Un entorno en clave verde (el valle del Txorierri), líneas de producción de contadores inteligentes puertas adentro (metering solutions, smart grids), vacas pastando en el prado de enfrente, una tarde serena de primavera, una docena de fotógrafos en vaqueros, periodistas ataviados en modo periodista y más de cien ingenieros trajeados (poquísimas ingenieras, por cierto), todos, a la puerta de la fábrica y atentos al presidente, Norberto Santiago, valiente él, disertando en espera del ministro, que tarda y tarda y tarda, y obliga al orador a prolongar la disertación (¿hay alguna pregunta?, nos mira Santiago con anhelo a los "chicos de la prensa", pidiéndonos ayuda, para tomarse un respiro). Pero no preguntamos –vayapordios quéselevaahacer, viene a decir con gracia– y sigue el presidente, con buen humor y verbo fluido, contando la historia de una aventura empresarial que está a punto de cumplir veinte años y cristaliza hoy con un ministro en ciernes que no acaba de llegar. No aburre, sin embargo, que da la sensación de estar acostumbrado.
La investigación y el desarrollo
Norberto Santiago y otros catorce ingenieros comenzaron a imaginar ZIV Aplicaciones y Tecnología hace ya casi veinte años, en Zamudio, en un polígono industrial que trepa por la montaña entre prados verdes (las vacas de enfrente) y verdes praderas ajardinadas (las que se extienden a los pies de los edificios ultramodernos –ingenierías, laboratorios de I+D– que componen este parque tecnológico y vanguardista). Cuando todo empezó –año 93, 94– querían ser empresa de servicios, pero hablaron con unos y con otros (Iberdrola tuvo papel destacado entonces) y, atentos ellos a un futuro que empezaba a vislumbrarse (y asimismo a los consejos de los grandes, que acabarían por ser sus clientes), ZIV optó firnalmente por ser empresa de producto. Y ahí siguen, produciendo, con una I+D potente que no quiere dejar de ser, insiste varias veces Santiago en su largo discurso: "todos nuestros equipos y sistemas han sido diseñados con tecnología propia, desarrollada por un potente equipo interno de I+D+i".
Una industria en plena fase de expansión
Producción, pues; investigación, desarrollo e innovación (mayúsculas todas); y formación propias. Todo ello, en uno, en Zamudio. Porque cuenta Santiago, mientras todos esperamos al ministro, que, aparte de su potente equipo de I+D+i, la empresa tiene un acuerdo con la Escuela de Ingenieros de Bilbao por el que ZIV ha dispuesto un aula para ayudar a los alumnos de últimos cursos a hacer sus proyectos de fin de carrera, y, asimismo, porque la empresa tiene "una media de 20, 25 becarios". Por todo ello (y por la inteligencia que cultivan, seguramente), los quince ingenieros del 93 son a estas alturas de la película un centenar de trabajadores directos (el 60% de ellos, con titulación académica). Cien, directos, en fin, y alrededor de 400 puestos de trabajo indirectos "en el entorno de Bizkaia y el País Vasco". ¿Y la nueva fábrica? Pues con una superficie de 2.600 metros cuadrados, repartidos en dos plantas, y con una capacidad de producción de dos millones de contadores por año. ¿Objetivo? Superar la cifra global de ventas de 56 millones de euros declarada en 2011 y alcanzar los 80 en el presente ejercicio.
40.000 puestos de trabajo
Hasta que, al fin, se anuncia la llegada del ministro. Acompañado del consejero de Industria, Innovación, Comercio y Turismo del gobierno vasco, Bernabé Unda Barturen, y del alcalde de Zamudio, Igotz López Torre. Santiago abre ronda de intervención: repite algunas de las cosas que nos dijo mientras esperábamos y le dice al ministro que "hay muy pocos sectores que tengan un futuro tan prometedor como el de los bienes de equipo eléctrico". Más aún: según Norberto Santiago, presidente de ZIV, hay mucho empleo en ese subsector –habla de hasta 40.000 puestos de trabajo–, empleo que pende y depende ahora de "una política de país". Necesitamos –añade– que "eso se tenga en cuenta cuando se tomen decisiones que sabemos que son complejísimas, pero la creación de riqueza y empleo en este sector es posible. Sabemos, queremos y podemos hacerlo... Sí, si nos ayudáis un poquito, podemos hacerlo", le dice al ministro. Y si no, lo harán otros –añade dirigiéndose también al consejero–, porque las redes inteligentes son "una línea que no tiene retorno. La velocidad es lo único que cabe modular".
La ambición cero de un país que debería aspirar al liderazgo
Y llega el turno del ministro, que viene a decir, cortés, que son muy loables los logros de ZIV, que es para él una enorme satisfacción poder participar hoy en esta inauguración... y que "la economía industrial a lo largo de los últimos años ha ido retrocediendo, por lo que necesitamos reindustrializar". ¿Cómo? "Eliminando trabas y marcos laborales, financieros y energéticos inconvenientes" (no especifica más). Por lo demás: "somos partidarios de continuar con el objetivo del 20/20/20" (o sea, ambición cero más cero, pues ese es el compromiso mínimo europeo, el del 20/20/20) y... hay que acabar con el déficit de tarifa, de modo que "vamos a continuar introduciendo medidas porque queremos un sector [energético] sostenible". En fin, buen orador, acento (ceceo) canario en Zamudio, canción con estribillo (la del déficit) y punto final. Aplausos corteses, contentos todos de tener un ministro en casa, visita a la fábrica, chacolí, un canapé y Soria se va tan deprisa como llegó.
La fábrica inaugurada
Las instalaciones ayer inauguradas, que llevan funcionando desde hace aproximadamente dos meses en realidad, incluyen, según ZIV, "un laboratorio metrológico principal oficialmente habilitado, un potente equipo de ingeniería e I+D+i y una línea de fabricación de última generación, dotada con los equipos e instrumentos más avanzados del mercado, entre los que destacan dos líneas automáticas de marcado de equipos por láser". La nueva planta ha sido equipada para "atender la demanda creciente de estos equipos". Además de España, sus principales mercados de destino serán Portugal, Europa, Latinoamérica y Oriente Próximo. Actualmente, la empresa de Zamudio es responsable del suministro de equipos al proyecto Bidelek "de modernización de redes de distribución, que llevan a cabo el Ente Vasco de la Energía (EVE) e Iberdrola en el área del Gran Bilbao" y que pasa por ser uno de los más importantes de su género en Europa. El grupo empresarial ZIV Aplicaciones y Tecnología SL se define como "líder en el diseño y fabricación de soluciones de protección, control, medida y comunicaciones para redes eléctricas de media y alta tensión" y presume de que "tanto el diseño de los productos como la tecnología y el personal empleados son totalmente españoles".
Y una reflexión para acabar, con perdón
El sector eléctrico español, el más moderno, el inteligente, sigue precisando seguramente de ese apoyo (I+D+i) que reclamaba Norberto Santiago en su discurso. Apoyo para continuar dando frutos (porque ya los está dando y ya ha demostrado que la inversión es rentable), apoyo para reforzar su presencia en todos los mercados (ZIV tiene centros de producción en España –cuatro–, Brasil, Estados Unidos e India, dispone de oficinas técnico-comerciales en Dubai, Singapur y Moscú y vende a cincuenta países), y apoyo para seguir ganando contratos en todas partes que acaban traducidos en Zamudio y derredores en puestos de trabajo (y si no, esto lo harán otros, porque las redes inteligentes son "una línea que no tiene retorno", como decía el presidente de ZIV).
La hucha de Rato
Sin embargo, en la hoja de ruta del ejecutivo no parece ser esa la prioridad. Al menos, a tenor de los más recientes movimientos del gobierno. Y dícese así porque los últimos presupuestos generales del estado han reducido en un 25% la asignación a I+D+i, por ejemplo; o porque no más interpelado en Zamudio por la susodicha I+D va el ministro (por alusiones) y desenfunda el déficit de tarifa (que por lo visto ahora vale para un roto -las renovables- y para todos los decosidos que haga falta), o porque, con la que está cayendo... es que no nos queda otra que recortar también en I+D... porque es que no hay dinero (que viene a ser el primer mandamiento del nuevo catecismo mariano)...
Lo listo y lo inteligente
No hay dinero... o sí lo hay, porque la verdad es que todo parece "listo" (no se confunda con "inteligente") para llevar a cabo el enésimo vertido: más de 20.000 millones de euros en una hucha rota (economía especulativa), o formidable inversión de caudales públicos que necesariamente habrá de ir en detrimento (porque las habas están contadas) de uno de los pocos sectores industriales inteligentes de que dispone este país (economía productiva... de contadores inteligentes y puestos de trabajo: 400 en Zamudio). En fin, dicho sea con perdón. [En la imagen, de izquierda a derecha, José Manuel Soria, ministro de Industria; Bernabé Unda, consejero vasco de Industria, Innovación, Comercio y Turismo; y Norberto Santiago, presidente de ZIV].