«Desde Anese (Asociación Nacional de Empresas de Servicios Energéticos) tenemos la impresión clara de que el sector está avanzando, poco a poco y pese a las barreras a las que se enfrentan las empresas de servicios energéticos. En 2014 todavía han tenido que trabajar, y duro, por superar los problemas de regulación, financiación y desconocimiento por parte del público de lo que es una Empresa de Servicios Energéticos (ESE) y de su modelo de contrato. Y, claro está, estos retos seguirán presentes durante 2015. Nuestro objetivo como asociación es allanar el camino y, si podemos, acelerar la marcha.
Los pasos dados son diferentes según el sector. En la administración pública, por ejemplo, el modelo de servicios energéticos en alumbrado público está ya bastante consolidado. La administración se ha visto en una situación de pocas posibilidades económicas, lo que ha encajado perfectamente con el modelo de ahorros garantizados. Aunque ahora, nuestro deber es insistir en dar a conocer que hay más niveles de eficiencia donde se pueden garantizar ahorros, sobre todo, en edificación y renovación de edificios.
El sector industrial, en cambio, está sufriendo un revés debido a la cogeneración. En el nuevo marco normativo, las empresas se asfixian debido al incremento de sus costes energéticos, así que habrá que estar muy atentos a los resultados finales de la implementación de la nueva normativa. Es crucial para nuestra industria no ceder en competitividad.
En lo que al sector terciario y residencial concierne, la mayor barrera con la que nos encontramos es la confusión que todavía existe sobre qué es lo que realmente ofrece una Empresa de Servicios Energéticos (ESE). Los próximos años nos enfrentamos a este reto con ímpetu, ya que la eficiencia energética va a formar parte de nuestras vidas, queramos o no, y cuanto antes demos a entender nuestro modelo de negocio, antes estaremos en el camino correcto.
Uno de los asuntos clave que llevamos ya tiempo esperando es la trasposición de la Directiva Europea de Eficiencia Energética. Una regulación que el sector lleva meses reclamando y que el gobierno no acaba de ejecutar. De momento, se han dado los primeros pasos del Fondo de Eficiencia Energética, aunque con falta de concreción. Anese aboga claramente por la puesta en marcha de un sistema de certificados energético como alternativa a la mera aportación a un fondo cuyo fin no está todavía bien definido.
Desde nuestra asociación creemos que esta trasposición puede ser una gran oportunidad, siempre que se haga siguiendo el espíritu de la Directiva y siendo lo suficientemente exigentes. Si nuestros gobernantes deciden regular para cumplir los objetivos climáticos fijados por la Unión Europea (UE), dinamizarán el mercado acelerando un proceso que tarde o temprano deberemos de recorrer.
Desde Anese hemos reclamado siempre que la regulación debe ser clara y contundente, con objetivos cuantificables y utilizando de forma efectiva los recursos necesarios para tal fin. Si lo que se hace finalmente es cumplir unos mínimos para no ser sancionados por la UE, lo que se conseguirá es que el camino hacia la eficiencia sea más lento y difícil para todos. Esto supondría un gran perjuicio para el país, en un panorama energético muy complicado y un mercado global cada vez más competitivo y exigente.
Otro de nuestros retos para el año 2015 será conseguir llegar al cliente para que conozca qué es realmente una ESE, qué es lo que ofrece y, sobre todo, asegurarnos que trabaje con auténticos profesionales para que se lleve una buena experiencia. Con este objetivo, desde la asociación, llevamos ya un tiempo trabajando en una clasificación de nuestros socios que certificará la trayectoria de cada empresa, su experiencia, su capacitación y profesionalidad. De este modo, el cliente siempre sabrá a ciencia cierta a quién tiene delante y qué es lo que esa empresa de servicios energéticos le puede ofrecer. La confianza en los profesionales es una de las bases en nuestro sector. Desde Anese siempre hacemos hincapié en que un cliente bien informado será el que finalmente exija un profesional bien cualificado.
La financiación es otra de las bases para una ESE. Por desgracia, todavía no hemos conseguido que el sector financiero comprenda la esencia de nuestro modelo. Llevamos mucho tiempo contactando con diferentes entidades, mostrando la naturaleza de este negocio y explicando que el proyecto en sí es suficiente garantía. En general, recibimos buenas palabras y apoyo, pero, finalmente, solo un reducido grupo apuesta realmente por el modelo, el resto pide las mismas garantías que se piden en otro tipo de inversión. Pero somos optimistas, y ahora mismo estamos trabajando en algunas líneas muy interesantes para nuestros socios.
Otra barrera muy importante en la cuestión financiera con la que se encuentran las ESEs son las dificultades burocráticas para conseguir ayudas públicas. Si bien es cierto que se habla de ayudas muy cuantiosas, en muchas ocasiones es difícil incluso solicitarlas. Algunos de estos fondos requieren una serie de características o exigencias que poco tienen que ver con la realidad del mercado o fomentan proyectos que no interesan al cliente final. En definitiva, desde Anese siempre estaremos dispuestos a compartir con todos los organismos interesados nuestra experiencia y nuestra opinión para que este dinero llegue realmente al mercado y lo impulse.
En resumen, nos queda mucho trabajo por delante, aunque, con un poco de ayuda por parte de los legisladores y de las entidades financieras, el mercado puede experimentar un acelerón que nos ponga a la cabeza de la competitividad y del cumplimiento de los objetivos climáticos».