El estudio elaborado por el Ente Vasco de la Energía (EVE) ha revelado que las unidades familiares son cada día más pequeñas, "por lo que se está incrementando el número de viviendas principales y se demanda un mayor grado de confort en los hogares, lo que se traduce en más equipamiento, y por tanto, en más consumo de energía". Pues bien, teniendo en cuenta que los costes energéticos de los combustibles y la electricidad en los hogares son cada día mayores -dice el EVE-, resulta necesario "conocer en detalle" el modo en el que se consume la energía en la vivienda. Así, el estudio realiza un análisis de la situación actual del parque de viviendas de Euskadi, un parque principalmente urbano y costero, con una antigüedad media de 39 años, según el Ente.
2,8 veces más
Según ese informe, alrededor del 40% del consumo energético de una vivienda vasca corresponde a calefacción. La antigüedad de la vivienda es un factor clave en la pérdida de energía en forma de calor, señala el EVE: "un edificio construido antes de 1979 y sin reformar tiene una demanda en calefacción alrededor de 2,8 veces superior que otro construido después del año 2007, por lo que existe un potencial global de reducción del 40% del consumo en calefacción por mejoras estructurales reformando toda vivienda anterior a 2007". En cuanto a los tipos de energía empleados, el gas natural se ha ido introduciendo progresivamente en el consumo doméstico hasta llegar a ser el principal combustible utilizado. En 2011, el consumo medio anual de gas natural por vivienda en Euskadi fue de 5.930 kWh, mientras que el de electricidad fue de 3.370 kWh. Otras energías menos empleadas son el gasóleo y los GLP. En el conjunto de todas las energías, una vivienda vasca consume al año el equivalente a 0,69 toneladas de petróleo. En lo que a las energías renovables se refiere, su uso en la vivienda está cada vez más extendido, aunque todavía sólo supone el 5,3% del total.