La Px1NME plantea la prohibición de la iluminación de las carreteras y vías de alta capacidad, exceptuando los túneles, los pasos peatonales y las travesías urbanas, cuya competencia en este último caso corresponde a los ayuntamientos. La medida tiene ventajas indudables en cuanto al ahorro de electricidad, pero también en cuanto a que evita contaminación lumínica y reduce costes de mantenimiento de las instalaciones de iluminación a las administraciones concernidas. “La iluminación de carreteras y autovías, que se produce a partir de la caída del sol, cuando la punta de demanda de electricidad es mayor, constituye un claro despilfarro energético que no está justificado por razones de seguridad”, considera la Px1NME.
Este tipo de iluminación está regulado en una Orden circular 36/2015 del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) sobre criterios a aplicar en la iluminación de carreteras a cielo abierto y túneles, que consta de un Tomo I con recomendaciones para carreteras y autovías a cielo abierto y un Tomo II con recomendaciones para túneles. Resulta de aplicación también el Reglamento de eficiencia energética en instalaciones de alumbrado exterior e Instrucciones Técnicas Complementarias (RD 1890/2008), así como Instrucciones de la Dirección General de Carreteras para reducir el consumo de energía eléctrica.
Estas normativas están orientadas a regular aspectos técnicos de la construcción y mantenimiento de las instalaciones de iluminación y a fomentar su eficiencia energética, y no incluyen las zonas peatonales ni las travesías urbanas. Las administraciones concernidas son la Administración General del Estado y las Comunidades Autónomas, que son quienes tienen competencias para la construcción y mantenimiento de carreteras y vías de alta capacidad.
Además, la Px1NME ha venido proponiendo otras medidas de ahorro energético, “que el Gobierno debería considerar”, entre ellas:
• La prohibición de la iluminación de calles y viales en zonas urbanizadas pero aún sin construir y habitar, que es competencia de los ayuntamientos, espacios que al no estar habitados no plantean problemas de inseguridad.
• La prohibición de la iluminación de vallas publicitarias en autovías, carreteras o en el interior de las ciudades y la de rótulos publicitarios luminosos en azoteas y tejados de edificios.
• La restricción de la iluminación exterior de edificios, limitándose a los que tuvieran autorización municipal expresa por su valor artístico, histórico o monumental.
• La limitación de la velocidad en carreteras y vías de alta capacidad a 110 km/h. Esta medida ya la adoptó transitoriamente el Gobierno en 2011.
“Son sólo algunas medidas para reducir el consumo de electricidad y de carburantes porque, en el contexto de creciente escasez energética y de emergencia climática, las sociedades occidentales tendrán que adoptar muchas más medidas para reducir su demanda de energía, especialmente en el ámbito del transporte”, explican desde la Plataforma, que celebra el próximo sábado su décimo aniversario.