El alcalde de Gotarrendura, Fernando Martín, recuerda las crónicas que sitúan en su municipio la procedencia de Teresa de Ahumada (Santa Teresa de Jesús) para 500 años después sentenciar: “De la cuna de Santa Teresa a Ciudad de la Ciencia y la Innovación”, título que obtuvo la villa en 2011. Ese logro está relacionado directamente con la implantación de tecnologías renovables para evitar que el “pueblo muriese”, asegura el primer edil.
En 2012 más del 60% del presupuesto municipal se empleaba en pagar la factura de la luz, asegura Fernando Martín. Fue esa situación la que propició que el alcalde de Gotarrendura explorase la posibilidad de instalar sistemas renovables. El recibo municipal de la luz en aquella fecha rozaba los 18.000 euros, casi 6.000 más que en 2010. La irrupción renovable ha sido milagrosa, tal vez por aquello de estar en tierra de santa. El presupuesto del año 2014 se cerró con un gasto en electricidad de 12.389 euros, es decir se redujo hasta situarlo en niveles del año 2010 a pesar de las subidas de los términos fijo y variable, y del incremento del IVA del 18 al 21%.
Los elementos renovables que lo han conseguido son una aerobomba y una placa fotovoltaica que se encargan de extraer agua del subsuelo a 70 metros de profundidad, un conjunto fotovoltaico para presurizar y distribuir el agua a los 160 puntos de consumo que existen en el municipio, y calderas de biomasa en la escuela y las dependencias municipales. Así fotovoltaica, mini eólica y biomasa son las fuentes de generación que han sustituido a la electricidad.
Gotarrendura no se ha conformado y ha querido dar algunos pasos más en busca de la sostenibilidad. Por ello, ha convertido y ampliado la antigua casa del maestro en alojamiento rural para visitantes y peregrinos del Camino de Santiago. En su tejado se ha instalado una placa solar térmica para el abastecimiento de agua caliente y las cristaleras del patio interior son módulos fotovoltaicos de integración.
Turismo tecnológico
Además de periplo de caminantes, asegura el alcalde, el municipio practica el turismo tecnológico, que así lo denomina Fernando Martín. No es otro asunto que la visita guiada a las instalaciones solares fotovoltaicas que rodean el pueblo. En total suman 4,5 MW en los que destacan módulos con seguidor, fijos y los instalados en estructuras asentadas sobre tornillos de 1,65 metros para evitar el deterioro que provoca el hormigón en el suelo.
Todas esas instalaciones han sumado puestos de trabajo durante su construcción y ahora en su gestión y mantenimiento. La única pérdida de empleo por culpa de las renovables la ha sufrido Laika, la perra mastín que pastoreaba las ovejas. Un panel fotovoltaico conectado al vallado impide que se escapen. Mientras, Laika dormita al sol. No se conoce demanda por despido.