Partiendo de los resultados que arroje esta evaluación, la Comisión Europea presentará las propuestas oportunas, indica Javier García Breva.
Para el asesor en políticas energéticas y Presidente de N2E “se trata de un paso importante pues es la directiva que establece el concepto de edificio de consumo de energía casi nulo como obligatorio en 2020 para la nueva edificación y rehabilitación de la existente y en 2018 para los edificios públicos”.
La evaluación también parte de la Comunicación sobre eficiencia energética de julio de 2014, según la cual, para avanzar hasta 2030, deben introducirse medidas adicionales de mejora de la eficiencia energética que atiendan principalmente a la eficiencia de edificios y productos. La Directiva sobre eficiencia energética de los edificios es el principal instrumento legislativo europeo vigente sobre estas cuestiones.
Avanzando hacia el autoconsumo
La principal aportación de la directiva de eficiencia energética de edificios es su definición del edificio de consumo casi nulo como edificio eficiente que se abastece con autoconsumo. Además, establece la obligación de que los Estados miembros fijen normas de rendimiento energético para los edificios, expidan certificados de su eficiencia energética y garanticen que a finales de 2020 todos los nuevos edificios sean de consumo energético casi nulo.
“Lamentablemente, el concepto de edificio de consumo de energía casi nulo no ha sido todavía incorporado a la legislación española”, señala el experto.
Se calcula que la Directiva reducirá el consumo energético total de la UE en un 5,6% hasta 2020 y permitirá crear entre 280.000 y 450.000 puestos de trabajo. Los edificios de consumo casi nulo deben convertirse en norma; pueden incluso producir más energía de la que consumen. Tecnologías inteligentes como la domótica darán a los consumidores mayor influencia sobre sus propias pautas de consumo, y cada edificio, cada barrio contribuirán activamente a controlar la distribución local y las redes de almacenamiento.
La eficiencia energética se ha integrado en algunas de las principales políticas de la UE, como los fondos de cohesión. Bajar el consumo energético también reduce las emisiones de dióxido de carbono, lo que ayuda a combatir una de las principales causas del cambio climático.
Experiencia piloto
Este ejercicio de consulta servirá de experiencia piloto para futuras consultas públicas sobre otros temas: sistemas urbanos de suministro de energía, suministro minorista, automatización y control de edificios, normativas sobre construcción, financiación, etc. La Comisión tiene hasta el 1 de enero de 2017 para hacer esta evaluación, con ayuda de un comité de representantes de los Estados miembros.
“La evaluación de Bruselas es una excelente ocasión para poner de manifiesto la falta de coherencia de la legislación española con la directiva europea de edificios. Nuestras autoridades incluso han presentado un borrador de decreto de autoconsumo que impide en la práctica el cumplimiento de esta directiva. El perjuicio no solo es para los consumidores sino para la propia recuperación de la economía por el impacto de la directiva en el sector de la rehabilitación”, concluye Javier García Breva.