“Cualquier modelo de ciudad sostenible requiere actuar sobre la edificación y el transporte. El autoconsumo se convierte en el nuevo paradigma de la ciudad sostenible a través del almacenamiento eléctrico en baja tensión”. Es la principal afirmación de Javier García Breva en el III Congreso Nacional de Energía celebrado en Rubí, dedicado al autoconsumo en el medio urbano y que reunió a personalidades y representantes políticos de municipios involucrados en el cambio de modelo energético como Las Palmas de Gran Canaria, Rota y San Sebastián de los Reyes.
Según este reconocido experto en renovables y eficiencia energética, “la función del autoconsumo y del almacenamiento es el ahorro de energía ajustando la oferta y la demanda en tiempo real. Se trata de la mejor herramienta para reducir los costes energéticos con la más alta eficiencia para llegar a la clave de todo: la autosuficiencia energética. Porque un pueblo sin energía propia es un pueblo sin futuro”.
García Breva insistió durante su intervención de apertura del congreso que el autoconsumo y las renovables han de convertirse en una prioridad en las políticas públicas dirigidas al medio urbano. Lo cual obliga a revisar la estrategia nacional de rehabilitación de 2014 incluyendo la energía renovable, el autoconsumo, el vehículo eléctrico, el almacenamiento y la contabilización del CO2.
Un tres en uno
A lo largo de su ponencia titulada “El vehículo eléctrico y el autoconsumo”, Javier García Breva desgranó cómo la gestión de la demanda combina el ahorro de energía, la generación en el mismo centro de consumo y el almacenamiento eléctrico. De esta manera, el vehículo eléctrico se integra en la gestión energética del edificio a través del punto de recarga en el edifico de consumo casi nulo, que es el edificio con autoconsumo.
El experto también desveló que las directrices aprobadas por la Comisión Europea para los edificios de consumo casi nulo y la modificación prevista de la Directiva de edificios de 2010 contemplan que, a partir de 2018 los edificios públicos y de 2020 los nuevos edificios y la rehabilitación de los existentes, deben incluir la energía renovable en el cálculo de la eficiencia energética del edificio y contar con infraestructura de recarga para el vehículo eléctrico. Asimismo, una de cada diez plazas de aparcamiento deberá contar con un punto de recarga.
Protagonistas, las ciudades
Para Javier García Breva, las ciudades liderarán la transición energética ya que son los principales centros de consumo de energía y de emisiones contaminantes. “Por tener las mayores competencias en urbanismo y transporte, las ciudades se convierten en el primer actor del progreso de la eficiencia energética”, aclara.
La urgencia para actuar sobre la edificación y el transporte es la consecuencia directa de que los dos sectores concentran más del 65% del consumo de energía y más del 70% de las emisiones de CO2. El 65% de las importaciones de petróleo se destinan al transporte y el 68% de las importaciones de gas a calefacción y refrigeración. “De hecho, el objetivo que ha establecido la UE para estos dos sectores en 2030 es un ahorro de energía del 30% y una reducción de emisiones del 30%” puntualiza García Breva.
El municipio barcelonés de Rubí, de 75.000 habitantes y más de 3000 empresas, es un magnífico ejemplo de proyecto integral de eficiencia energética en la ciudad más industrializada de Cataluña, donde las actuaciones del ayuntamiento no sólo han impedido la deslocalización industrial, sino que han creado empleo y fomentado el ahorro de energía.
