España, el país que más derrocha energía en la iluminación, según el Grupo Cielo

Pujol, ingeniero industrial y presidente de la asociación, explicó en declaraciones a Efe que "iluminar más no significa iluminar mejor" y señaló que superar los 2.500 lux –unidad para medir el flujo luminoso que recibe una superficie– a la altura de la cabeza puede resultar perjudicial para la salud.

La ciudad de mayor contaminación lumínica es Valencia, pero esta también se produce en Madrid y Sevillla, entre otras grandes capitales. El derroche también se da en ciudades más pequeñas. Así, entre las más contaminantes aparece, por ejemplo, Avila. En el extremo opuesto está Barcelona, que ha aprendido "del derroche que supusieron los Juegos Olímpicos del 92", afirma Pujol.

Los efectos de la contaminación lumínica en la salud van "desde un simple dolor de cabeza hasta un cáncer de piel" por una prolongada exposición a la radiación ultravioleta emitida por la iluminación artificial sin filtros adecuados, aseguró Pujol.

El Grupo Cielo basa su afirmación en las numerosas mediciones que ha realizado. En una de ellas, comprobaron que la iluminación de las fachadas de unos grandes almacenes instalados en toda España irradiaban hasta 4.000 lux, mientras que en un andén de la línea 2 del Metro de Madrid se alcanzaron los 800 lux frente a los 150 recomendados por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) para la red del Metropolitano.

El desperdicio de energía lumínica se extiende a carreteras, calles, fachadas de edificios históricos, instalaciones deportivas y anuncios, que a menudo permanecen encendidos toda la noche.

El Grupo advierte que este derroche energético destruye "el legado de la visión del cielo nocturno", y causa un "efecto nocivo" en las aves migratorias que vuelan de noche.

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España, el país que más derrocha energía en la iluminación, según el Grupo Cielo