Coordinado por la Asociación Española Agricultura de Conservación Suelos Vivos (Aeacsv), el proyecto ha contado con la participación del Ifapa, la ECAF y la Universidad de Córdoba, a través de la Etsiam. Su presupuesto se ha acercado a los 2,7 millones de euros, de los que 1,2 han sido financiados por la Unión Europea.
Este proyecto ha servido para desarrollar y demostrar sistemas agrícolas sostenibles, basados en la agricultura de conservación, en combinación con técnicas de precisión. La agricultura de conservación se fundamenta en cultivar produciendo una mínima alteración del suelo, manteniendo una cobertura permanente que evita su erosión, y realizando rotación de cultivos que fomentan la biodiversidad. La agricultura de precisión, por su parte, promueve un uso más eficiente de la energía mediante el empleo de ayudas de guiado para los tractores y técnicas de aplicación de insumos variables.
Gracias a esta forma de cultivar, se ha capturado CO2 de la atmósfera, aumentando hasta en casi un 60% el carbono del suelo, en comparación con la agricultura convencional. El proyecto ha demostrado además que las técnicas respetuosas del medio ambiente no son menos productivas que las convencionales y que la agricultura de conservación ahorra costes a los agricultores, cifrados en 60 euros por hectárea de media.
El galardón concedido por la Comisión Europea se une al XVII Premio Andalucía de Medio Ambiente, como mejor proyecto sobre cambio climático, que ya recibiño la iniciatibva, y a su presentación como caso de éxito en el Programa Medioambiental de las Naciones Unidas (UNEP).