Ejemplo de ello es el barrio de Vulkan. Localizado en una antigua área industrial junto al río Akerselva, Vulkan se ha convertido en poco más de diez años en un distrito energéticamente eficiente. Este barrio, que alberga una amplia variedad de empresas, además de dos hoteles, colegios, centros culturales, restaurantes y apartamentos, se climatiza mediante un sistema de pozos geotérmicos, de 300 metros de profundidad.
La energía solar también juega un papel importante en el barrio. Bellona House, el equivalente de Greenpeace en Noruega, cuenta con un extenso sistema solar térmico. Por su parte, los dos hoteles (Scandic Vulkan y PS: hotell) tienen soluciones de aislamiento de última generación y reciclan la energía de los refrigeradores y ascensores, lo que les ha llevado a ostentar la mejor clasificación energética.
Vulkan alberga, además, la instalación de carga más grande del país para coches eléctricos.
Pero no es solo este barrio. El ayuntamiento de la ciudad noruega se ha propuesto hacer de Oslo una ciudad sin coches en la medida de lo posible, para lo cual ha limitado el tráfico y reducido los espacios que antes les destinaba, dejando más sitio a bicicletas, bancos, zonas verdes y otras cosas que hacen que la gente disfrute más de la ciudad y un aire más limpio. Todo ello acompañado de una amplia red de transporte público, integrada por tranvías, autobuses, trenes y barcos, que permiten desplazarse cómodamente por toda la ciduad.
Los urbanistas de Oslo se están ocupando, asimismo, de fomentar el reciclaje inteligente y la biodiversidad. En esta ciudad se pueden encontrar no solo numerosos huertos urbanos, sino panales de abejas integrados en la vida ciudadana o, en el fiordo, arrecifes artificiales submarinos con refugios para peces y mariscos. Otra referencia que va tomando forma es el "Barrio Agrícola", lleno de proyectos sostenibles en los ámbitos de la alimentación, el medio ambiente, el desarrollo urbano, la tecnología, la cultura y la música.