Las lámparas halógenas tienen los días contados. Al igual que sucediera hace unos años con las bombillas incandescentes, desde el 1 de septiembre no se pueden vender algunos de estos focos, especialmente los utilizados en tiendas, y desde 2018 tampoco se podrán comprar los que se instalan en las viviendas. No obstante, las tiendas podrán seguir comercializando las existencias que tengan, pero no recibir nuevas.
El objetivo de esta medida, que responde a la normativa europea sobre requisitos de ecodiseño para los productos relacionados con la energía, es promover la utilización de tecnologías de iluminación más eficientes, en concreto las lámparas LED. En palabras de Cristóbal Ripoll, director general de Ledvance Lighting, “era de esperar que este día llegara. Dadas las nuevas y revolucionarias tecnologías de iluminación con las que contamos en la actualidad, muchas halógenas han quedado obsoletos y son poco eficientes”.
Los fabricantes de iluminación más importantes a nivel mundial, entre los que se encuentra Ledvance, ya cuentan con un amplio portfolio de lámparas LED, idóneas –aseguran– para utilizar como alternativa de las aplicaciones que tradicionalmente venían ocupando las halógenas. “El bajo consumo y larga vida útil de las LED proporcionan un ahorro de hasta el 90%. Además sus pequeñas dimensiones, su eficacia energética y su larga duración ofrecen multitud de posibilidades de aplicación”, señala Ripoll.
Según la Asociación Española de Fabricantes de Iluminación (Anfalum), las lámpara LED ya suponen más del 50 % de las ventas en el mercado español, mientras que el de las halógenas se ha reducido al 10%.
Fuente: Ledvance