Una estrategia de mantenimiento acertada requiere poner atención en los elementos clave del sistema de climatización o refrigeración: el intercambiador de calor. Los intercambiadores de calor de placas han desplazado a intercambiadores tradicionales de carcasa y tubos por su mayor compacidad, eficiencia, economía y fiabilidad. Se encuentran en muchas ocasiones en aplicaciones con diferencia de temperatura muy próximas o con uso de refrigerantes, como CO2 o amoniaco como medio secundario, en aplicaciones de congelación. Tanto los intercambiadores de placas con juntas, como los intercambiadores semisoldados, empleados en aplicaciones de refrigeración industrial, permiten recuperar el rendimiento del primer día si se realizan los mantenimientos adecuadamente.
La falta de mantenimiento y la instalación de equipos en posiciones para las cuales no fueron diseñados son los principales enemigos de la eficiencia. Algo que se puede subsanar con el rediseño del intercambiador, la evaluación de su estado y el reacondicionamiento del mismo.
Gracias a las capacidades de su centro de servicio de Madrid, la compañía Alfa Laval cuenta con stock en menos de 24 horas y capacidad para prestar servicio urgente en un tiempo muy competitivo, lo que la convierten en un “auténtico socio para un sector en el que la velocidad y la fiabilidad son claves”.
Además de la utilización de repuesto original, Alfa Laval dispone de las mejores técnicas disponibles para la inspección y diagnóstico de problemas. “Un ejemplo es el test de integridad. Este servicio le ofrece una visión clara sobre el estado de su unidad, para que pueda identificar el momento más adecuado para hacer el mantenimiento”, explican desde la compañía. Que ofrece sus servicios de optimización también cuando se trata de equipos de otros fabricantes.