WWF alerta en su informe de que "cada año se venden en todo el mundo unos 220 millones de televisores, lo que supone la compra diaria de 9,5 millones y la emisión a la atmósfera de 200 millones de toneladas de CO2 equivalente (MtonCO2eq). Además -explica el estudio-, la fabricación de los televisores requiere del consumo de "importantes cantidades de materias primas, como metales, la fabricación de plástico y de cristales y el consumo de energía". Según WWF, todo ese consumo energético "contribuye al aumento de la huella ecológica de la humanidad, tanto por la fabricación creciente de más aparatos, como por la generación de residuos electrónicos que, en su mayoría, no se reciclan correctamente". De hecho -denuncia esta oenegé-, apenas se recicla el 13% de las más de 50 millones de toneladas de residuos electrónicos que se generan cada año.
WWF explica
En España -apuntan desde WWF-, prácticamente todos los hogares disponen de, al menos, un receptor de televisión, "y su uso abarca a casi el 90% de la población de todas las edades". En 2014, el promedio de consumo televisivo era -según la consultora Barlovento Comunicación- de 239 minutos por persona y día, que es la tercera mayor cifra histórica. Pues bien, para WWF, "todas estas cifras de uso de la televisión y de su impacto sobre el medio ambiente ponen de relieve la necesidad de reducción de la huella ecológica de la humanidad y la creación de un nuevo modelo de economía circular donde se minimicen las afluencias del sistema y los residuos se reciclen y se reutilicen, minimizando así nuestro impacto sobre el planeta". WWF considera que, en ese nuevo modelo, "es imprescindible la democratización de los recursos energéticos con la producción de energía limpia y renovable in situ, que es clave para la minimización del factor más grave de la huella ecológica, que es la huella de carbono, un factor responsable para el calentamiento global que conduce al cambio climático".
¿Qué hacer?
Los ecologistas recomiendan "utilizar nuestros aparatos hasta el fin de su vida útil, elegir siempre televisiones eficientes A+++ y con pantallas LED (ver listado en eurotopten.es) o adaptar el tamaño de la pantalla al espacio disponible en cada casa". Otra de las recomendaciones de WWF para reducir el impacto de los equipos eléctricos y electrónicos sobre el planeta es eliminar el consumo fantasma (standby), "que además es el responsable del 11% de la factura eléctrica anual de un hogar español". Toda esa información -concluye WWF- se puede encontrar en la página eurotopten.es, que es una iniciativa europea que cuenta con la colaboración de la Comisión Europea y la participación de 18 países, con similares páginas nacionales. El objetivo de esa iniciativa es "crear una tendencia hacia un mercado de aparatos más eficientes y ofrecer al consumidor la información necesaria para concienciarle sobre su uso racional y eficiente". Los criterios que se utilizan en Topten -informa WWF- están basados en los análisis y pruebas realizadas por instituciones independientes, etiquetas internacionales, como Energy Star, y declaraciones estándar de los fabricantes, como por ejemplo las directivas comunitarias sobre electrodomésticos.
Consideraciones, consejos y recomendaciones de WWF
• Todos los televisores que se venden deben llevar el certificado de eficiencia energética de la Unión Europea. La clasificación de la eficiencia energética de estos aparatos varía entre A+++ (más eficientes) y G (los que menos). Por tanto, los modelos de categoría solo A no son los más eficientes que existen en el mercado.
• En los últimos 10 años el tamaño de las pantallas de la televisión se ha duplicado. En términos generales, cuanto más grande es la pantalla, más energía necesita para funcionar. Además, en la selección de un televisor se debe tener en cuenta el espacio disponible en cada casa. Por ejemplo, para una tele de 32” la distancia mínima de visualización es de 1,4 metros, mientras para una de 50” es de 2,2 metros. Por tanto, antes de comprar una televisión, es importante estudiar bien su ubicación puesto que la más grande no siempre es la más adecuada.
• Elige una televisión LED. Las pantallas LCD con retroiluminación LED son la tecnología más eficiente que existe en el mercado en estos momentos. Son similares a las pantallas LCD (Pantallas de Cristal Líquido), pero utilizan iluminación LED, que ahorra más energía en relación con la tecnología fluorescente que se utiliza en las LCD.
• Apaga (y desconecta) la tele cuando no la uses. La televisión es el tercer aparato que más energía consume en cada hogar. El consumo anual medio llega a los 260 kilovatios hora. Además, el consumo fantasma (standby) es responsable del 11% de la factura eléctrica de un hogar español. Hoy en día, hay maneras muy fáciles para acabar con el consumo standby de varios equipos. Muchas de las regletas que utilizamos llevan un interruptor: cuando se apaga se corta por completo la corriente que llega a los equipos y, por tanto, se acaba el consumo standby. Además hay regletas “inteligentes” que cuando apagamos nuestra televisión con el mando a distancia cortan automáticamente la corriente que llega hasta ella eliminando el standby.
• Cuando compras una televisión viene con unos ajustes de brillo más altos de los necesarios. Reduciendo el brillo de la televisión puedes reducir significativamente su consumo energético.
• Muchos televisores llevan ya un sensor de luz ambiental que ajusta la luz de la televisión según la de la habitación. Ver la tele con la luz apagada puede ahorrarnos entre un 30% y un 50% de la energía si está el sensor encendido.
• Utiliza tu televisor actual hasta el final de su vida útil, que es aproximadamente de 10 años, y no compres una nueva cada vez que se actualiza la tecnología. La fabricación de televisores es un proceso que necesita el empleo de una importante cantidad de energía y recursos naturales. Utilizando tu televisor durante un largo periodo contribuyes a la reducción de la huella ecológica de este producto.
• Si decides sustituir tu televisor por uno nuevo, recicla el antiguo adecuadamente en los puntos limpios que hay en tu localidad. Los televisores contienen elementos dañinos (por ejemplo, metales pesados) para el medio ambiente y para la salud humana y por tanto tienen que reciclarse correctamente después del fin de su vida útil.