Medidas propuestas por Greenpeace, que pretenden ahorrar la emisión de un millón de toneladas de CO2 al año: 1. Una ley de eficiencia energética en alumbrado público, que regule el tipo de farolas y de bombillas a emplear, para que se permitan sólo aquellas que dan el máximo rendimiento lumínico y energético en cada lugar, según las necesidades reales de iluminación. Esta ley debería obligar a todos los ayuntamientos y particulares, y establecer unos plazos para la sustitución de las luminarias más derrochadoras. 2. La recuperación de los programas de gestión de la demanda, que han sido suprimidos por el Gobierno, por los que una pequeña parte de la recaudación del recibo de la luz se destina a programas de incentivo del uso eficiente de la energía y a subvencionar la adquisición de tecnologías eficientes. | |||
Situaciones de derroche energético escandaloso en alumbrado, según Greenpeace: Alumbrado de ciudades: El uso de luminarias, como los globos, que emiten más de la mitad de su flujo hacia arriba, donde es inútil. El año pasado, una campaña de Greenpeace y la Agrupación Astronómica de Madrid logró que el Ayuntamiento de Madrid acordase una sustitución progresiva de los globos, de los que existen más de 50.000 en la ciudad. Alumbrado ornamental: catedrales y monumentos permanecen iluminados toda la noche con potencias de entre 50.000 y 150.000 vatios, de los que la mitad del flujo va inútilmente hacia el cielo, por estar orientados de abajo hacia arriba. Alumbrado de puentes y banderas: puentes iluminados por el Ministerio de Fomento y algunas comunidades, de abajo hacia arriba, con entre 15.000 y 100.000 vatios cada uno, lanzando inmensos chorros de luz al cielo, para nada. El colmo es la iluminación de banderas, de abajo a arriba, donde prácticamente toda la luz se pierde inútilmente. Metro de Madrid: con una potencia instalada de 10 MW, los niveles de iluminación duplican y a veces cuadruplican los necesarios. RENFE: Abundan los sistemas ineficientes que derrochan entre un 30 y un 50% del flujo hacia el cielo cuando lo que se pretende iluminar son estaciones, aparcamientos y vías. Aeropuertos: Se pierde un 30-50% del flujo. Alumbrado publicitario de fachadas: edificios de grandes almacenes, empresas de seguros, bancos, hoteles, comercios y fábricas, iluminan con potencias de 5.000 a 30.000 vatios, dejando escapar una buena parte del flujo hacia el cielo. Anuncios luminosos: La proliferación de anuncios luminosos en carreteras (sólo en Madrid hay más de 500.000 vatios) se hace con el desperdicio de casi todo el flujo. | |||
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Greenpeace. José Luis García Ortega: 91 444 14 00 y 626 99 82 42. www.greenpeace.es