Reducir las facturas eléctricas de los hogares y al mismo tiempo ayudar proteger el medio ambiente está en la base de esta decisión planteada por el Reglamento (CE) Nº 643/2009 de la Comisión, que aplica la Directiva 2005/32/CE del Parlamento Europeo y del Consejo.
Sin embargo, según sostiene WWF, al disponerse a partir de ahora de una sola clase energética de aparatos de refrigeración domésticos, aunque lleve los símbolos de “+” y “++”, el consumidor puede pensar que todo frigorífico o congelador de clase A es de bajo consumo energético. Por este motivo, aconseja prestar atención a la letra pequeña de las etiquetas y optar por equipos de refrigeración de clases A+ o A++, que garantizan los mayores niveles de eficiencia energética.
WWF también explica “con el fin de ayudar a los consumidores a elegir los productos más adecuados”, en 2000 se puso en marcha en Suiza el proyecto Topten, al que se han sumado, además de WWF, ADEME (la Agencia Francesa de Medio Ambiente y Gestión de la Energía), o el alemán Instituto Wuppertal, quienes han elevado el proyecto a nivel europeo. Topten analiza los electrodomésticos y otros productos consumidores de energía y los clasifica según criterios de eficiencia energética, calidad e impacto sobre la salud y el medio ambiente.
“En 2010 son ya dieciséis los países de la Unión Europea que ponen a disposición del consumidor, a través de sus páginas web, la selección de los diez mejores productos de distintas categorías (electrodomésticos de gama blanca, televisores, bombillas y aire acondicionado, entre otros), a partir del análisis de sus mercados nacionales. Este proyecto está financiado por el Programa Energía Inteligente para Europa de la Comisión Europea”, advierte WWF.
Más información:
eur-lex.europa.eu
www.wwf.es
www.eurotopten.es