La etiqueta energética con sus barras horizontales –verdes, amarillas y rojas– es bien conocida por los consumidores. Es una de las mejores herramientas que existen en la actualidad para informar en los puntos de venta acerca de la eficiencia energética de los productos, de hecho el 85 % de los consumidores europeos la tienen en cuenta en sus decisiones de compra. Pero la acumulación de +++ en A estaba aportando confusión en vez de mejorarla.
Ante ello, la Comisión Eiropea ha decidido prescindir del exceso de positivos y volver a una escala alfabética que vaya de la A a la G y que reflejen de manera inequívoca la calidad energética del producto. Con esta medida, la CE persigue que los consumidores puedan tomar decisiones fundadas que les ayuden a ahorrar energía y dinero y contribuir, al mismo tiempo, a que se siga avanzanbdo en el objetivo de la UE de dar prioridad a la eficiencia energética.
También se va a establecer una base de datos dónde se incluyan todos los productos que precisen etiqueta y que se vendan dentro de las fronteras de la UE.