El campus de Cantoblanco de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) ha sido objeto de una auditoría energética realizada por la consultora Creara por encargo del Centro de Eficiencia Energética de Unión Fenosa. El objetivo de la misma era, según informa la propia Creara, "evaluar la eficiencia energética del alumbrado público de Cantoblanco y determinar las medidas más apropiadas para conseguir una disminución sustancial, tanto de los consumos, como de las emisiones contaminantes del recinto universitario".
Pues bien, los resultados del estudio no dejan lugar a la duda: "con la aplicación de tan sólo tres medidas altamente rentables y de sencilla aplicación en el alumbrado público, como son la sustitución de lámparas de vapor de mercurio por otras de vapor de sodio; la instalación de balastos de doble nivel (dispositivo que sirve para limitar y estabilizar la corriente eléctrica, con el fin de adaptarla a las necesidades de mayor o menor nivel de intensidad lumínica) y la implantación de relojes astronómicos, el campus dejará de emitir anualmente casi 80 toneladas de CO2 a la atmósfera, el equivalente a las producidas por el consumo eléctrico de 651 hogares".
El consumo en alumbrado público del campus cuesta anualmente casi 70.000 euros. Creara calcula que con la sustitución de lámparas y la instalación de balastos de doble nivel se podría llegar a ahorrar hasta un 31% del consumo en alumbrado, con una inversión amortizable en menos de dos años y medio. Según indican los expertos de esta ingeniería madrileña, “el hecho de no aplicar medidas de ahorro energético va ligado a un desconocimiento de las soluciones tecnológicas para la reducción del consumo, que, sin embargo, en numerosos casos, son bastante sencillas de aplicar y se amortizan en plazos inferiores a los cuatro años”.
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