El informe anual de la AIE sobre los avances en materia de eficiencia energética en todo el mundo, Eficiencia energética 2024, concluye que la intensidad energética primaria mundial (una medida de la eficiencia) mejorará alrededor de un 1% en 2024. Se trata de la misma tasa que en 2023 y, aproximadamente, la mitad de la tasa media entre 2010 y 2019.
Unas cifras insuficientes tras el amplio compromiso internacional adoptado en la conferencia sobre cambio climático COP28 celebrada el año pasado en Dubái, en la que casi 200 países acordaron el objetivo de duplicar la tasa de progreso, lo que implica aumentarla del 2% en 2022 al 4% en 2030.
Según el nuevo estudio de la AIE, hay importantes elementos de progreso que vale la pena destacar, especialmente en las principales economías emergentes y en las crecientes tasas de implementación global de bombas de calor y vehículos eléctricos, que generalmente utilizan mucha menos energía que las tecnologías que reemplazan. Sin embargo, para lograr una mayor eficiencia se necesitarán inversiones considerablemente mayores.
En concreto, la inversión en tecnologías energéticamente eficientes creció un 4% en 2024 y va camino de alcanzar un récord de 660.000 millones de dólares, según el informe. La AIE destaca que las tecnologías eficientes "no necesariamente cuestan más que las menos eficientes" y que, a menudo, "cuestan mucho menos a lo largo de su vida útil", ya que su funcionamiento es más barato. Por ejemplo, los aparatos de aire acondicionado más eficientes, pueden ahorrar hasta un 40% en costos totales en comparación con los ineficientes.
Eficiencia energética
El aumento de la eficiencia energética consiste en aprovechar al máximo las tecnologías para acometer los procesos industriales cotidianos con la misma cantidad de energía, lo que se traduce en más empleos, ciudades más sanas, entre otros beneficios socioambientales. Desde la AIE señalan que mejorar la eficiencia energética de los edificios y los vehículos, así como en otras áreas, es "fundamental para la transición hacia las energías limpias", ya que mejora simultáneamente la seguridad energética, reduce las facturas de energía de los consumidores y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero.
El informe de la AIE subraya, no obstante, que los gobiernos de todo el mundo están logrando avances en materia de políticas, y que "aquellos que representan más del 70% de la demanda energética mundial están implementando políticas de eficiencia energética nuevas o actualizadas en 2024".
La Unión Europea, por ejemplo, revisó las regulaciones para lograr un parque de edificios con cero emisiones para 2050; China revisó las normas sobre electrodomésticos y fortaleció los objetivos nacionales de eficiencia; Estados Unidos endureció sus normas de ahorro de combustible para vehículos pesados; y Kenia hizo obligatorio su código de construcción para garantizar que todos los edificios nuevos sean más eficientes.
Sin embargo, para alinearse con los objetivos globales, las nuevas políticas "deben llegar más rápidamente" a todo el mundo, y muchas de las existentes "deben endurecerse", según el informe.
Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE: “La eficiencia energética es un pilar fundamental de las transiciones energéticas seguras, asequibles e inclusivas. La AIE está trabajando más estrechamente que nunca con los gobiernos de todo el mundo para garantizar que siga siendo una prioridad política de primer orden. Esperamos ver respuestas políticas más rápidas y contundentes en todo el mundo”.
Junto con este informe, y para aumentar la visibilidad sobre la eficiencia energética y apoyar un mayor avance hacia el objetivo global de duplicar la eficiencia energética, la AIE ha lanzado un Seguidor del Progreso en Eficicencia Energética (Energy Efficiency Progress Tracker) para brindar información detallada a través de los indicadores regionales más actualizados sobre intensidad energética, demanda y niveles de electrificación. Esto complementa el apoyo analítico más amplio de la Agencia a los gobiernos, como los conjuntos de herramientas de políticas de eficiencia energética de la AIE que se publican anualmente.