Muy pocos consumidores sabenen qué se va la factura de la luz y cómo adoptar medidas eficientes para ahorrar. El director general de Aldro Energia, José González Payno, aporta varias sugerencias para lograrlo, que recoge Comunicae. La primera consiste en conocer el gasto de cada electrodoméstico, para ser capaces de priorizar su uso.
A este respecto, González Payno señala que la nevera puede llegar a consumir hasta el 30% del recibo de la luz de un hogar, debido a es que es el único aparato que no se suele apagar nunca. Por tanto, no hay que abrirla innecesariamente (y obligarle así a regular constantemente su temperatura); pero también conviene saber que un frigorífico de clase A*** puede consumir hasta un 80% menos de energía de uno de clase D, lo que significa unos 1.000 euros de ahorro a lo largo de toda su vida útil.
El televisor es el siguiente mayor “gastón”: puede llegar a consumir hasta el 12% del recibo de la luz de un hogar. Y no solo eso. Además, es uno de los grandes responsables del consumo stand-by. De hecho, el “consumo fantasma” de una televisión gasta tanta energía como un ordenador funcionando a pleno rendimiento.
La lavadora supone otro 12% del gasto Hasta hace poco, este electrodoméstico era casi el mayor consumidor en este ranking; sin embargo, la nueva generación de lavadoras que se han ido generalizando en el mercado, mucho más eficientes, han logrado mantener el consumo en el 12%, una cifra que podría ser menor tirando de lavados en frio o de programas más cortos, y por supuesto, tratando de poner siempre la lavadora llena.
La energía que requiere elevar la temperatura del horno supone que este aparato sea el responsable de un 8% del consumo de nuestro recibo energético. “Nuestra recomendación, afirma el experto de Aldro Energía, es no abrir el horno mientras esté encendido, pues esto hace perder al menos un 20% de la energía acumulada en su interior; y cocinar de una vez el mayor número de alimentos”.
Por último, un ordenador de mesa genera un 7,5% y un porcentaje similar un portátil, el lavavajillas y otros equipos domésticos como la secadora, el microondas, las campanas extractora o las placas vitrocerámicas.