NH define el programa Cork2corK como "una iniciativa sostenible pionera en el sector hotelero europeo que el Grupo ha desarrollado junto con la empresa líder de revestimientos y producción de corcho Amorim". Desde su inicio en 2011, el proyecto -informa NH- se ha materializado en la recogida de los tapones de las botellas descorchadas en 77 establecimientos del grupo "para su reciclaje y reutilización como revestimientos y asilamientos en otros hoteles NH". Según la cadena hotelera, en concreto, el corcho recuperado se ha transformado ya "en aproximadamente 8.000 metros cuadrados de pavimento utilizado en reformas y construcción de nuevos hoteles". NH calcula que esos ocho mil metros cuadrados de planchas de corcho equivalen al material utilizado en la reforma o construcción de más de 300 habitaciones.
Los alcornocales, fuente del corcho
Según el director de Comunicación y Márketing de Corticeira Amorim, Carlos de Jesús, "contar con una compañía hotelera con el prestigio de NH Hotel Group, que entiende las ventajas técnicas y ambientales del corcho y las pone a disposición de sus clientes en las principales ciudades europeas, es una muy buena noticia no solo para la Corticeira Amorim, sino para toda el ciclo de vida del corcho y de los alcornocales, de gran importancia en Portugal y España". Por su parte, la directora de Medio Ambiente y Sostenibilidad de NH Hotel Group, Mónica Chao Janeiro, ha declarado que, "con el programa Cork2corK, además de contribuir a dar nuevas vidas a un producto como el corcho natural, hemos promovido la preocupación por el Medio Ambiente entre nuestros públicos internos y externos".
Emblema de la región mediterránea
Con una extensión de 2,7 millones de hectáreas distribuidas entre Portugal, España, Argelia, Marruecos, Italia, Túnez y Francia, los alcornocales representan "uno de los mejores ejemplos de interacción entre las personas y la naturaleza en el Mediterráneo", según WWF. Esta organización conservacionista califica el alcornocal como "uno de los ecosistemas de mayor valor en términos de biodiversidad en Europa, albergue de algunas de las especies animales más emblemáticas y amenazadas de los ecosistemas mediterráneos, como el águila imperial, la cigüeña negra o el lince ibérico". Su adecuada gestión -añade WWF- aporta por otro lado "valiosos servicios ambientales, como la conservación del suelo, la protección contra el cambio climático y la desertificación, la fijación de carbono, la recarga de acuíferos y el control de la escorrentía superficial".
El corcho, un producto ecológico por naturaleza
De entre los muchos productos que ofrece el alcornocal, destaca el corcho, del que WWF dice es "un excelente producto natural con inigualables cualidades aislantes". Sin embargo -matiza la asociación ecologista-, "en los últimos años, los tapones de materiales artificiales, como plástico o metal, mucho más contaminantes que el corcho, están invadiendo los mercados de vino, y poniendo en peligro la extracción tradicional del corcho y, por lo tanto, el futuro del alcornocal, al favorecer el abandono rural, la ausencia de gestión forestal y el incremento del riesgo de incendios" (el corcho que recubre el tronco de los alcornoques es ignífugo, o resistente al fuego). Por eso, WWF defiende el empleo del corcho, que "es un material natural, renovable e indudablemente más ecológico que cualquier derivado del plástico o el metal".
FSC
Eso sí, la organización ecologista apuesta por los alcornocales gestionados conforme a los criterios promovidos por el sello de certificación forestal FSC (Forest Stewardship Council), sello solo impuesto a los alcornocales que son "gestionados tanto ambiental como socialmente de manera responsable". El FSC se define como "una organización global, sin ánimo de lucro, dedicada a promover la gestión forestal responsable en todo el mundo". Son socios del FSC oenegés como WWF y Greenpeace, empresas como TetraPak y Mondi PLC y organizaciones sociales como la National Aboriginal Forestry Association de Canadá, así como propietarios y administradores de bosques, empresas procesadoras (entre las que se encuentra Amorim), y también partidarios y miembros individuales. Entre todos definen los mejores procedimientos para una silvicultura que se ocupa de temas sociales y ambientales. Según FSC, "el consenso de la membresía establece los Principios y Criterios FSC – siendo estos los patrones más elevados de un manejo forestal que es ambientalmente apropiado, socialmente beneficioso y económicamente viable".