La mayoría de los casinos, como otros espacios de ocio, tratan de llamar la atención con una iluminación exterior espectacular que incite a pasar y probar fortuna. De puertas adentro, más de lo mismo. Suelen ser edificios e instalaciones con un gasto energético brutal, que probablemente llevan a gala porque, no hay que olvidarlo, estamos en los templos del dinero. Y eso de tomar medidas para convertirlos en espacios amables con el planeta suena a música… de otro planeta.
Pero las cosas están cambiando. Casi a la fuerza. Porque en España el recibo de la luz ha subido un 60% en los últimos cinco años. Y probablemente también porque, por fin, la gente empieza a entender que se puede contar con los mismos servicios ahorrando energía y dinero.
El casino Cirsa Valencia, en la foto, es uno de los que se lo ha tomado en serio. Construido en 2010 por el arquitecto José María Lozano, en su diseño se han empleado criterios bioclimáticos que son claves para que sus instalaciones ahorren entre un 30 y un 60%, comparado con un edificio de similares caracterísiticas que no hubiera tomado ninguna medida.
Fuera de nuestro país el Rivers Casino de Illinois (Estados Unidos), pasa por ser un buen ejemplo de lo que se puede hacer en estos establecimientos ya que es el primer casino del país que ha obtenido el certificado LEED que acredita su liderazgo en temas energéticos y ambientales.
Cuenta, además, con un completo programa de reciclado y con amplias zonas verdes en su interior y exterior, incluidos muros de vegetación, que apenas necesitan riego artificial. Pensando en los clientes que utilizan vehículos eléctricos ha instalado estaciones de recarga en el parking. Y las lámparas led son la iluminación más habitual.
En la meca del juego, Las Vegas, también se han puesto manos a la obra. El Aria Resort & Casino, situado en pleno centro urbano, ha sido construido con el máximo cuidado desde el punto de vista energético, lo que permite ahorros de hasta el 30%.
