América de este tipo. La Gran Manzana podrá ahorrarse hasta 14 millones al año en consumo energético y mantenimiento.
Pero los LED no solo mejoran la eficiencia energética. También pueden suponer un revulsivo para el estado de ánimo de los trabajadores. Por eso muchas empresas han optado por cambiar. Los LED de luz azul, aseguran los expertos, “estimulan un foco receptor en el ojo que reduce la producción de melatonina y ayuda a una persona a mantenerse despierto”.
Sin embargo, hay que reconocer que los LED no están todavía listos para dominar todo el panorama de la iluminación. No pueden reemplazar todo tipo de lámparas. Por ejemplo, no es posible sustituir cualquiera de las lámparas de descarga de gas o tubos fluorescentes T5 a LED. En estos casos es necesario cambiar también el accesorio.
Pero incluso la implementación de esta adaptación, cambiando o comprando un módulo LED (accesorios con lámparas LED ya incluidas), ofrece importantes beneficios económicos. Los bajos costes energéticos y de mantenimiento implican recuperar la inversión muy rápido.
