El 50,1% de las emisiones de CO2 de una ciudad como Madrid procede del sector residencial, comercial e institucional. El transporte representa el 23,9% de esas emisiones (según el propio Ayuntamiento, dato de 2018). Reformular (rehabilitar) energéticamente todo el parque inmobiliario madrileño (o el de cualquier ciudad similar) constituye todo un reto. Como también lo es replantear el modelo de transportes, que debe pasar por (1) la distribución capilar de los servicios básicos (la ciudad de los 15 minutos, ya en proceso de implantación en París, y que pretende que todos los ciudadanos tengan acceso a cualquier servicio básico, incluido el ocio, a menos de 15 minutos de su casa), y que debe pasar así mismo por (2) las soluciones de movilidad más ágiles (peatonalización, bicicleta, patinete eléctrico...) y de menor impacto (medios de transporte que usen siempre energías renovables).
Pues bien, todas esas soluciones que ya son y ya están y muchas otras que van en la misma dirección -resiliencia y circularidad- las quiere aplicar Seed Global Advisoring (SGA) en Aguaduna, una ciudad de futuro que aspira a convertirse en un modelo replicable. "Aplicar estas soluciones en grandes urbes -explican los impulsores de esta iniciativa- será un proceso lento, costoso y que indudablemente afectará a la vida de los ciudadanos. Sin embargo -añaden desde SGA-, comienzan a aparecer proyectos que incorporan todas estas nuevas soluciones en urbes de nueva creación, más pequeñas, adaptadas al entorno y completamente replicables en todo el mundo, lo que dará lugar a la primera generación de smart cities integrales o 360º".
Tarek Al Masri, socio de Seed Global Advisoring (SGA) y responsable del desarrollo de Aguaduna: “actualmente, tenemos a nuestra disposición recursos y herramientas para crear ciudades inteligentes en términos tecnológicos. Otros avances aún están en desarrollo, pero se convertirán en realidad en muy pocos años gracias al 5G y a otras innovaciones que llevan aparejadas como el Internet de las Cosas (IoT). Nuestro desafío pasa ahora por utilizar esta tecnología como un medio para conseguir ciudades más habitables, resilientes y sostenibles”
La propuesta de SGA pasa así por "la independencia energética a través de campos de captación fotovoltaica, la reutilización de aguas pluviales, sistemas de acondicionamiento pasivo de los edificios, la circulación de vehículos únicamente impulsados por energías limpias, reducción al 50% de pavimentos en los espacios públicos y edificación de solo el 14% de la superficie total del suelo para garantizar la alta permeabilidad del mismo, además de la aplicación de tecnologías como big data o blockchain para gestionar los distintos servicios de la ciudad de forma eficaz, transparente, segura y descentralizada".
Tarek Al Masri, responsable del desarrollo de Aguaduna: “estamos construyendo las primeras ciudades 100% inteligentes, desde cero, y completamente adaptadas al medio natural. Pero la innovación también se basará en aspectos sociales, como una gobernanza digitalizada, mayor transparencia en la gestión del entorno urbano, y un sistema de integración social más desarrollado y que apueste por reducir la desigualdad”
Credenciales
Según la agencia de comunicacilón de SGA, "la fuerza detrás de Aguaduna es Naurigas, un grupo de personas de diferentes orígenes unidos por la misma visión y convicción del mundo, que tienen el impulso necesario para dar vida a Big Ideas". Aguaduna -explican sus impulsores- no es sólo un laboratorio vivo, "es el resultado de nuestra determinación de hacer algo que nunca antes se había hecho, la oportunidad de entrar en el futuro de las comunidades, el medio ambiente y nuestras ciudades. Porque cambiar la respuesta es evolución, pero cambiar la pregunta es revolución". Proyectos SGA.
