Se estima que el uso de energía a nivel mundial aumentará en un 90% para 2050, de manera que los métodos que ayuden a mantener frescos los edificios de manera pasiva sin utilizar energía serán vitales en las próximas décadas. El desarrollo de esta pintura superblanca entra de lleno en esta categoría.
La pintura, creada por ingenieros de la Universidad de Purdue (Indiana) liderados por Xiulin Ruan, demostró ser capaz de mantener una superficie hasta 7°C por debajo de la temperatura ambiente durante pruebas realizadas en el centro universitario. El compuesto refleja el calor en un 95,5%; bastante más, por tanto, que las pinturas reflactantes comerciales actuales, que reflejan entre el 80% y un máximo del 90% la energía solar y no pueden alcanzar temperaturas inferiores a las de su entorno. La nueva pintura envía, además, el calor muy lejos, hacia el espacio exterior, de manera que éste no queda atrapado en la atmósfera, evitando así que contribuya al calentamiento global.
Calor dispersado
El hallazgo tiene su punto de partida en el proceso radiativo. Aunque parezca contradictorio, una superficie puede enfriarse por debajo de la temperatura circundante porque emite suficiente calor a través del enfriamiento radiativo del cielo, proceso natural de un cuerpo al aire libre que irradia calor al espacio. En las superficies de color claro esto ocurre en las noches sin nubes, pero hasta 2014 no se desarrolló un material capaz de realizar el mismo proceso a la luz del día, cuando nuestras necesidades de enfriamiento son mayores.
Los ingenieros de la Universidad de Purdue hah ido ahora más lejos. Xiulin Ruan explica que la pintura (acrílica) que han desarrollado –tras probar más de 100 combinaciones de materiales diferentes– está elaborada con carbonato de calcio, un compuesto abundante en la tierra que se encuentra comúnmente en las rocas y las conchas marinas, y en parte logra sus cualidades al contener partículas de muchos tamaños diferentes, que ayudan a dispersar diferentes longitudes de onda en el espectro solar.
Ruan estima que utilizando esta pintura, una casa típica estadounidense de 200 metros cuadrados podría ahorrar unos 50 dólares al mes en costes de refrigeración. La nueva pintura es además, más fina y barata que las actuales, y podría ser fácilmente ampliada. De hecho, según los investigadores puede aplicarse a una amplia variedad de superficies, incluyendo carreteras, tejados y coches en todo el mundo.
Los investigadores están trabajando ahora en el desarrollo de otros colores de pintura que podrían tener también beneficios de enfriamiento.